Entradas

Poco a poco vamos saliendo del aislamiento al que nos hemos visto obligados la humanidad por la presencia del Covid-19. Muchas personas llevaban un tiempo deseando retomar su vida normal, pero lo cierto es que el mundo ha cambiado desde mediados de Marzo.

La enorme sociabilidad que tenemos en España es positivo porque ha dado lugar a una solidaridad que hacía mucho tiempo no veíamos ni sentíamos, pero puede ser un obstáculo en la desescalada paulatina que debemos realizar, ya que nuestros hábitos de ocio se van a ver afectados e incluso las relaciones sociales deberán ser menos físicas y más afectivas.

Tras poder salir de nuevo a la calle sin apenas restricciones de horarios, podemos llegar a pensar que ya no hay peligro, pero la realidad es que aún debemos ser cautos, aún tenemos que cumplir con la distancia personal, debemos llevar mascarilla y mantener una distancia de seguridad con otras personas. En esta etapa es muy fácil minimizar el riesgo al que estamos expuestos por pensar que todo pasó, que el virus ya desapareció. Lo cierto es que aún se producen contagios y cuando nos protegemos a nosotros mismos, estamos también protegiendo a los demás, creando una red de colaboración y amor con nuestra conducta responsable. Algunas pautas que puedes seguir para re-incorporarte a tu vida cotidiana con seguridad, son:

  • Llevar puesta la mascarilla: Sé que es agobiante y mucho más con el calor que comienza a llegar, pero es la mejor manera de prevenir contagios. Hace unas semanas tuve que llevar a mi abuelo al médico y aunque fuimos en coche, me puse la mascarilla. Al principio me sentía muy incómoda, sentía mucho calor, especialmente cuando espiraba. Tras un tiempo observando esas sensaciones, me di cuenta de que podía tomar la mascarilla como excusa para hacerme consciente de mi respiración y volver al presente. En ese momento comencé a dejarme llevar por el ir y venir de mi respiración, por el fresco aire que sentía al inspirar y el aire caliente que notaba al espirar. Poco a poco me fui calmando y empecé a estar plenamente en el presente. Te animo a que tú también lo practiques, a que tomes las sensaciones desagradables y las conviertas en excusas para conocerte mejor.
  • Lavarte las manos habitualmente: Otra de las pautas esenciales, es mantener una buena higiene de manos. Para ello, lávate tus manos con agua y jabón frecuentemente a lo largo del día y cada vez que entres y salgas de casa. Puedes convertir esta actividad en una práctica de atención plena, volviendo a tu cuerpo y al presente una vez más. Lo único que debes hacer es sentir cada movimiento que haces, siente la temperatura del agua en tu piel, huele el aroma del jabón, siente la suavidad de tus manos enjabonadas, aprovecha para darte un masaje en las manos, siente cada hueso, cada dedo, cada uña. De este modo el Covid-19 es la excusa perfecta para vivir en el presente.
  • Evitar las aglomeraciones: En las grandes ciudades estamos acostumbrados a las multitudes en los medios de transporte, en las actividades de ocio e incluso en ocasiones en nuestros lugares de trabajo. Todo esto ha cambiado. Tal vez ahora te parezca que es algo negativo, pero yo creo que nos va a ayudar a vivir a un ritmo diferente, no tan acelerados, no tan angustiados. Siente el espacio que te rodea como una oportunidad para expandirte un poco más, para ser más libre. Es importante evitar aglomeraciones para protegernos a nosotros, a nuestros seres queridos y a los profesionales de la salud que tanto han trabajado y siguen trabajando para cuidarnos.
  • Mantener la distancia física: Más que distanciamiento social, lo que tenemos que lograr es distancia física. En España estamos acostumbrados a demostrar nuestro afecto por medio de abrazos y besos y aunque es una manera maravillosa de expresarnos, lo cierto es que podemos expresar lo mismo de otras maneras. Tal vez no podamos besar, pero podemos decir a los demás que los queremos, tal vez no podamos abrazar pero nuestros ojos transmiten lo que sentimos claramente. Podemos recuperar la escritura como medio para comunicar lo que sentimos, ya sea enviando cartas o emails a nuestros seres queridos. Transmitimos nuestras emociones en la manera en que hablamos, con las palabras que escogemos, con nuestro tono de voz… recuperemos esa otra manera de demostrar lo que sentimos.
  • Disfruta de la vida porque es maravillosa. Más allá de las limitaciones que ahora debemos cumplir, no te olvides de disfrutar la vida, de vivirla plenamente, de descansar, caminar, hacer deporte, meditar, hablar con seres queridos y amigos. No te olvides de dedicarte tiempo a ti mismo, porque salir a la calle no está reñido con conocerte profundamente, con quererte más.

