El verano llega poco a poco a su fin y es sustituido por la vuelta a las rutinas y a las responsabilidades.

Los telediarios se llenarán una vez más de breves reportajes donde nos recuerdan que las vacaciones se acabaron y toca volver a la dura realidad… porque el síndrome post-vacacional siempre vuelve.

Y hay una cosa curiosa… hablamos del síndrome post-vacacional veraniego, para referirnos a la adaptación a las rutinas y especialmente al trabajo.

Pero se nos olvida que muchas personas sienten esto mismo todo el año cada Lunes. Por eso socialmente se considera al lunes como “el peor día de la semana”, porque es una nueva adaptación a cosas que no nos gustan demasiado.

Y creo que ahí está la clave. Porque el síndrome post-vacacional o la adaptación al entorno laboral, nos cuesta porque hay cosas que no nos gustan de él… Tal vez sea el propio trabajo que tenemos, tal vez las funciones que ejercemos, tal vez es el jefe o los compañeros.

Pero quiero que sepas que este síndrome es una señal enorme que te envía tu mente para que te hagas consciente de que hay cosas que no funcionan del todo bien en tu vida. Esta sensación de no querer volver a la rutina cotidiana, es un empujón para hacer los cambios que necesitas en tu vida para disfrutarla más.

Por eso hablo de “Síndrome post-vacacional consciente”, porque la clave está en que este malestar que experimentas, te ayude a ser consciente de lo que puedes cambiar.

Creo que gran parte de las personas que experimentan este proceso de adaptación como algo negativo, en realidad viven dos fases en torno al período vacacional. ¡Vamos a verlo!

FASE 1 – DIFICULTAD PARA DESCONECTAR

Vivimos de manera acelerada. Y no lo digo yo… en el fondo lo sabemos todos. Y esta aceleración, introduce en nuestra mente y cuerpo un ritmo de vida tan rápido, que cuando nos tomamos tiempo para descansar, nos cuesta desconectar.

Es cierto que el móvil y los emails no ayudan, pero creo que esta dificultad para desconectar depende más de nosotros que de nuestro entorno.

A mí me ocurre cada año… tardo 2 o 3 días de mis vacaciones para desconectar y liberar a mi mente de las rutinas cotidianas, de la planificación semanal y de los proyectos laborales que parecen reproducirse en mi mente cuando descanso.

La clave está en que yo sé que esta dificultad para desconectar, hunde sus raíces en mis expectativas y en las que otros puedan tener en mí. De esta manera, la dificultad para desconectar, se convierte en un medio para conocerme mejor.

El año pasado estaba en la playa, tumbada en la arena y en lugar de disfrutar del sonido del mar y de la brisa marina, mi mente me llevaba de un pensamientos a otro, de un proyecto a otro, me mostraba la lista de cosas que tenía que hacer a la vuelta de vacaciones.

Y buena parte de este murmullo mental, ocurría en segundo plano, no era del todo consciente de él. Hasta que mirando el cielo azul y sus nubes (actividad que me encanta), vi un reflejo en mi mundo externo, de lo que ocurría en mi mundo interno.

Y es que ese cielo azul profundo, estaba lleno de pequeñas nubes blancas, estaban dispersas pero eran muchas, como mi mente. Y darme cuenta de eso, fue lo que necesitaba para dirigir mi atención al lugar adecuado… al mar, a la playa, a las gaviotas, al calor del sol en mi piel, a la sensación de la arena en mis pies. Y a través de mis sentidos, me anclé al presente. En ese momento, comencé a disfrutar de mis vacaciones.

Si te ha pasado o te pasa esto mismo a ti, prueba a anclarte al presente a través de los sentidos. Acude a la naturaleza y obsérvala con calma.

FASE 2 – DIFICULTAD PARA VOLVER A LA RUTINA

Parece que las vacaciones siempre acaban cuando más tranquilos estamos. Lo cierto es que nunca tenemos suficiente tiempo libre y por eso queremos que dure eternamente, aunque una parte de nosotros sepa que es imposible.

La vuelta a la rutina es dura, no te voy a mentir.

Incluso cuando adoras tu trabajo (como es mi caso), volver a trabajar entre 8 y 10 horas, pasar tanto tiempo sentada frente al ordenador y buscar nuevos proyectos o maneras de ayudar, me agota.

Creo que las dos primeras semanas tras la vuelta de vacaciones, son las decisivas, porque es ese espacio de transición entre un estilo de vida que nos encanta y otro en el que no hay tanta libertad.

Pero pasadas dos o tres semanas,  nuestro cuerpo y mente vuelven a acostumbrarse al mismo nivel de actividad de siempre, aunque de vez en cuando llega a nosotros una ligera sensación de que nos estamos perdiendo algo, de que este estilo de vida occidental no es todo lo bueno que podría ser.

Y cuando tengo esa sensación, añoro volver a mis vacaciones. Y a veces lo hago a través de mi imaginación. ¡Prueba tú también!

VUELTA A LA RUTINA CONSCIENTE

Creo que la clave no está tanto en volver a la rutina, sino de hacerlo conscientemente. Para ello puedes…

  • Identificar las cosas que no te gustan de tu vida: El síndrome post-vacacional es una excusa perfecta para conocerte mejor y cambiar lo que no funciona. Apunta en un papel las cosas que te hacen sufrir en tu vuelta a la rutina.
  • Modificar o transforma esas cosas: Con esa lista, ve punto por punto e intenta modificarlo. Tal vez no puedas cambiar de trabajo, pero sí puedes aprender a tomarte las cosas de otra manera. La clave está en ti.
  • Volver a tus rutinas de manera paulatina: No intentes retomar todas tus responsabilidades a la vez, permite que tu mente y cuerpo se adapten poco a poco. Para ello, comienza por lo indispensable (madrugar y retomar el trabajo) y deja para más adelante otras cosas como hacer una limpieza profunda de tu casa o ir al gimnasio. No tienes prisa.
  • Reservarte tiempo semanal para ti: Te cuesta desconectar y volver al trabajo, porque no desconectas lo suficiente. Tómate un tiempo diario para ti (para respirar, caminar, hacer yoga o meditar) y resérvate momentos el fin de semana para hacer cosas que te apasionan y re-conectan.
  • Vivir en el presente: Esto es lo más importante. El síndrome post-vacacional aparece porque añoramos el pasado, las vacaciones y tranquilidad perdidas. Pero si te quedas aquí y ahora, el día a día tiene cosas buenas, porque sigues siendo tú y sigues construyendo tu vida.

Y si quieres aprender a vivir en el presente de manera rápida al tiempo que te dedicas un tiempo diario para ti, puedes descargarte gratis esta meditación que he grabado para ti.

Recuerda… el síndrome post-vacacional te ayuda a cambiar lo que no te convence de tu vida

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