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Los sueños son la actividad que nuestra mente realiza mientras dormimos. En ellos encontramos imágenes, sonidos, olores y otras sensaciones, con frecuencia entorno a un suceso que creemos estar viviendo en ese momento. Porque los sueños suelen acompañarse de una fuerte impresión de realidad. Es esta sensación de realidad, que muchas veces nos supera, la que hace que algunos sueños nos dejen una profunda marca. Para algunas personas que se despiertan con una elevada ansiedad (1,2), el problema no acaba con el despertar. El malestar y el miedo provocado por una pesadilla pueden durar todo el día, e incluso, algunas pueden convertirse en inolvidables, en el peor de los sentidos. Si este es tu caso necesitas consultar con un especialista en trastornos del sueño.

No en todos los momentos de nuestro dormir soñamos de la misma manera. Cuando comenzamos a dormir, con frecuencia tenemos sensaciones de caída. Por ejemplo, tenemos la imagen en nuestra mente de que estamos caminando, y de repente, tropezamos y creemos caer. En ese momento, nuestro cuerpo reacciona y se sacude sobre la cama, como si realmente estuviera reaccionando a una caída.

Cuando el sueño es ligero, nuestros sueños suelen estar acompañados de imágenes y pensamientos sobre nuestra vida ordinaria. Soñamos con nuestro trabajo, con los estudios, con quehaceres domésticos y con personas a las que solemos frecuentar. En este momento nuestros sueños no suelen tener emociones muy intensas.

¿Qué ocurre cuando nuestro dormir es más profundo? Pues en este tiempo nuestros sueños no suelen ser recordados. La actividad de nuestro cerebro se hace más lenta y el cerebro está aprovechando para repararse y deshacerse de los residuos tóxicos que se han almacenado durante el día. Sin embargo, también en este momento hay actividad mental. Los sonámbulos pueden levantarse de la cama y hacer actividades más o menos complejas. A veces muy complejas. Se conoce de sonámbulos que han sido capaces de conducir varios kilómetros estando realmente dormidos. ¿Qué les sucede a estas personas? Pues que la parte del cerebro que controla el comportamiento motor no está del todo dormida. Es como si estuvieran medio despiertos y hacen aquello que tienen en la mente en ese momento.

También durante el sueño profundo pueden aparecer los terrores nocturnos. Son frecuentes en niños. En ellos se produce un despertar muy repentino, a veces con gritos, palpitaciones e incluso pueden saltar de la cama por que piensan que algo les está atacando. El niño es posible que ni llegue a despertar completamente y a la mañana siguiente no recordará nada. El adulto recordará algo muy concreto, un monstruo, un ataque, algo peligroso.

En otros momentos de la noche nuestro cuerpo permanece inmóvil, nuestra respiración se vuelve más irregular y nuestros ojos se mueven con rapidez bajo nuestros párpados cerrados. Parece como que aún dormidos estuviéramos mirando cosas a nuestro alrededor. A esta forma de dormir le llamamos sueño REM. También se le llama sueño paradójico, por que a pesar de estar dormidos nuestro cerebro está activo como cuando estamos despiertos. Bueno, pues en esta fase REM del dormir soñamos intensamente. Soñamos historias largas que nuestra mente crea automáticamente (3). Suelen ser visuales, con una gran sensación de realidad y puede haber en ellos distintas emociones. Es como si estuviéramos viviendo otra vida mientras dormimos. Se parecen a las películas (4,5). Nosotros somos el actor principal generalmente. También hay buenos y malos, personajes secundarios, víctimas y conflictos (6). Es en esta fase del dormir cuando podemos tener malos sueños y pesadillas.

¿Y se pueden interpretar estos sueños y pesadillas? Es difícil pero posible. La principal dificultad que tiene la psicología es que no hay una forma de estar seguros de que una interpretación sea válida. Por ello hay que ser extremadamente prudentes. Esto es muy importante porque no podemos dar a nuestros pacientes una interpretación sin estar seguros de que es la correcta.

Si para los psicólogos es difícil, para los no profesionales es imposible. La interpretación de los sueños utilizando números, diccionarios, adivinaciones no hacen sino ofrecer mala información a quien la recibe. Es información errónea por la que algunas personas llegan a pagar. Es como comprar un medicamento que no cura o, que incluso, que te puede sentar mal.