La vida es maravillosa y el Covid-19 nos ha mostrado una faceta diferente de la vida y de nosotros mismos y si somos capcaces de ver que todo lo que ha traído este virus ha sido una oportunidad para seguir creciendo, saldremos reforzados de esta situación, saldremos más fuertes.

 

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192

El miedo es una emoción poderosa, capaz de arrebatarnos la calma e impulsarnos a huir. Creo que la emoción que es capaz de anular el miedo es el amor. Siempre podemos encontrar en el amor nuestro cobijo, es la emoción que aleja el sufrimiento y el temor, la tristeza y la ansiedad. El amor es nuestra emoción comodín, podemos acudir a ella en todo momento, en cualquier situación.

Una de las maneras en que el amor aparece en nuestra vida, es a través de la gratitud. Me gusta pensar en ella como en una hermosa semilla a la que cuidamos diariamente, es una semilla que vive dentro de nosotros y la cuidamos regándola con palabras amorosas, hacemos que crezca a través de nuestra respiración consciente, esta semilla también se desarrolla gracias al amor que tenemos por nosotros mismos y por los demás. Poco a poco, la gratitud va creciendo en nosotros, al principio se muestra tímidamente, a través de un “gracias” silencioso dirigido a nuestro cuerpo, a cada célula. Más tarde, cuando toma confianza, la gratitud se expresa con voz segura a través de una observación serena de todo lo que nos rodea, de las cosas que nos hacen la vida más fácil. Por último, la gratitud se convierte en un gran árbol que cobija la vida en su interior, debajo de sus ramas e incluso en sus raíces. Y es en ese momento en el que la gratitud se ha transformado en un profundo sentimiento de amor por toda la humanidad, por todo el universo. La gratitud nace en nosotros pero crece más allá de las fronteras de nuestro cuerpo, abarcando a todo ser sintiente, más allá del espacio y el tiempo.

Este es el momento de desarrollar nuestra presencia, estando presentes en nosotros mismos, en nuestro cuerpo, estando presentes junto a nuestros seres queridos, estando presentes con toda la humanidad. Cuando desarrollas tu compasión, cuando experimentas esa profunda y espiritual unión con todos los seres, estás presente. Cuando apoyas desde la distancia, cuando lees mis palabras, cuando ayudas a alguien que vive cerca de ti, estás presente. Cuando no te dejas llevar por el pánico, cuando decides dejar de estar sobre-informado, estás presente desde tu mismo centro, desde tu corazón.

La gratitud es la llave que abre el candado de la felicidad. Tendemos a pensar que la felicidad es nuestro derecho, algo incluso que debemos perseguir. La realidad es que la gratitud es la que atrae a la felicidad y cuando dejamos de ir tras ella y comenzamos a invertir tiempo y amor en nosotros mismos, es ella quien viene hasta nosotros de manera inesperada, de manera sosegada.

Quiero que crezca en ti esta semilla de la gratitud hasta que se convierta en un bello y antiguo árbol que es refugio para ti y para todos. Por ello comparto contigo algunas maneras de regar esta semilla, léelo sin prisa, interioriza cada palabra.

Para un momento y dedícate un tiempo para ti… Si siempre estamos ocupados, si estamos sepultados bajo millones de responsabilidades, la gratitud se siente amenazada y huye, se esconde. Para que esta semilla crezca, antes debes hacerla un poco de espacio y debes comenzar dedicándote unos minutos a la semana solo para ti, donde puedas relajarte, donde puedas mirarte desde dentro a través de tu respiración consciente. Comienza por un día a la semana y ve conquistando pequeños minutos solo para ti a diario. De este modo, la gratitud se sentirá segura y sabrá que puede crecer en ti, que la estás acogiendo y haciendo un espacio en tu cuerpo y mente. En esos pequeños momentos que vayas conquistando para ti, puedes aprovechar para reflexionar en las tres o cuatro cosas que hay en tu vida y que la hacen única y especial. Tal vez observes que siempre son las mismas cosas las que te hacen sentir bien, especial, es normal, pero te aconsejo que amplíes tu mirada, que vayas más allá de tu cuerpo, más allá de tu familia y que observes los pequeños gestos de personas anónimas que te hacen disfrutar de la vida, que te hacen sentir una profunda gratitud.

 

Ábrete a cualquier experiencia que el universo traiga hasta ti… Solemos vivir en una constante lucha, luchando con otros por nuestra felicidad, como si ésta fuera un bien escaso, como si fuera un tesoro al que solo algunos acceden. En esa lucha eterna que tenemos con nosotros mismos y los demás, nos imponemos ciertas metas o expectativas que se pueden llegar a convertir en las rejas de la cárcel donde nos recluimos a nosotros mismos. Abandona tus expectativas, déjate llevar por la sabiduría de la vida, del universo. Relájate, permite que el propósito de tu vida te encuentre, no luches, no busques desesperadamente la felicidad fuera de ti, está en ti, siempre lo ha estado. Cuando fluyes con la vida, ésta te sorprende, te lleva a descubrir cosas de ti mismo que no sabías que tenías, te sorprende al enseñarte tu verdadera naturaleza, puro amor y gratitud. Fluye con ellos, déjate llevar.

