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Los pacientes que acuden a terapia psicológica requieren de mucho valor para dar el salto… para contactar con un profesional que explorará partes de sí mismos de los que ni siquiera son conscientes, desvelando heridas, vacíos, pozos llenos de tristeza y rincones donde se amontonan la ansiedad y los miedos.

Siempre que llega hasta mí un nuevo paciente, valoro enormemente su fuerza, sus ganas de sentirse mejor, la apertura que me muestran, respondiendo a mis preguntas… a veces exploradoras… a veces confrontadoras. Sé que debo ser delicada cuando me adentro en el universo único que representa mi paciente… porque sé que es alguien único, a pesar de que la sociedad trata de hacernos ver que todos somos iguales.

Tú también eres único, no hay nadie como tú en todo el universo… y eso es bueno… eso permite que todos evolucionemos y sigamos creciendo.

El hecho es que yo creo que la confianza que han depositado en mí mis pacientes, yo se la debo devolver a través de la gratitud y también planificando el alta terapéutica con tiempo.

Han sido muchos los pacientes que me han dicho que sus anteriores psicólogos nunca les dieron el alta, a pesar de encontrarse mejor. ¿El resultado?… abandonaron la terapia antes del alta… porque nunca llegaba.

Si eres psicólogo, mi consejo es que planifiques el alta… es un momento muy importante de la atención que brindas, de hecho creo que el alta es tan terapéutica como el resto de cosas que trabajas con ellos. Creo que es así porque el alta representa muchas cosas para el paciente:

  • Confianza en sí mismo… Saber que has acudido a un profesional de la salud mental, que te ha ayudado por ese bello camino del auto-descubrimiento, que has podido crear una madeja ordenada a partir de esos hilos inconexos que tenías en tu mente y cuerpo, es alentador, te llena de confianza y seguridad. Y todos necesitamos confianza y seguridad. Que un profesional te diga que te ve en una situación tan positiva que puedes continuar por tu cuenta, sin necesidad de ayuda profesional, puede dar miedo al principio, pero les llena de confianza en sí mismos, les hace sentir ese poder que anida en su interior y todos esos sentimientos nacen del amor hacia uno mismo.

Yo siempre expreso la confianza sin condiciones que tengo en mis pacientes y creo que es esa confianza en el otro, la que despierta la confianza en sí mismos… tan solo alumbro ciertos rincones que los pacientes creían eran pura oscuridad. En la terapia les acompaño en esa exploración por la oscuridad para que se den cuenta de la alegría, el amor y la serenidad que en realidad habitan allí.

  • Empoderamiento… En ocasiones se abusa de esta palabra, por eso quiero explicarte lo que es para mí el empoderamiento y cómo el alta terapéutica empodera a mis pacientes. Empoderar a otros hace referencia a ayudarles a ver el poder que anida en su interior… porque a pesar de que necesiten ayuda profesional, mis pacientes tienen un gran poder interno que no siempre identifican, que creen perdido, arrebatado por la ansiedad, la tristeza o el estrés.

Cuando sentimos este poder interno, afrontamos con valentía los retos de la vida, sentimos que tenemos en nuestro interior todas las herramientas necesarias para caminar con seguridad por la vida. El alta terapéutica empodera al paciente porque le anima a continuar por su cuenta, porque lleva en su mochila personal muchas herramientas con las que afrontar los retos de la vida y tras el alta, se tendrá que enfrentar a todo eso por su cuenta, lo que aumentará su confianza y su poder interno.

El desapego que debe desarrollar el paciente en el momento del alta también le ayuda a no aferrarse demasiado a ciertas personas, a comprender que hay cosas que solo él o ella puede afrontar. Con tu desapego al final de la terapia, sigues enseñando al paciente cómo seguir caminando por la vida.

  • Resiliencia… Esta extraña palabra hace referencia a la fortaleza recobrada, a la capacidad de seguir con la propia vida y a evolucionar a pesar de los retos (o tal vez por ellos). La terapia es un cursillo acelerado de resiliencia, un espacio donde explorarse a uno mismo y aprender herramientas que le ayudarán a afrontar los malos momentos, a capear las tormentas emocionales.

El alta terapéutica también aumenta su resiliencia porque nuestra confianza en que pueden seguir su camino solos, les hace más conscientes de su capacidad para superar cualquier reto, de que pueden contar consigo mismos para evolucionar, que pueden confiar en ellos mismos.

  • Fuerza… Una de las cosas que recuperan los pacientes que acuden a terapia, es su fuerza, su fortaleza… Cuando llegan a terapia creen haber perdido su poder interno, su fuerza vital, su energía única. Pero en el trabajo cotidiano de la terapia, se dan cuenta de que no es así, de que esa fuerza siempre habita en ellos… solo que no la identificaban. El alta terapéutica despierta su fuerza interna, su capacidad de seguir con la vida de manera autónoma.