A pesar de todo esto, los psicólogos, durante un tratamiento, pueden utilizar la información que dan los sueños para hacerse una idea de cómo piensa su paciente. Con ello son capaces de hacerse buenas preguntas sobre los problemas que tiene, proponer respuestas y verificar si estas respuestas son ciertas. Para el psicólogo los sueños son un acontecimiento mental que la persona ha tenido en una situación en la que estaba aislada de las exigencias de su entorno y de cualquier estímulo externo. Es, por tanto, una creación muy personal que puede reflejar la forma de pensar o los problemas de la persona. Además, durante los sueños tenemos un acceso más libre a nuestra memoria y podemos combinar recuerdos lejanos y cercanos, recuerdos de personas que pasaron por nuestra vida con personas actuales, preocupaciones con la fantasía. Es decir, los sueños son un acto creativo que todas las personas desarrollamos varias veces por la noche, aunque no lo recordemos.

¿Y toda esta creatividad para qué sirve? La ciencia todavía no sabe cuál es la función que tienen los sueños en nuestra vida. Hay muchas teorías. Una teoría destacada que explica el porqué de los sueños se centra en los primeros humanos.

Los sueños nos dieron en la antigüedad la capacidad de entrenar situaciones de la vida mientras dormíamos, aunque no fueran reales (7). Para nuestros antepasados este entrenamiento pudo ser muy importante. El medio en que vivía la humanidad era muy duro. Había animales salvajes, enfermedades y desastres naturales que eran grandes amenazas. Saber qué hacer antes de que ocurriera suponía sobrevivir o morir. Así soñar con lo que otras personas contaban de sucesos que habían tenido, o soñar con desgracias que estaban ocurriendo les permitía utilizar la creatividad de los sueños para tener más probabilidades de éxito. No quiere esto decir que soñar fuera una fórmula infalible, pero seguro que permitió que aquellos que soñaban pudieran sobrevivir más que los que no lo hacían. También permitía que con la supervivencia se transmitieran con mayor facilidad la herencia genética de los soñadores. Es decir, los sueños pueden ser como una película, un juego, o una realidad virtual que nos prepara para la vida. Ya no hay tantas amenazas en nuestra vida diaria. Sin embargo, los sueños siguen manteniendo este nivel de entrenamiento para las amenazas. De hecho, en la mitad de nuestros sueños se produce alguna amenaza, y para tres de cada cuatro amenazas damos una respuesta satisfactoria. Hoy, que ya no tenemos leones que nos acechan al salir de casa, tenemos nuestros sueños más centrados en la resolución de nuestros problemas.

Como resumen podemos decir que hay problemas muy frecuentes relacionados con el soñar y con el dormir. La noche es muy larga. Hay muchas personas que sufren pesadillas, terrores nocturnos, sonambulismo, insomnio, parálisis al despertar, largas pausas de respiración mientras duermen, tienen problemas con sus piernas por la noche u otros problemas muy diversos. Afortunadamente, muchos de estos problemas tienen soluciones médicas y/o psicológicas muy satisfactorias.

Merece la pena consultar con un profesional para mejorar o eliminar el sufrimiento. Las soluciones no pasan siempre por el uso de fármacos y algunos cambios en nuestras costumbres o remedios naturales nos pueden ayudar mucho. Obviamente depende de cada caso y es necesario una valoración previa del problema.

 

 

Iñigo Saez Uribarri.

Investigador. Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica. Máster en Medicina y Fisiología del sueño. Psicólogo Colegiado BI05070. Habilitado para ejercer actividades sanitarias. Experiencia profesional en Psicología Online.

Email: inisaezu@yahoo.es

Web: www.onirotest.com

Facebook: Onirotest

Whatsapp: +34 658 738 230

Psicólogo de We Doctor

Solicitud de consulta online con Iñigo: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3604507

Prácticamente todo el mundo ha sufrido alguna dificultad para dormir en algún momento de su vida. Todas las personas en mayor o menor medida disponemos de cierta predisposición a desarrollar alguna alteración en nuestro sueño, ocasionado normalmente por algún suceso estresante. Afortunadamente la mayoría de la gente recuperará su sueño habitual con cierta facilidad una vez haya desaparecido dicho estresor o se hayan adaptado a este; sin embargo otra parte de la población seguirá sufriendo el problema mucho tiempo después, convirtiéndose en un problema serio de insomnio.