El corazón es la sede del amor y la gratitud…Este lugar de tu cuerpo es el que guarda la semilla de la gratitud, de donde nace el amor, de donde nace la felicidad. Acude a tu corazón, siéntate calmadamente y lleva tus manos al pecho, siente su latido, su presencia silenciosa. Tras contactar con tu corazón, dedica dos o tres minutos a agradecer aquellas cosas y personas que hacen que tu vida sea más brillante, más interesante, más significativa. Intenta sentir cómo la gratitud se expande desde tu corazón a todo tu cuerpo, a tu mente y cómo también traspasa tu piel para compartir esta emoción con toda la humanidad, con todo el planeta, con todo el universo. Esta práctica tan sencilla te ayudará a crecer interiormente, te hará sentir equilibrado y sereno. Incorporar este hábito a tu día a día, lo cambiará todo, te transformará por completo.

 

Recuerda que la gratitud es una de las muchas maneras en que el amor se expresa. Tú eres puro amor, tú eres pura gratitud.

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192

¿Quieres encontrar el equilibrio? Te invito a que disfrutes de la soledad.

Pasar tiempo a solas nos ayuda a conseguir una relación más sana tanto con nosotros como con los demás.

Aunque sí es cierto que somos seres sociales, de vez en cuando nos conviene estar a solas para poder reencontrarnos con nosotros mismos.

¿Crees que estar solo está mal visto? Pues siento decirte que para nada, la soledad bien gestionada es una buena oportunidad para conocernos y desarrollar nuestros puntos fuertes.

Nos permite hacer una valoración del estado en el que nos encontramos y solucionar con más calma los problemas que tengamos.

Estamos tan acostumbrados a estar siempre acompañados que cuando estamos solos experimentamos una sensación de vacío y de abandonado que no siempre resulta fácil de asumir.

Mantén una actitud positiva

La clave está en dejar de considerar la soledad como algo negativo.
Estar solo no significa sentirse solo.
Piensa en todo lo bueno que te pueden aportar esos momentos de estar contigo mismo: tiempo para reflexionar, para descansar, para entenderte mejor tanto a ti como a los demás…
Con esta actitud, la soledad puede convertirse en un regalo.

Más independencia

Estamos muy acostumbrados a depender emocionalmente de los demás, ya sean nuestros padres, amigos, pareja…
Si por cualquier razón nos quedamos solos, nos sentimos abandonados y con la sensación que nos falta algo.
Si aprendes a sentirte a gusto en esta situación, fortalecerás tu carácter, ser más feliz por ti mismo y no tanto por los que te rodean.

Fortalecer autoestima

Algunas veces el miedo a estar solo refleja una dosis baja de autoestima.
Para evitarlo, deja de depender de la aceptación de los demás.
Si te demuestras que tienes las capacidades suficientes por ti para superar los problemas sin ayuda, tu confianza aumentará de manera escalonada.

Date un voto de confianza y superarás los obstáculos con mayor seguridad.

Si te interesa tener técnicas que te ayuden a aumentar la autoestima, te invito a que visites el siguiente link: http://www.centrepsicologickaizen.com/aumentar-la-autoestima/ en el cual verás el temario que imparto para el Taller Online que puede resultarte muy útil.

Busca momentos de soledad

Si no estás demasiado acostumbrado, empieza realizando alguna actividad a solas como por ejemplo: ir a dar un paseo, a tomar un café …

Al principio te parecerá extraño, pero con el tiempo te acostumbrarás y disfrutarás de esos momentos.

La soledad bien gestionada puede convertirse en una gran aliada.

¿Quieres conocer algunos de sus beneficios adicionales?

  • Una oportunidad para cuidarte y disfrutar de la vida: aprovecha los momentos de soledad para hacer cosas que te gustan: escuchar música, leer, pasear…
  • Inteligencia emocional: las personas que están acostumbradas a estar solas suelen tener un mayor vida interior y son más capaces de comprender sus emociones y la de los demás.
  • Menos estrés: pasar un tiempo solo nos proporciona la relajación que difícilmente conseguiremos rodeados de gente. Es una forma ideal de serenarnos y de recuperar el equilibrio.

Termino este post con una frase que espero te haga pensar:

“Muchas personas sufren el miedo de encontrarse a solas, y por lo tanto, no se encuentran a sí mismas”.
Rollo May

 

Aida Canals López

Psicóloga General Sanitaria

www.aidacanals.com

Twiter: @acanalsl

Facebook: https://www.facebook.com/Centre-Psicològic-Kai-Zen-751624371564834/

Instagram: acanalsl

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Aida: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3112967