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¿Perdonarías una infidelidad? probablemente muchas personas responderían con un “no” rotundo. No obstante, cuando estamos ante esta situación, no siempre la respuesta es tan contundente, ya que están implicados sentimientos, expectativas e incluso hay establecidos proyectos de vida conjunta.

La siguiente pregunta a formular sería: ¿se puede superar una infidelidad? sin entrar en rodeos la respuesta es sí, pero es importante destacar que es un proceso el cual requiere de voluntad por ambas partes y voluntad dirigida a reconstruir de nuevo la relación, mediante un trabajo continuo tanto a nivel emocional como cognitivo.

Por qué es tan importante la fidelidad

Cuando dos personas establecen una relación se construyen vínculos asentados sobre los cimientos de la confianza. La cual permite compartir y disfrutar de elementos como el afecto, la comodidad, la seguridad y la intimidad tanto física como mental.

Todo este camino entraña un tiempo de conocimiento mutuo, por medio del mismo se avanzará de forma progresiva construyendo la propia relación. Sin embargo, una infidelidad puede hacer que todo se derrumbe rápidamente.
La fidelidad (desde la perspectiva monógama), para una gran parte de la población, resulta ser una pieza fundamental en la estructura de la pareja, sin embargo, no se suele hacer explicita esta condición al iniciar una relación y, con frecuencia se da por supuesta. Al faltar a la fidelidad, estamos quebrantando ese compromiso tácito, al traicionar la confianza depositada en mi por parte de la otra persona.
Superar la infidelidad puede resultar muy costoso a nivel emocional, siendo una de las principales causas de ruptura en una relación.
Muchas parejas fracasan en el intento, debido a que siguen aferrados a lo que ocurrió en el pasado o con miedo a que en un futuro se vuelva a repetir. En pocas palabras, no pueden olvidar y pese a darse una nueva oportunidad, el fantasma (aunque a veces es real) de la infidelidad sobrevolará y acabará desgastando los restos de una relación dañada ya de por sí.
Sin embargo, como decida inicialmente, en muchos casos, la pareja se puede volver a reestablecer, restituir los vínculos antiguos e incluso crear otros nuevos, para ello es necesario contemplar una serie de elementos:

Fase de reflexión

Un aspecto de suma relevancia consiste en no dejarse llevar por la sensación de miedo, inseguridad, perdida o culpa que se produce tras la infidelidad, ya que si sólo atendemos a estas emociones quizá actuemos de forma impulsiva tratando de acallar el dolor. Por eso resulta primordial tomar una decisión que nos permita saber si estamos preparados para perdonar y retomar la relación sentimental. Ciertas preguntas pueden ayudar en esta toma de decisiones:

  • ¿Cuáles fueron las causas de la infidelidad? hay que identificar qué estaba ocurriendo en la pareja, que pudiese facilitar dicha infidelidad; la monotonía, mala comunicación, falta de relaciones sexuales, abandono emocional, etc.
  • ¿Qué tipo de infidelidad fue? ¿algo fugaz? o ¿algo reiterado en el tiempo? ¿algo puramente sexual? o ¿de tipo emocional?
  • ¿Existe compromiso mutuo para continuar? ambas partes deben de estar implicadas, pues en una pareja las dos personas tienen que ir en la misma dirección.
  • ¿Serias capaz de perdonar y partir desde cero? si sientes que va en contra de tus principios, aceptar puede ser algo que sientas en detrimento de elementos importantes para ti, como los valores. ¿podrías?
  • ¿Serías capaz de comprometerme con la fidelidad? hay que hacer un ejercicio de honestidad y no decir seré fiel, cuando en el fondo no estás preparado o comprometido con este propósito.

 

 

Fase de construcción de confianza

Se tiene que iniciar el proceso de perdón de forma previa y/o paralela a la construcción de la confianza. El perdón mitiga el daño de la transgresión y aumenta el compromiso relacional, ya que si este elemento no se da es muy difícil avanzar. El perdón es por ende un punto esencial para la construcción de una relación saludable y equilibrada.
Para restaurar la confianza primeramente se han de asentar unas bases de comunicación adecuada y de compromisos, estos compromisos tienen que ir dirigidos hacia reparar el vínculo amoroso y resolver los problemas que se han detectado en la pareja.

Restituir el daño causado es un proceso progresivo análogo a la curación de una herida, a veces entraña mucha dificultad siendo recomendable solicitar ayuda a profesionales cualificados en terapia de pareja, los cuales ayudarán a reencauzar la relación.
Como punto final, os propongo una metáfora, que puede contribuir en la reflexión:

Imaginemos que la infidelidad es como el mordisco de una serpiente, las hay que poseen una boca pequeña y, hacen heridas diminutas que cicatrizan rápidamente. Otras serpientes, en cambio, tienen una boca inmensa y producen heridas grandes. En este caso la cicatrización será más larga y difícil; sin embargo, toda herida antes o después cicatrizará.
Pero el problema se complica cuando la serpiente es venenosa, lo cual implica que los efectos del veneno impidan el proceso de cicatrización normal y harán que el dolor se prolongue en el tiempo.
Los venenos más comunes son la venganza, el rencor, el miedo. Si quieres que la herida se cure (al margen de si se retoma o se termina la relación), un requisito es dejar de alimentar los pensamientos que fomentan dichas emociones. Aceptar lo que ha ocurrido, cesar las conductas autodestructivas y cerrar el capítulo mediante el perdón, el cual no implica la reconciliación, justificar la ofensa o forzarse a olvidar, ya que el olvido vendrá con el tiempo. Si no que se trata de llevar el foco de atención sobre uno mismo, al autocuidado y al bienestar propio que tan dañado ha quedado.

 

Soraya Vivancos Montero

Psicóloga.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Soraya:  https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3506184