Entonces, ¿De qué depende?, ¿Qué factores influyen en este proceso? En este artículo explicaremos que componentes influyen en el desarrollo del insomnio crónico.

Según Spielman, son tres los factores que intervienen en la historia del insomnio crónico, refiriéndose a factores que predisponen, precipitan y por último aquellos que lo perpetúan.

 

Factores que Predisponen:

Son diversos los factores que pueden aumentar nuestra vulnerabilidad a desarrollar este trastorno. Podemos encontrar en este grupo cierto nivel de hiperactivación fisiológica, la predisposición genética, la edad, etc.  Todas las personas con insomnio o no disponemos de cierto nivel de vulnerabilidad. Dependiendo nuestra predisposición tendremos más o menos facilidad para que en un momento determinado aparezcan dificultades con nuestro sueño.

Son diversos los factores que pueden aumentar nuestra vulnerabilidad a desarrollar Insomnio.

Factores que Precipitan:

Serían aquellos factores que en un momento determinado actúan como precipitantes del insomnio. Entre estos factores, el estrés es el más común. Casi el 75% de las personas con insomnio relacionan el inicio de sus dificultades con algún suceso específico importante en sus vidas. Estos estresores pueden ser de diferente índole, como por ejemplo, problemas con la salud, pérdidas personales o dificultades en el trabajo. Son los factores precipitantes los que dependiendo de nuestra vulnerabilidad provocarán que empecemos a desarrollar un episodio de insomnio. Así, una persona con mucha vulnerabilidad precisará un estresor de menor magnitud para empezar a padecer problemas con su sueño.

Casi el 75% de las personas con insomnio relacionan el inicio de sus dificultades con algún suceso específico importante en sus vidas.

Factores que Perpetúan:

Como comentábamos, lo más habitiual es que una vez terminen o nos adaptemos a nuestro estresor recobremos nuestra forma habitual de dormir. Pero, en algunas ocasiones las dificultades con el sueño continúan incluso habiendo desaparecido las circunstancias que lo provocaron. Es aquí donde entran en juego los factores perpetuantes, como pueden ser los hábitos incorrectos o las cogniciones disfuncionales sobre la falta de sueño.

Por poner un ejemplo, muchas personas, con el fin de sobrellevar sus dificultades para dormir, desarrollan ciertos hábitos desadaptativos (excesivo tiempo en la cama, dormir durante el día, consumo de estimulantes, etc.). Estas estrategias aunque pueden resultar beneficiosas en un primer momento aliviando sus síntomas de somnolencia, a medio y largo plazo, interfieren en la sincronización de un ritmo sueño-vigilia regular, y acaban cronificando el problema.

El reconocimiento de la importancia del papel mediador de los factores psicológicos y conductuales en el insomnio ha conducido al estudio de estas intervenciones, en especial de contenido cognitivo conductual.  Estos tratamientos, rigurosamente evaluados, pretenden modificar ciertos hábitos disfuncionales de sueño, reducir la activación fisiológica y cognitiva, corregir las creencias irracionales respecto al sueño y educar al paciente en prácticas saludables respecto al mismo.

El reconocimiento de la importancia del papel mediador de los factores psicológicos y conductuales en el insomnio ha conducido al estudio de estas intervenciones, en especial de contenido cognitivo conductual.

 

 

Juanjo Agustí. 

Licenciatura en Psicología. Master en Psicología General Sanitaria.
Psicosomni. Centro especializado en el tratamiento psicológico y la prevención de los trastornos  de sueño.
(http://www.psicosomni.es/)
Psicólogo de We Doctor.

Solicitud de consulta online con Juanjo: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/1474561

Más allá del descanso físico y mental que supone, el sueño es un estado de reposo del organismo que permite el desarrollo de procesos metabólicos fundamentales para garantizar la capacidad de concentración, memoria y autocontrol de las personas a lo largo del día.

A pesar de esto, las dificultades para dormir correctamente son uno de los problemas más frecuentes en la población. En España, una gran cantidad de personas viven con algún trastorno del sueño. Dependiendo de la duración y la gravedad, los problemas relacionados con el sueño pueden llegar a derivar en enfermedades psiquiátricas o complicaciones vasculares, como por ejemplo, el infarto de miocardio o los accidentes cerebro-vasculares.

