Entradas

El miedo es una emoción poderosa, capaz de arrebatarnos la calma e impulsarnos a huir. Creo que la emoción que es capaz de anular el miedo es el amor. Siempre podemos encontrar en el amor nuestro cobijo, es la emoción que aleja el sufrimiento y el temor, la tristeza y la ansiedad. El amor es nuestra emoción comodín, podemos acudir a ella en todo momento, en cualquier situación.

Una de las maneras en que el amor aparece en nuestra vida, es a través de la gratitud. Me gusta pensar en ella como en una hermosa semilla a la que cuidamos diariamente, es una semilla que vive dentro de nosotros y la cuidamos regándola con palabras amorosas, hacemos que crezca a través de nuestra respiración consciente, esta semilla también se desarrolla gracias al amor que tenemos por nosotros mismos y por los demás. Poco a poco, la gratitud va creciendo en nosotros, al principio se muestra tímidamente, a través de un “gracias” silencioso dirigido a nuestro cuerpo, a cada célula. Más tarde, cuando toma confianza, la gratitud se expresa con voz segura a través de una observación serena de todo lo que nos rodea, de las cosas que nos hacen la vida más fácil. Por último, la gratitud se convierte en un gran árbol que cobija la vida en su interior, debajo de sus ramas e incluso en sus raíces. Y es en ese momento en el que la gratitud se ha transformado en un profundo sentimiento de amor por toda la humanidad, por todo el universo. La gratitud nace en nosotros pero crece más allá de las fronteras de nuestro cuerpo, abarcando a todo ser sintiente, más allá del espacio y el tiempo.

Este es el momento de desarrollar nuestra presencia, estando presentes en nosotros mismos, en nuestro cuerpo, estando presentes junto a nuestros seres queridos, estando presentes con toda la humanidad. Cuando desarrollas tu compasión, cuando experimentas esa profunda y espiritual unión con todos los seres, estás presente. Cuando apoyas desde la distancia, cuando lees mis palabras, cuando ayudas a alguien que vive cerca de ti, estás presente. Cuando no te dejas llevar por el pánico, cuando decides dejar de estar sobre-informado, estás presente desde tu mismo centro, desde tu corazón.

La gratitud es la llave que abre el candado de la felicidad. Tendemos a pensar que la felicidad es nuestro derecho, algo incluso que debemos perseguir. La realidad es que la gratitud es la que atrae a la felicidad y cuando dejamos de ir tras ella y comenzamos a invertir tiempo y amor en nosotros mismos, es ella quien viene hasta nosotros de manera inesperada, de manera sosegada.

Quiero que crezca en ti esta semilla de la gratitud hasta que se convierta en un bello y antiguo árbol que es refugio para ti y para todos. Por ello comparto contigo algunas maneras de regar esta semilla, léelo sin prisa, interioriza cada palabra.

Para un momento y dedícate un tiempo para ti… Si siempre estamos ocupados, si estamos sepultados bajo millones de responsabilidades, la gratitud se siente amenazada y huye, se esconde. Para que esta semilla crezca, antes debes hacerla un poco de espacio y debes comenzar dedicándote unos minutos a la semana solo para ti, donde puedas relajarte, donde puedas mirarte desde dentro a través de tu respiración consciente. Comienza por un día a la semana y ve conquistando pequeños minutos solo para ti a diario. De este modo, la gratitud se sentirá segura y sabrá que puede crecer en ti, que la estás acogiendo y haciendo un espacio en tu cuerpo y mente. En esos pequeños momentos que vayas conquistando para ti, puedes aprovechar para reflexionar en las tres o cuatro cosas que hay en tu vida y que la hacen única y especial. Tal vez observes que siempre son las mismas cosas las que te hacen sentir bien, especial, es normal, pero te aconsejo que amplíes tu mirada, que vayas más allá de tu cuerpo, más allá de tu familia y que observes los pequeños gestos de personas anónimas que te hacen disfrutar de la vida, que te hacen sentir una profunda gratitud.

 

Ábrete a cualquier experiencia que el universo traiga hasta ti… Solemos vivir en una constante lucha, luchando con otros por nuestra felicidad, como si ésta fuera un bien escaso, como si fuera un tesoro al que solo algunos acceden. En esa lucha eterna que tenemos con nosotros mismos y los demás, nos imponemos ciertas metas o expectativas que se pueden llegar a convertir en las rejas de la cárcel donde nos recluimos a nosotros mismos. Abandona tus expectativas, déjate llevar por la sabiduría de la vida, del universo. Relájate, permite que el propósito de tu vida te encuentre, no luches, no busques desesperadamente la felicidad fuera de ti, está en ti, siempre lo ha estado. Cuando fluyes con la vida, ésta te sorprende, te lleva a descubrir cosas de ti mismo que no sabías que tenías, te sorprende al enseñarte tu verdadera naturaleza, puro amor y gratitud. Fluye con ellos, déjate llevar.

El corazón es la sede del amor y la gratitud…Este lugar de tu cuerpo es el que guarda la semilla de la gratitud, de donde nace el amor, de donde nace la felicidad. Acude a tu corazón, siéntate calmadamente y lleva tus manos al pecho, siente su latido, su presencia silenciosa. Tras contactar con tu corazón, dedica dos o tres minutos a agradecer aquellas cosas y personas que hacen que tu vida sea más brillante, más interesante, más significativa. Intenta sentir cómo la gratitud se expande desde tu corazón a todo tu cuerpo, a tu mente y cómo también traspasa tu piel para compartir esta emoción con toda la humanidad, con todo el planeta, con todo el universo. Esta práctica tan sencilla te ayudará a crecer interiormente, te hará sentir equilibrado y sereno. Incorporar este hábito a tu día a día, lo cambiará todo, te transformará por completo.

