¿Sabes que la salud de las mujeres y los hombres muestra grandes diferencias?

En lo que me concierne, me preocupa especialmente el riesgo cardiovascular, por sus consecuencias potenciales (infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca, angina de pecho, muerte súbita, arritmias) y por la capacidad de diagnosticar y prevenir a tiempo estos desenlaces. Os hago una actualización interesante, con el objetivo de facilitar la comprensión y que, si eres mujer, consideres que puedes reducir tu riesgo.

Los factores de riesgo (FR) tradicionales para enfermedad cardiovascular (ECV), incluido el tabaquismo, afectan tanto al hombre como a la mujer. Además de estos factores, existen otros FR (a veces no reconocidos) que afectan específicamente a la mujer, como las alteraciones relacionadas con el embarazo y complicaciones de fertilidad. En los países desarrollados, hasta un tercio de las mujeres gestantes experimentan una o más estas complicaciones del embarazo: estados hipertensivos del embarazo (EHE), diabetes mellitus gestacional (DMG), desprendimiento de placenta, bajo peso pretérmino, parto pretérmino (PP). El desarrollo de estas alteraciones se acompaña de manifestaciones precoces de daño vascular, entre ellas, la disfunción endotelial. Esta disfunción es más prevalente en mujeres con historia de preeclampsia y abortos de repetición y puede persistir tras estas complicaciones, lo que las predispone a complicaciones vasculares posteriores y sirve de marcador pronóstico de ECV futura. Por otro lado, hasta un 10% de mujeres padecen infertilidad secundaria, relacionada con afecciones como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), insuficiencia ovárica prematura (IOP), endometriosis, enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) que han sido relacionadas con un incremento de riesgo de ECV. La menarquia o menopausia a edad temprana y el uso de anticonceptivos hormonales también incrementan este riesgo.  

El primer documento europeo en abordar el manejo del riesgo cardiovascular en la perimenopausia fue publicado en 2007 como consenso entre cardiólogos y ginecólogos. Sin embargo, la evidencia creciente de condiciones de riesgo a lo largo de otras condiciones de transición hormonal en la mujer justifica la necesidad de actualizar el consenso y ampliar el espectro de las líneas potenciales de actuación tanto en etapa reproductiva como climatérica, además del riesgo relacionado con ciertos cánceres o transexualidad.  

Acaba de publicarse un documento consenso que resume los acuerdos establecidos por un consejo de expertos en cardiología, ginecología y endocrinología, en colaboración con miembros de sociedades internacionales (International, European, British and Dutch Menopause Societies). El objetivo es servir a la comunidad clínica como guía para la aproximación y manejo de la salud cardiovascular durante la transición de la menopausiatrastornos del embarazo y otras condiciones ginecológicas según la evidencia existente y la mejor práctica actual.

El trabajo condensa en 18 páginas casi 300 referencias que estructura en 12 escenarios. Cada uno de ellos se concreta en varios puntos clave que pasamos a resumir.

1.-Menopausia, factores de riesgo cardiovascular y enfermedad arterial coronaria

La menopausia se asocia con adiposidad central, resistencia insulínica y un perfil lipídico proaterogénico que hace de especial importancia considerar:

  • Valoración y manejo de perfil lipídico y cifras tensionales durante la transición a la menopausia según establecido en guías de prevención cardiovascular.
  • El control y automedición de cifras tensionales es necesario en mujeres que han padecido EHE (incluida preeclampsia).
  • Las comorbilidades inflamatorias relacionadas con enfermedades de naturaleza reumatológica/endocrina (artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, síndrome antifosfolípico, síndrome de Sjogren, disfunción tiroidea, entre otras) incrementan el riesgo cardiovascular en torno a la menopausia, y deben ser tomados en consideración durante el asesoramiento y evaluación clínica.

2.-Estilo de vida en la menopausia

En este apartado se expone la asociación de cambios hormonales con conductas de hiperfagia, conductas alimentarias erróneas y ánimo depresivo.

  • El manejo adecuado de la salud durante la menopausia debe contemplar una correcta adherencia a estilos de vida saludable, con pautas alimentarias saludables y actividad física regular.
  • Los síntomas climatéricos pueden interferir con las capacidades laborales y merecen atención por parte de empleadores y empresarios. No está justificada de forma rutinaria la terapia hormonal sustitutiva (THS), pero los cambios vasomotores propiciados por el ejercicio físico pueden tener un impacto favorable.

