El mes de Febrero llega con una fiesta exclusiva para parejas.

San Valentín se ha convertido con los años, en una celebración del amor. Su origen está en Roma y tenemos que viajar hasta el siglo III d.c.

Esta fiesta surgió a raíz de que el emperador Claudio II, prohibiera la celebración de matrimonios porque consideraba que los hombres jóvenes eran mejores soldados cuando eran solteros.

Un sacerdote llamado Valentín, se opuso a tal prohibición y celebró en secreto muchos matrimonios. Y aunque San Valentín fue sentenciado a muerte el 14 de Febrero del año 270, el espíritu del amor ha quedado impregnado en este día.

Han pasado muchos siglos desde esta historia y el mundo ha cambiado demasiado.

Tanto es así, que el día de San Valentín se ha convertido en otra cosa… en un día donde los regalos en las parejas es casi una obligación, olvidándose de que el amor está más allá de los regalos materiales.

Para quienes están enamorados, San Valentín es una excusa para demostrar su amor, pero… ¿tenemos que esperar al 14 de Febrero para demostrar que amamos a alguien?

Yo creo que no, creo que San Valentín lo es cada día, porque cada día amamos.

Las relaciones de pareja y sus expectativas

Todos tenemos ciertas expectativas hacia lo que es una relación de pareja.

Y nacen muy pronto en nuestra vida, las aprendemos a través de las relaciones de nuestros cuidadores y/o padres.

Las expectativas nos ayudan a marcar los límites de lo que para nosotros es importante o está bien, nos ayuda a delimitar nuestros deseos y necesidades cuando compartimos nuestra vida con otra persona.

Sin embargo, muchas veces estas expectativas son poco realistas…

Hay quienes esperan un amor como el de un cuento de hadas. Tan perfecto que es imposible de lograr en la realidad.

Hay quienes sienten que el amor es solo un medio para ser maltratados.

Hay quienes dependen emocionalmente de otra persona porque temen la soledad.

Hay quienes son conscientes de que las relaciones de pareja se construyen cada día.

Y dependiendo de estas expectativas, la relación de pareja será muy diferente. De todas las opciones, me quedo con la última.

Porque una relación de pareja adulta, se basa en conocer al otro, en aceptar sus luces y sombras, se basa en la comunicación constante, supone vivir acompañado pero sin perderte en la relación o en la otra persona.

Porque para amar, no tienes que cambiar tu esencia, al contrario, quien te ama bien, respeta quien eres.

Mantener una relación de pareja consciente y adulta, no siempre es fácil. Porque debes comprender que habrá malos momentos, pero que éstos se pueden convertir en un trampolín para crecer juntos en lugar de una excusa para alejarse.

Y también has de saber que la relación de pareja es un lugar ideal a través del cual conocerte más. Porque tu pareja reflejará tus luces y sombras y tal vez le rechaces a él o a ella, cuando en realidad estás rechazando partes de ti que no te gustan.

Siempre he pensado que una relación de pareja duradera, se basa en una fórmula específica: el equilibrio entre pasar tiempo juntos y tener tu propio espacio para seguir creciendo y evolucionando más allá de la pareja. Tal vez esto no encaje con todo el mundo, pero recuerda que no debes renunciar a quien eres por la otra persona.

Mantener una relación de pareja es un arte que se debe practicar cada día. Conociendo al otro en sus diferentes facetas vitales, observando cómo afronta lo que la vida le trae, sintiendo los cambios en el otro y en ti mismo, sintiendo cómo el amor cambia, evoluciona. Porque todo cambia.

Y aunque el tiempo parezca desgastar la parte más apasionada o viva del amor, nunca debemos olvidar que el verdadero amor es algo más profundo, es un ancla que nos puede hacer sentir equilibrio y bienestar.

Por todo esto, ajusta tus expectativas sobre las relaciones de pareja, a lo que es real y posible. Así te ahorrarás mucho sufrimiento.

Afrontando San Valentín

La televisión y las redes sociales, nos recuerdan sin parar el día de San Valentín.

Y es curioso que nos digan que debemos demostrar nuestro amor con un perfume, unos bombones o unas flores.

No me malinterpretes, esos regalos son bonitos, pero el amor es mucho más.

Por eso creo que debemos demostrar cada día lo que sentimos por nuestra pareja.

No esperes al 14 de Febrero para decirle a tu pareja que le quieres, no esperes a ese día para compartir tiempo con él o ella, no ames solo un día, ama todos los días.

