¿Qué es morir?
Morir es terminar de vivir.
Explicaciones tales como: “está en el cielo”, “desapareció”… no son tranquilizantes si no se les explica claramente que de lo que se trata es del final de una vida.
No debemos engañarles diciendo: “cuando seamos muy mayores”.
Sabemos que lamentablemente no es siempre así: mueren bebés, niños, jóvenes, adultos, mayores… morimos cuando se nos acaba la vida.
Todo lo que nace, muere.
Siempre hay que decir la verdad y adaptar el mensaje a la edad del niño.
Hay que decirles que ese ser querido: abuelo, primo… se ha muerto y no vamos a verle más, que va a estar en nuestro recuerdo, que hemos estado muy a gusto mientras hemos estado con él.
Hasta los 6 años los niños no se angustiarán con el tema de la muerte, hablarán con naturalidad y después de obtener las respuestas que buscaban, continuaran con sus juegos, sus películas… nos angustiamos los adultos.
Cuando los niños no hacen preguntas acerca de la muerte de un ser querido no significa que no las tengan.
Ellos perciben que formularlas abiertamente provoca angustia y incomodidad en los adultos.
La muerte sigue siendo un tema tabú hoy en día pero debemos enseñar al niño a manifestar sus propias emociones.
Debemos observar su comportamiento y ayudarles a gestionar y vivir la tristeza porque también ellos necesitan llorar una pérdida y necesitan apoyo, comprensión y cariño.
Dependiendo de la edad de éstos puedan manifestar sus emociones a través del llanto, del dibujo, de las verbalizaciones…
Tampoco no es nada recomendable dejar a los niños al margen de las ceremonias de despedida.
A partir de los 10 años ya comprenden lo que ha ocurrido, pueden ir a ver a un enfermo, a una funeral, a un cementerio a llevar flores… siempre y cuando la familia le explique el por qué hace eso.
Con eso no quiero decir que tengan que ir a un tanatorio, porque los féretros acostumbran a estar abiertos; tampoco no hace falta explicar detalles del fallecimiento (y más si este ha sido por suicidio), o que vean el cadáver, porque les va a costar asimilarlo.
Pero sí que puedan asistir a las ceremonias de despedida, y en especial aquellas que son un homenaje a la vida de modo que tengan los mejores recuerdos de la persona fallecida.
Algunas posibles respuestas a preguntas complejas.
La muerte se puede explicar en términos de ausencia de funciones vitales, por ejemplo: las personas se mueren cuando ya no respiran, no comen, no hablan, no piensan y no sienten.
Ante la respuesta de: «¿Cuándo te morirás tú? »
La mejor manera para contestar puede ser: «¿Te preocupa que no esté aquí para cuidarte? Yo no pienso morirme en mucho tiempo. Espero estar aquí para cuidarte todo el tiempo que necesites. Pero si mamá y papá se mueren, habrán muchas personas que te cuidarán: el abuelo, la abuela, los tíos…»
Y por último, no es nada recomendable comparar la muerte con el sueño, ya que pueden sentirse confundidos y empezar a tener miedo de irse a la cama por si se quedan dormidos y no se despiertan.
Finalizo este post con esta frase de Elisabeth Kubler-Ross que espero que te inspire:
“Es sólo cuando realmente sabemos y entendemos que tenemos un tiempo limitado en la tierra – y que no tenemos manera de saber cuando nuestro tiempo se ha acabado, que entonces comenzará a vivir cada día al máximo, como si fuera el único que teníamos”
Aida Canals
Psicóloga General Sanitaria
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