Las hipnóticos (Orfidal, Zolpidem, etc…) son uno de los fármacos y opciones de tratamiento para el insomnio más utilizado en los países desarrollados, y aunque sus beneficios a corto plazo están claramente justificados, no ocurre lo mismo en su consumo de forma prolongada; existiendo evidencias para desaconsejar la utilización de estos fármacos a largo plazo.

El reconocimiento de la importancia de los factores psicológicos y conductuales en el insomnio, ha conducido al estudio de estas intervenciones no farmacológicas, en especial de contenido cognitivo conductual, intervenciones que han sido rigurosamente evaluadas.

Estos tratamientos contra el insomnio incluyen técnicas como la higiene de sueño, la restricción de tiempo en cama, el control de estímulos y la terapia cognitiva. El principal objetivo de estas técnicas es eliminar ciertos hábitos disfuncionales de sueño, reducir la activación fisiológica y cognitiva y modificar creencias irracionales respecto al sueño; educando al paciente en prácticas saludables respecto al mismo.

Psicosomni (Valencia) somos un grupo de profesionales especializados en el tratamiento psicológico de estos problemas de sueño y disponemos de un equipo con una amplia experiencia. Nuestra terapia aúna  las técnicas que se han demostrado como la mejor opción y más completa para mejorar estas dificultades, de esta manera mejoramos el descanso de nuestros pacientes sin necesidad de recurrir a la medicación

 

Juanjo Agustí. 

Licenciatura en Psicología. Master en Psicología General Sanitaria.
Psicosomni. Centro especializado en el tratamiento psicológico y la prevención de los trastornos  de sueño. (http://www.psicosomni.es/)
Psicólogo de We Doctor.

Solicitud de consulta online con Juanjo: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/1474561

Después de años de investigación sobre el insomnio, sabemos con seguridad que el sueño resulta de vital importancia para el buen funcionamiento de las personas. De ahí, la importancia de corregir los problemas para dormir.

Más allá del descanso físico y mental que supone, el sueño es un estado de reposo del organismo que permite el desarrollo de procesos metabólicos fundamentales para garantizar la capacidad de concentración, memoria y auto-control de las personas a lo largo del día.

“El sueño es un estado de reposo del organismo que permite el desarrollo de procesos metabólicos fundamentales”.

A pesar de esto, las dificultades para dormir correctamente son uno de los problemas más frecuentes en la población. En España, una gran cantidad de personas viven con algún trastorno del sueño. Dependiendo de la gravedad, los problemas relacionados con el sueño o insomnio pueden llegar a derivar en enfermedades psiquiátricas o complicaciones vasculares como por ejemplo, el infarto de miocardio o los accidentes cerebro-vasculares.

Las hipnóticos (Orfidal, Zolpidem, etc…) son uno de los fármacos y opciones de tratamiento para el insomnio más utilizado en los países desarrollados, y aunque sus beneficios a corto plazo están claramente justificados no ocurre lo mismo en su consumo de forma prolongada; existiendo evidencias para desaconsejar la utilización de Orfidal, Zolpidem y otros hipnóticos a largo plazo.

El reconocimiento de la importancia de los factores psicológicos y conductuales en el insomnio ha conducido al estudio de estas intervenciones no farmacológicas, en especial de contenido cognitivo conductual, intervenciones que han sido rigurosamente evaluadas en ensayos clínicos.

“Tratamientos no farmacológicos han sido rigurosamente evaluados en ensayos clínicos”.

Estos tratamientos contra el insomnio incluyen técnicas como la restricción de tiempo en cama, la higiene de sueño o el control de estímulos, con el principal objetivo de modificar ciertos hábitos disfuncionales de sueño, reducir la activación fisiológica y cognitiva, modificar creencias irracionales respecto al sueño y educar al paciente en prácticas saludables respecto al mismo.

Psicosomni (Valencia) somos un grupo de profesionales especializados en el tratamiento psicológico de estos problemas de sueño y disponemos de un equipo con una amplia experiencia. Nuestra terapia es una de las técnicas que se han demostrado como la mejor opción y más completa para mejorar estas dificultades, de esta manera, mejoramos el descanso de nuestros pacientes sin necesidad de recurrir a la medicación.

 

 

Juanjo Agustí. 

Licenciatura en Psicología. Master en Psicología General Sanitaria.

Psicosomni. Centro especializado en el tratamiento psicológico y la prevención de los trastornos  de sueño.

(http://www.psicosomni.es/)

Solicitud de consulta online con Juanjo: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/1474561