3.-Síntomas vasomotores y riesgo cardiovascular

En este apartado se exponen los puntos clave que relacionan síntomas vasomotores con una fisiopatología que incrementa el riesgo cardiovascular a través de la disfunción endotelial y la aterosclerosis subclínica, incluyendo:

  • Perfil cardiometabólico desfavorable
  • Disfunción autonómica (con hipertonía simpática) con impacto desfavorable sobre la variabilidad de la frecuencia cardiaca

4.-Terapia hormonal en la menopausia (THM) según la iniciativa Women’s Health

Bajo este epígrafe, los autores resumen las evidencias disponibles en relación a la THM agrupando resultados clínicos según tipo de sustitución (estrógenos/progestágenos), momento de inicio (edad/tiempo en relación a la aparición de la menopausia), forma de administración (oral, transdérmico, vaginal) y objetivo clínico (grosor íntima media, infarto de miocardio, muerte, ingreso por insuficiencia cardiaca, etc.). Esta terapia no está exenta de riesgos, generalmente de tipo trombótico, pero no exclusivos. Se incluye una tabla resumen en el propio documento que resulta esclarecedora. Las recomendaciones consensuadas son:

  • La THM está indicada para el alivio de síntomas relacionados con la menopausia.
  • La depresión puede mejorar con la utilización profiláctica de THM.
  • Los regímenes de THM en cuanto a dosis, tipos y edad de inicio son cruciales para conseguir un adecuado balance de eficacia y seguridad.
  • Antes de iniciar THM, es necesario realizar una valoración de riesgo cardiovascular.
  • Cuando hay dudas sobre la categoría de riesgo cardiovascular individual, puede considerarse la medición de calcio arterial coronario mediante tomografía compuretizada.
  • No se recomienda administrar THM en mujeres con elevado riesgo cardiovascular o tras un evento cardiovascular
  • No se recomienda iniciar THM en mujeres asintomáticas.

5.-Insuficiencia ovárica prematura

La IOP es un ámbito de difícil manejo por la escasa evidencia disponible para su manejo, tal y como se detalla en el documento. Los autores explican cómo acontece un envejecimiento prematuro con menor capacidad de reparación del ADN y fisiopatología que lleva a riesgo cardiovascular, alteración metabólica (perfil lipídico desfavorable, alteración de la homeostasis de la glucosa), disfunción endotelial, pero también riesgo de osteoporosis y predisposición a algunos tipos de cáncer. Los puntos a resaltar:

  • La menopausia precoz se asocia con mayor riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular
  • Las mujeres con IOP y menopausia precoz (<45 años) deben recibir asesoramiento indivicualizado de FR cardiovascular.
  • Se recomienda THS en mujeres con IOP hasta la edad media de menopausia.
  • La consideración de THS en mujeres con menopausia precoz debe hacerse de forma individualizada.
  • La predisposición genética a IOP también podría incrementar el riesgo de cáncer.

6.-Trastornos relacionados con el embarazo y riesgo cardiovascular

Este apartado exhibe puntos interesantes acerca de cada una de las siguientes alteraciones

6a) Abortos de repetición

La perdida recurrente (más de dos, consecutivas o no) de feto antes de las 24 semanas puede asociarse a condiciones que conllevan una mayor carga de FR riesgo cardiovascular (tradicionales o no: i.r. síndrome antifosfolípido) y una fisiopatología desfavorable que parte de una función endotelial alterada.

Es imprescindible incluir la historia gestacional dentro de la evaluación de riesgo cardiovascular para tener en cuenta esta condición y las alteraciones asociadas.

6b) Parto pretérmino

Muchos PP están propiciados por complicaciones del embarazo (i.e. EHE o preclampsia), y las mujeres con antecedente de PP duplican su riesgo cardiovascular a lo largo de la vida. No se recomienda un seguimiento específico de estas mujeres, pero sí intensificar el manejo con un abordaje agresivo de los FR modificables.

6c) Estados hipertensivos del embarazo

La extensión del presente documento no permite ahondar en cada una de las entidades que integran los EHE, pero sí reconoce su elevada incidencia y riesgo de complicaciones obstétricas. El mensaje fundamental es la necesidad de un abordaje de la hipertensión antes, durante y tras la gestación, especialmente en las mujeres con antecedente de preeclampsia/síndrome HELLP, por la posibilidad de desarrollar hipertensión y ECV en el futuro.

