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La COVID-19 es una enfermedad altamente contagiosa y para evitar su propagación es necesario impedir su transmisión: que no nos contagien y no contagiar a los demás. Esto último me gustaría remarcarlo: NO CONTAGIAR A LOS DEMÁS. Es evidente que si nos infectamos, es porque alguien nos ha pasado el virus. Y muchas veces olvidamos, o desconocemos, que hay muchas personas asintomáticas en cualquiera de las fases de la enfermedad. Es decir: no tienen síntomas, pero tienen capacidad de infectar a su entorno. Y podemos ser nosotros mismos los que estamos infectando a la comunidad.

Hay 2 medidas, que junto al confinamiento y el lavado de manos, son las más importantes en la batalla contra el virus.

El uso de mascarillas protectoras y la realización de tests masivos a la mayoría de la población son 2 caminos fundamentales para conseguir el objetivo de erradicar esta pandemia, o, al menos, minimizar sus devastadores efectos. El número de miles de muertos es incalculable en todos los países del mundo.

Mascarillas

Junto a otras necesarias acciones, como el lavado continuo de manos o mantener la distancia de seguridad, ponernos una mascarilla es una manera eficaz de proteger nuestra salud y la de nuestro entorno, ya que impide la entrada  del virus en nuestro cuerpo. O la salida de él en caso de estar ya infectados, aunque no lo sepamos.

En algunos países es obligatorio llevarlas si se sale de casa. En otros, su obligatoriedad es en el transporte público, el supermercado y los espacios cerrados en general. La falta de criterio entre países y la dificultad para conseguir las mascarillas, hace que los ciudadanos duden de su utilidad. Sin embargo, la comunidad científica y todos los colectivos sanitarios aconsejan, sí o sí, su uso.

La eficacia de las mascarillas está determinada por la posibilidad, o no, para que el virus las atraviese. Y esta eficacia está en función del material con el que están hechas, las capas de este material, y la reutilización, el mantenimiento y la limpieza.

En la tabla adjunta hay una clasificación de las mascarillas. Las más eficaces son las FFP2 (N95 clasificación americana). Las quirúrgicas son las que distribuye el gobierno, las más económicas y de más fácil acceso. Mi consejo: FFP2 como primera elección, quirúrgicas como segunda.

El lavado y desinfección puede ser con una dilución de lejía al 0,2%, en la lavadora a 60ºC o dejándolas al sol 1 hora, etc. Estos métodos inactivan el virus. Pero a la vez pueden hacer a las mascarillas perder efectividad. Por tanto no conviene reutilizarlas más de 2 o 3 veces. Y si te lo puedes permitir, cámbiala diariamente.

                                                                                                                   Fuente: La Gaceta de Salamanca

Tests

Cuando se declaró el estado de emergencia a nivel mundial, el primer mensaje de la Organización Mundial de la Salud para ganar esta batalla fue una frase de 3 palabras: tests tests tests.

Lamentablemente pocos países hicieron caso de este consejo de una forma seria y eficaz. La realización masiva de tests permite identificar y aislar infectados, proteger al personal sanitario y a los trabajadores esenciales y estudiar desde un punto de vista epidemiológico el desarrollo real de la enfermedad.

Los tests son de 2 tipos: los que buscan el virus y los que buscan anticuerpos, que son las células de defensa que crea el cuerpo para luchar contra él.

  1. Los que buscan el virus son a su vez de otros 2 tipos: los PCR y los rápidos. En ambos la muestra se toma de la garganta o de la nariz con un bastoncillo.
  • PCR. Son los más seguros y eficaces, necesitan más tecnología y personal e instalaciones especializadas. Mínimo 4 horas en hacerse.
  • Rápidos. Son más sencillos y no necesitan personal ni instalaciones especializadas. Se podrían hacer en farmacias, pero la administración lo está estudiando. Tardan 15-30 minutos en hacerse.

2.  Los de anticuerpos, también llamados serológicos, se hacen con extracción de sangre y buscan 2 sustancias: Inmunoglobulinas M (IgM) e Inmunoglobulinas G (IgG). Las IgM son las primeras células de defensa, las de respuesta temprana. Suelen aparecer en sangre a partir del 7º día de la infección. Las IgG son las células de defensa tardía, aparecen en sangre a partir del 14º día, y son las que, teóricamente, inmunizan. Este test requiere 15-30 minutos para hacerse. También se podría hacer en las farmacias.

                                                                                                                               Fuente: Salud Pública de Aragón

Para analizar completamente la fase en la que está la persona convendría buscar tanto virus como anticuerpos. Así los médicos podrían hacer un diagnóstico más preciso.

                                                                                                           Fuente: HC Marbella

 

Tests y mascarillas, 2 armas para combatir al enemigo. Hemos de exigir sin descanso a la administración que nos proteja. Pero no olvidemos que también nuestras decisiones y actitudes influirán en nuestra salud, la de nuestros seres queridos y la de la comunidad.

 

Javier García Veiga

Licenciado en farmacia, especialidad bioquímica.

 

Fuentes de Información utilizadas:

Sección Infección por el Sars-CoV-19 de Portalfarma

Página Covid-19 de la web del Ministerio de Sanidad