En éste artículo queremos hablar de la importancia del aprendizaje del duelo a lo largo del ciclo vital, es decir, durante todas y cada una de las etapas de la vida. Tampoco se trata de recrearse en ello de una manera “morbosa” y excesiva, sino de preparar a nuestros seres queridos (incluso cuando se encuentran en la infancia) para ese momento tan difícil de afrontar.

Este post, trata de concienciar a la sociedad de que la muerte es un proceso más de nuestra vida (aunque suene paradójico), en el que, en función de cómo nos preparen nuestros seres queridos, podremos afrontarlo de una manera más o menos adecuada.

 

Existen diferentes estilos de la interacción a la hora de afrontarlo:

  • En primer lugar, se encontraría ese estilo sobreprotector en el cual, se esconde el problema al niño o al adulto con algún tipo de discapacidad (enfermedad mental o discapacidad de cualquier otra índole), con el objeto de que no sufra. Sería un estilo de afrontamiento totalmente errático, el cual no estaría dotando a la persona de habilidades adecuadas de afrontamiento de la muerte de un ser querido ya que se le anula esa capacidad. En éste caso, la persona se llenará de frustración, impotencia e incluso ira en algunos casos como emociones para afrontar la muerte de ese ser querido.
  • Otra manera de afrontarlo más adecuada, sería informando en todo momento a la persona de lo que ocurre (Ej: si la persona tiene un cáncer terminal o una metástasis, comentar que puede sobrevenir la muerte, por tanto, tendremos que estar preparados para ello). Este estilo de afrontamiento, sería ideal que se ofreciera dentro del núcleo familiar más cercano y así poder utilizar un elemento 100% fiable en cuanto a las emociones y sentimientos que se ofrecen. El lenguaje que se ha de utilizar, es conveniente que se adapte a las edades con las que estamos tratando. Por tanto, no será lo mismo decírselo a un menor en edad infantil que a un adolescente o una persona adulta.
  • Alguna otra manera de afrontarlo, sería la negación del hecho en sí mismo, produciéndose en la persona sentimientos de ambivalencia en cuanto a lo que ha ocurrido.

Conviene destacar, que de cómo hagamos ésta comunicación de las noticias negativas relativas a la muerte de nuestros seres queridos, va a depender el cómo nuestros familiares van a afrontar éstas situaciones en el futuro. Por tanto, es importante tener en cuenta que ese aprendizaje se irá realizando a lo largo de nuestra vida y que estaremos más o menos preparados en función de cómo nos hayan educado para ello.

 

 

Ignacio Hernández Cosme.

Licenciado en Psicología Universidad de Salamanca.

Master en Modificación de Conducta. Didos Formación.

Psicólogo Sanitario. Colegiado nº: CL 4167. Especialidad en Trastornos Alimentarios, Adicciones e Hipnosis clínica.

Psicólogo de We Doctor. 

Solicitud de consulta online con Ignacio: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/4259840

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