Se recomienda considerar medidas de prevención cardiovascular secundaria en mujeres con antecedentes de EHE, así como automedida de presión arterial.

6d) Diabetes mellitus gestacional

La DMG, definida como desarrollo de una alteración de la homeostasis de la glucosa por primera vez durante el embarazo, afecta a un 7% de mujeres gestantes y puede llevar a una diabetes futura en el 10% de los casos. Además, parece haber una relación entre EHE y DMG. Todo ello lleva a recomendar una evaluación de esta alteración mediante sobrecarga oral de glucosa (SOG) entre las semanas 4 y 12 tras el parto en toda mujer con antecedente de DMG, y repetirlo con una periodicidad anual-trianual. Además, se recomienda considerar medidas de prevención cardiovascular secundaria en mujeres con antecedentes de DMG.

6e) Embarazo en mujeres con riesgo cardiovascular elevado

Cada vez es más frecuente que las mujeres tengan embarazos a edades más elevadas, con el subsiguiente incremento de riesgo cardiovascular. El riesgo de complicaciones cardiovasculares (infarto, ictus, insuficiencia cardiaca) durante el embarazo ha sido documentado en diferentes estudios. Aunque no se traduce en una mayor mortalidad cardiovascular durante el embarazo, sí se asocia a otras alteraciones que pueden afectar tanto a la salud de la madre (EHE, DMG) como del feto (bajo peso al nacer, PP).Esto hace imperativo un adecuado control de FR en todos los casos y, en especial, en mujeres con antecedente de eventos cardiovasculares.

7.-Alteraciones hormonales y riesgo cardiovascular

Dentro de este apartado, se desglosa con mayor amplitud el SOP, por su mayor evidencia científica, pero se incluyen otra serie de condiciones, todas ellas tributarias de medidas de modificación de estilos de vida y alimentación.

7a) Síndrome de ovario poliquístico

Las alteraciones endocrino-metabólicas asociadas a SOP hacen necesario que la gestante con antecedente de esta condición tenga una valoración de riesgo cardiovascular que incluya específicamente medición regular de presión arterial, SOG previo al embarazo, perfil lipídico y cribado de DMG durante el embarazo.

7b) Otras condiciones ginecológicas crónicas que pueden asociar incremento de riesgo cardiovascular incluyen: IOP, hipogonadismo hipogonadotropo, endometriosis, fibromas uterinos e histerectomía con preservación ovárica antes de los 50 años.

8.-Contracepción en mujeres con alto riesgo cardiovascular

La mujer que decide tomar medidas de control de embarazo debe recibir una evaluación y asesoramiento individualizado en todos los casos. De forma particular, en la que presenta un riesgo cardiovascular elevado se recomienda:

  • Evitar píldora anticonteptiva (PA) combinada en mujetes con antecedentes de trombosis venosa, tromboembolismo pulmonar o ictus.
  • El uso de PA está contraindicado en mujeres mayores de 35 años que fuman y en mujeres con dislipemia severa u obesidad.
  • Los anticonceptivos a base de progestágenos pueden ser administrados vía oral, subcutánea o intrauterina en mujeres con alto riesgo cardiovascular.

9.-Enfermedad cardiovascular y sangrado uterino

Es interesante la inclusión de este apartado, dada la necesidad de abordar posibles sangrados uterinos en mujeres con uso de terapia antitrombótica (antiagregante/anticoagulante) relacionada con enfermedad cardiaca congénita, valvulopatías, cardiopatía isquémica o fibrilación auricular. Las recomendaciones se hacen en base a dos referencias bibliográficas, y por tanto deben ser leídas con cautela, pero se considera que:

  • El sangrado uterino en mujeres con necesidad de tratamiento antitrombótico debe tener un seguimiento combinado con médico general y ginecólogo
  • Las utilización de dispositivos uterinos con liberación continua de levonogestrel son una opción segura en estas mujeres, tanto como método contraceptivo como para el manejo de hemorragias uterinas.

10.-Riesgo cardiovascular en mujeres con mutación del BRCA 1/2 o tras cáncer de mama

Dentro de este epígrafe se incluyen dos condiciones diferenciadas, pero ambas comparten un incremento de riesgo cardiovascular susceptible de valoración y manejo individualizado.