Me he acostumbrado a indicar desde el principio, que no extenderé la terapia más allá de lo necesario, porque mi objetivo no es aferrarme a mis pacientes, mi objetivo es ayudarles a ser más libres, a conocerse mejor y a vivir la vida plenamente incluso cuando ocurren cosas que no les gustan. Este desapego que he logrado cuando observo las señales que me indican la proximidad del alta, es el que libera a mis pacientes, el que les llena de seguridad y confianza.

De modo que no lo dudes… da el alta cuando observes que tus pacientes han alcanzado los objetivos planteados, incluso cuando anticipes que aún le quedan retos que podrá resolver por su cuenta, porque afrontar retos inmediatamente después del alta, les ayuda a coger más confianza, a sentirse capaces de afrontar lo que la vida trae hasta ellos.

Porque al fin y al cabo, la terapia consiste en hacer más libres a los demás.

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192

¿Quieres encontrar el equilibrio? Te invito a que disfrutes de la soledad.

Pasar tiempo a solas nos ayuda a conseguir una relación más sana tanto con nosotros como con los demás.

Aunque sí es cierto que somos seres sociales, de vez en cuando nos conviene estar a solas para poder reencontrarnos con nosotros mismos.

¿Crees que estar solo está mal visto? Pues siento decirte que para nada, la soledad bien gestionada es una buena oportunidad para conocernos y desarrollar nuestros puntos fuertes.

Nos permite hacer una valoración del estado en el que nos encontramos y solucionar con más calma los problemas que tengamos.

Estamos tan acostumbrados a estar siempre acompañados que cuando estamos solos experimentamos una sensación de vacío y de abandonado que no siempre resulta fácil de asumir.

Mantén una actitud positiva

La clave está en dejar de considerar la soledad como algo negativo.
Estar solo no significa sentirse solo.
Piensa en todo lo bueno que te pueden aportar esos momentos de estar contigo mismo: tiempo para reflexionar, para descansar, para entenderte mejor tanto a ti como a los demás…
Con esta actitud, la soledad puede convertirse en un regalo.

Más independencia

Estamos muy acostumbrados a depender emocionalmente de los demás, ya sean nuestros padres, amigos, pareja…
Si por cualquier razón nos quedamos solos, nos sentimos abandonados y con la sensación que nos falta algo.
Si aprendes a sentirte a gusto en esta situación, fortalecerás tu carácter, ser más feliz por ti mismo y no tanto por los que te rodean.

Fortalecer autoestima

Algunas veces el miedo a estar solo refleja una dosis baja de autoestima.
Para evitarlo, deja de depender de la aceptación de los demás.
Si te demuestras que tienes las capacidades suficientes por ti para superar los problemas sin ayuda, tu confianza aumentará de manera escalonada.

Date un voto de confianza y superarás los obstáculos con mayor seguridad.

Si te interesa tener técnicas que te ayuden a aumentar la autoestima, te invito a que visites el siguiente link: http://www.centrepsicologickaizen.com/aumentar-la-autoestima/ en el cual verás el temario que imparto para el Taller Online que puede resultarte muy útil.

Busca momentos de soledad

Si no estás demasiado acostumbrado, empieza realizando alguna actividad a solas como por ejemplo: ir a dar un paseo, a tomar un café …

Al principio te parecerá extraño, pero con el tiempo te acostumbrarás y disfrutarás de esos momentos.

La soledad bien gestionada puede convertirse en una gran aliada.

¿Quieres conocer algunos de sus beneficios adicionales?

  • Una oportunidad para cuidarte y disfrutar de la vida: aprovecha los momentos de soledad para hacer cosas que te gustan: escuchar música, leer, pasear…
  • Inteligencia emocional: las personas que están acostumbradas a estar solas suelen tener un mayor vida interior y son más capaces de comprender sus emociones y la de los demás.
  • Menos estrés: pasar un tiempo solo nos proporciona la relajación que difícilmente conseguiremos rodeados de gente. Es una forma ideal de serenarnos y de recuperar el equilibrio.

Termino este post con una frase que espero te haga pensar:

“Muchas personas sufren el miedo de encontrarse a solas, y por lo tanto, no se encuentran a sí mismas”.
Rollo May

 

Aida Canals López

Psicóloga General Sanitaria

www.aidacanals.com

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Psicóloga de We Doctor

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¿Perdonarías una infidelidad? probablemente muchas personas responderían con un “no” rotundo. No obstante, cuando estamos ante esta situación, no siempre la respuesta es tan contundente, ya que están implicados sentimientos, expectativas e incluso hay establecidos proyectos de vida conjunta.

La siguiente pregunta a formular sería: ¿se puede superar una infidelidad? sin entrar en rodeos la respuesta es sí, pero es importante destacar que es un proceso el cual requiere de voluntad por ambas partes y voluntad dirigida a reconstruir de nuevo la relación, mediante un trabajo continuo tanto a nivel emocional como cognitivo.

Por qué es tan importante la fidelidad

Cuando dos personas establecen una relación se construyen vínculos asentados sobre los cimientos de la confianza. La cual permite compartir y disfrutar de elementos como el afecto, la comodidad, la seguridad y la intimidad tanto física como mental.