 

Recuerda que la gratitud es una de las muchas maneras en que el amor se expresa. Tú eres puro amor, tú eres pura gratitud.

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192

De una forma u otra estos días de cuarentena van a repercutir en nuestra Salud Mental.

Habrá quienes, después de un tiempo, evalúen este periodo como positivo o quienes tendrán la sensación de haber pasado por una dura y difícil etapa que inevitablemente le deje huella. Ahora mismo son muchos los portales y blogs en los que se dan recomendaciones o ideas para “sobrellevar” estos días. Nos damos ánimos sentando como base que esto es un momento complicado para el que necesitamos apoyo e intentamos estar más cercanos que nunca con un porcentaje concreto de nuestros contactos. La sobreinformación es muchísima, tanto del virus que nos tiene encerrados como de cuáles son los mejores consejos para que nos afecte lo menos posible.

Pero, ¿es evadirnos la mejor forma de pasar estos días?, ¿es realmente adaptativo y efectivo consumir constantemente entretenimiento arbitrario sin pararnos a evaluar ni analizar lo que podemos extraer de esta situación?

Lo cierto es que estamos ante unas circunstancias excepcionales, uno de esos momentos históricos que nadie ha decidido vivir por voluntad propia, pero por el que todos hemos de pasar actuando de la forma más humana y responsable posible. Es una situación inevitable, pero con fecha de caducidad. Por ello quizás serán unos días en lo que todo está permitido: sentirse hoy con fuerza, mañana no tener un buen día, pasado preocuparnos, dentro de tres días ni siquiera leer las noticias,… Y todo esto está bien. Pocos o ninguno de nosotros sabemos actuar en estos casos porque por suerte nunca antes hemos vivido algo así y es posible que ante este desconocimiento e incertidumbre sintamos ansiedad, angustia, miedo, preocupación, nerviosismo… Pero para tener en cierto modo una sensación de seguridad y control que nos ayude en esos días en los que sentimos que todo se está haciendo más difícil de lo imaginado, la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA) ha recogido una serie de recomendaciones que, aunque probablemente ya hayáis leído, no está de más recordar:

  • Limítate a conocer la situación local. El Covid19 ya ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) una pandemia global que afecta a un gran número de países. Cada uno de estos países están en una fase diferente. Buscar y leer información sobre lo que pasa en otros países puede perjudicarnos, puesto que ni sanidad, ni sociedad, ni personal sanitario, ni autoridades responsables de garantizar la seguridad y el control de este problema son iguales de unos países a otros.
  • Infórmate. Evadir las noticias o intentar no saber lo que pasa no es la forma más responsable de actuar. Es importante que sepamos cual es la realidad que hay fuera de nuestras casas, por eso acota unos minutos al día para informarte SIEMPRE a través de organismos oficiales, de cuál es la situación y qué medidas se están tomando. Unos minutos. No necesitas más. La saturación de información puede ser perjudicial y mucho más si atendemos y creemos todo lo que leemos u oímos.
  • Mantente cerca de tu círculo social habitual. Puesto que ahora mismo no existe la posibilidad de hacerlo físicamente, aprovecha las facilidades tecnológicas con las que contamos y no pierdas la rutina social a la que estás acostumbrado. Este círculo social suele actuar en nuestra vida diaria como nuestro cable a tierra, mantenerlo estos días es incluso más importante.
  • Cuídate. Ya sabemos que para poder ayudar a otros es primordial que nosotros estemos bien. Para ello, Atle Dyregrov (ex miembro del Comité Permanente de la EFPA sobre Psicología de crisis, traumas y desastres) ha desarrollado un texto en el que nos da algunas pautas sobre cómo podemos actuar para que nuestra Salud Mental no se resienta preocupantemente tras un periodo de cuarentena. Puedes encontrarlas a continuación recogidas de forma sintética:
    • Es importante tener presente que estamos haciendo esto por un bienestar social general.
    • Mantener unas rutinas de ejercicios, comida y sueño es primordial para que nuestro día a día siga cierto orden y podamos mantener un ritmo biológico óptimo.
    • Como decíamos anteriormente, cuida e incluso enriquece el contacto social.
    • Toma el control de los pensamientos negativos. Cuando estos aparezcan, podemos realizar un ejercicio de meditación y relajación con el que consigamos ver que nuestros pensamientos no son más que eso: ideas, que no tienen por qué hacerse realidad.
  • Si lo necesitas, busca ayuda profesional. Si después de estas recomendaciones, aun sientes nerviosismo, tristeza u otras sensaciones que te producen malestar e interfieren con tu desempeño diario, consulta con un profesional de la Salud Mental. En casos de hipocondría y otros trastornos relacionados con la ansiedad es importante que durante estos días se reciba el apoyo psicológico adecuado, puesto que una mala interpretación de síntomas característicos ansiosos (como puede ser la sensación de falta de aire), puede llevarnos a un auto-diagnóstico erróneo de Covid19 (cuyo síntoma más conocido es justamente ese) que no hará más que empeorar la situación.
  • Y por último, aunque no menos importante, si hay menores en nuestros hogares, establezcamos lazos de comunicación estables y seguros, adaptemos el lenguaje y la explicación de lo que ocurre a sus edades, y creemos con ellos una rutina que, como decíamos anteriormente, les permita tener un orden.

 

Silvia Muñoz Morales

Máster en Psicología General Sanitaria

Twitter: @psicnetworkblog

Facebook: /psiconetworkblog

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Silvia: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3276802