10a) Riesgo cardiovascular en mujeres con mutaciones BRCA 1/2 tras salpinguectomía

El riesgo de cáncer de mama familiar por mutaciones BRCA 1/2 se asocia a riesgo de cáncer de ovario, lo que lleva a una salpinguectomía con doble anexiotomía profiláctica. Esto genera un estado de menopausia iatrogénica que incrementa de por sí el riesgo cardiovascular. En este escenario, la administración temporal (hasta 4 años) de THS no incrementa el riesgo de cáncer de mama y reduce los riesgos a largo plazo de la menopausia precoz. En algunos casos de bajo riesgo de cáncer de mama, la THS podría extenderse hasta la edad natural de la menopausia.

10b) Terapia hormonal de menopausia tras cáncer de mama

Existen aún muchas cuestiones por resolver en torno al manejo de síntomas climatéricos de mujeres que han padecido cáncer de mama. De forma general, el uso de THM debe ser individualizado y se recomienda reservarlo para casos de síntomas refractarios a otras medidas no hormonales (medidas de estilo de vida, ISRS, clonidina, gabapentina, venlafaxina, etc). Se debería ser especialmente restrictivo en aquellos casos de cáncer de mama con receptores hormonales positivos.

11.-Salud sexual, menopausia y enfermedad cardiovascular

La disfunción sexual femenina ha sido infravalorada durante largo tiempo, por lo que la inclusión de la misma en el documento resulta muy positiva. Las manifestaciones de la misma pueden darse en forma de pérdida de libido, dispareunia o alteraciones del orgasmo. A diferencia de la disfunción sexual masculina, no se ha establecido un claro vínculo de estas manifestaciones y un incremento de riesgo o ECV. Sin embargo, es evidente que se necesita una investigación más profunda que permita clarificar mecanismos relacionados con estas alteraciones, así como potenciales riesgos (cardiovasculares o no) y opciones de manejo.

Varias opciones aprobadas para el manejo de disfunción sexual masculina han fracasado o presentan efectos secundarios importantes en mujeres. La utilización de parches transdérmicos de testosterona en mujeres con ECV establecida no es recomendable por falta de datos de seguridad.

12.-Riesgo de enfermedad cardiovascular en terapia de cambio de sexo en mujeres y personas transgénero

La inclusión de este tipo de condiciones es necesaria desde un punto de vista académico, si bien afecta a un escaso porcentaje de la población adulta (0,6%), que hace que la evidencia disponible sea relativamente escasa. No obstante, es una población en la que pueden coexistir otra serie de FR. Las recomendaciones establecidas en el presente documento contemplan:

  • Las personas transgénero presentan un aumento de riesgo de ECV
  • El riesgo de tromboembolia en mujeres transgénero se incrementa con el tiempo
  • El tratamiento con parches transdérmicos de estrógenos es preferible al tratamiento oral

En definitiva, es un documento que merece la pena conocer y revisar, así como considerar ahondar en las referencias bibliográficas que sostienen las recomendaciones incluidas. No obstante, en relación a dichas referencias, cabe puntualizar:

.-Las guías de prevención cardiovascular referenciadas en este documento son de 2016; posteriormente fueron publicados documentos de manejo de hipertensión arterial (2018), diabetes, prediabetes y enfermedad cardiovascular (2019) y control lipídico (2019).

.-La actividad y ejercicio físico en la mujer, especialmente en la menopausia, debe incluir componente de resistencia muscular. Las guías recientemente publicadas sobre cardiología del deporte y ejercicio en pacientes con enfermedad cardiovascular contemplan específicamente las recomendaciones al respecto en el embarazo y la menopausia.

.-Las recomendaciones sobre manejo de hipertensión arterial recogen adecuadamente las guías y documentos consenso disponibles hasta 2018. Una reciente actualización publicada en Clinics in Perinatology (2019) y en e-Journal of Cardiology Practice son de interesante lectura para ahondar en su conocimiento y poder abordar un problema cada vez más frecuente.

.-Se echa en falta mención a la miocardiopatía periparto y el abordaje de la insuficiencia cardiaca en este escenario.

.-Es interesante la aproximación que se establece a la terapia hormonal y otros factores relacionados con el cáncer de mama. Sin embargo, no se menciona el papel de la cardiotoxicidad, su potencial abordaje y seguimiento.

Amelia Carro Hevia

Doctora especializada en Cardiología

Solicitud de Consulta Online con Amelia: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/10158118

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