Todo este camino entraña un tiempo de conocimiento mutuo, por medio del mismo se avanzará de forma progresiva construyendo la propia relación. Sin embargo, una infidelidad puede hacer que todo se derrumbe rápidamente.
La fidelidad (desde la perspectiva monógama), para una gran parte de la población, resulta ser una pieza fundamental en la estructura de la pareja, sin embargo, no se suele hacer explicita esta condición al iniciar una relación y, con frecuencia se da por supuesta. Al faltar a la fidelidad, estamos quebrantando ese compromiso tácito, al traicionar la confianza depositada en mi por parte de la otra persona.
Superar la infidelidad puede resultar muy costoso a nivel emocional, siendo una de las principales causas de ruptura en una relación.
Muchas parejas fracasan en el intento, debido a que siguen aferrados a lo que ocurrió en el pasado o con miedo a que en un futuro se vuelva a repetir. En pocas palabras, no pueden olvidar y pese a darse una nueva oportunidad, el fantasma (aunque a veces es real) de la infidelidad sobrevolará y acabará desgastando los restos de una relación dañada ya de por sí.
Sin embargo, como decida inicialmente, en muchos casos, la pareja se puede volver a reestablecer, restituir los vínculos antiguos e incluso crear otros nuevos, para ello es necesario contemplar una serie de elementos:

Fase de reflexión

Un aspecto de suma relevancia consiste en no dejarse llevar por la sensación de miedo, inseguridad, perdida o culpa que se produce tras la infidelidad, ya que si sólo atendemos a estas emociones quizá actuemos de forma impulsiva tratando de acallar el dolor. Por eso resulta primordial tomar una decisión que nos permita saber si estamos preparados para perdonar y retomar la relación sentimental. Ciertas preguntas pueden ayudar en esta toma de decisiones:

  • ¿Cuáles fueron las causas de la infidelidad? hay que identificar qué estaba ocurriendo en la pareja, que pudiese facilitar dicha infidelidad; la monotonía, mala comunicación, falta de relaciones sexuales, abandono emocional, etc.
  • ¿Qué tipo de infidelidad fue? ¿algo fugaz? o ¿algo reiterado en el tiempo? ¿algo puramente sexual? o ¿de tipo emocional?
  • ¿Existe compromiso mutuo para continuar? ambas partes deben de estar implicadas, pues en una pareja las dos personas tienen que ir en la misma dirección.
  • ¿Serias capaz de perdonar y partir desde cero? si sientes que va en contra de tus principios, aceptar puede ser algo que sientas en detrimento de elementos importantes para ti, como los valores. ¿podrías?
  • ¿Serías capaz de comprometerme con la fidelidad? hay que hacer un ejercicio de honestidad y no decir seré fiel, cuando en el fondo no estás preparado o comprometido con este propósito.

 

 

Fase de construcción de confianza

Se tiene que iniciar el proceso de perdón de forma previa y/o paralela a la construcción de la confianza. El perdón mitiga el daño de la transgresión y aumenta el compromiso relacional, ya que si este elemento no se da es muy difícil avanzar. El perdón es por ende un punto esencial para la construcción de una relación saludable y equilibrada.
Para restaurar la confianza primeramente se han de asentar unas bases de comunicación adecuada y de compromisos, estos compromisos tienen que ir dirigidos hacia reparar el vínculo amoroso y resolver los problemas que se han detectado en la pareja.

Restituir el daño causado es un proceso progresivo análogo a la curación de una herida, a veces entraña mucha dificultad siendo recomendable solicitar ayuda a profesionales cualificados en terapia de pareja, los cuales ayudarán a reencauzar la relación.
Como punto final, os propongo una metáfora, que puede contribuir en la reflexión:

Imaginemos que la infidelidad es como el mordisco de una serpiente, las hay que poseen una boca pequeña y, hacen heridas diminutas que cicatrizan rápidamente. Otras serpientes, en cambio, tienen una boca inmensa y producen heridas grandes. En este caso la cicatrización será más larga y difícil; sin embargo, toda herida antes o después cicatrizará.
Pero el problema se complica cuando la serpiente es venenosa, lo cual implica que los efectos del veneno impidan el proceso de cicatrización normal y harán que el dolor se prolongue en el tiempo.
Los venenos más comunes son la venganza, el rencor, el miedo. Si quieres que la herida se cure (al margen de si se retoma o se termina la relación), un requisito es dejar de alimentar los pensamientos que fomentan dichas emociones. Aceptar lo que ha ocurrido, cesar las conductas autodestructivas y cerrar el capítulo mediante el perdón, el cual no implica la reconciliación, justificar la ofensa o forzarse a olvidar, ya que el olvido vendrá con el tiempo. Si no que se trata de llevar el foco de atención sobre uno mismo, al autocuidado y al bienestar propio que tan dañado ha quedado.

 

Soraya Vivancos Montero

Psicóloga.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Soraya:  https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3506184