Porque las relaciones de pareja se construyen un día tras otro, dando un paso y después el siguiente.

Y si estás soltero, tal vez te agobie esta fecha porque te recuerda tu soledad. Una buena manera de celebrar este día en tu caso, es queriéndote a ti mismo, es diciendo a tus seres queridos que les quieres, que estás ahí para ellos.

Porque el amor es universal y existe más allá de las relaciones de pareja.

De modo que si aún no has encontrado a tu pareja, no pasa nada. Tú sigue queriéndote y cuidándote, invierte en ti y la persona adecuada llegará. Y si no llega, siempre te tendrás a ti, siempre te querrás.

Cualquier día es perfecto para amar… no lo dejes solo para un día al año

Se acercan las navidades y con ello las comidas de empresas y reuniones familiares. Parece que este año las restricciones con respecto a la pandemia son menos estrictas. Pero no debemos bajar la guardia, como sabemos los casos van aumentando y no podemos olvidar que el virus sigue activo.

El año pasado muchas celebraciones y encuentros no pudieron darse  debido a la pandemia. Para muchas personas, el no tener que acudir a estos compromisos puede llegar a ser un alivio. Para otras sin embargo, estos encuentros son muy esperados; familiares que están en el extranjero y/o en otras localidades a quienes vemos con poca frecuencia y con los que, reencontrarnos es una dosis de alegría para nuestros corazones.

Pero también están esas relaciones que cuestan un poco más, esos encuentros con familiares y/o compañeros de trabajo con los que no tenemos gran afinidad.

En este post vamos a intentar dar algunos tips que nos ayuden a gestionar estos momentos y llevar estos compromisos de la mejor manera posible.

El sitio que ocupas es importante.

Intenta sentarte siempre en las cenas y comidas, cerca de aquellas personas con las que sientas más simpatía y con las que crees que tendrás conversaciones agradables. Y esto mismo es aplicable al resto de tu vida. Hay estudios que confirman que la calidad de tu vida, depende de la calidad de tus relaciones y que cuanto más tiempo y espacio ocupes con personas que te aportan, mayor será tu bienestar.

Evita conversaciones complicadas.

Hay muchas conversaciones que siempre traen polémica, como es hablar de política, la religión, temas de desigualdad, la inmigración, la eutanasia….

Son conversaciones complejas que requieren de argumentos e información de la que no siempre disponemos. Y  aunque todos tenemos una opinión formada y somos libres de expresarlas, elegir temas más livianos y frescos en estas ocasiones, puede convertirse en una decisión inteligente.

No tienes la obligación de asistir, pero sí la elección de hacerlo.

Muchas personas sufren mucho por la presión social que sienten al tener que asistir a ciertos eventos a los que realmente no quieren asistir.  Recuerda “Siempre eres libre de elegir no hacerlo, siempre  es tu decisión”. 

En la familia siempre suelen haber algunas discrepancias o diferentes formas de ver las cosas con herman@s, suegr@s , etc. Pero si algo nos ha enseñado esta pandemia, es que hay muchas familias que al sentarse en la mesa este año, tendrán que sentir la ausencia de un miembro y/o varios. Es en estas situaciones, cuando relativizamos y dejamos a un lado las posibles adversidades que podamos sentir por alguien. Renunciar a estos momentos puede significar renunciar a huellas de memorias que después nos gustaría rescatar una vez que nuestros seres ya no estén. Las desavenencias siempre pueden arreglarse y/o limarse, los momentos sin embargo, son irrecuperables.

Quizás el enfocarlo así nos ayude a ir con una actitud más serena a esas reuniones que a veces son indigestas.

Cuida el consumo de alcohol.

El alcohol es una droga que deprime el sistema nervioso central, es decir que enlentece las funciones del cerebro. El alcohol afecta a la capacidad de autocontrol, por lo que cuando se consume alcohol se suele reaccionar y no responder. Sabemos que en estas fechas se toma “una copa de más”, y cuando eso ocurre, perdemos el “poco control emocional”que tenemos. Y es ahí cuando las conversaciones empiezan a tomar un color y temperatura distinta.Hay una tendencia a sacar todo aquello que vamos guardando en el trastero emocional. Trastero, al que hay que acceder con un estado de conciencia claro y fresco, para poder deshacer aquellas cosas que ya no queremos tener y limpiar el sitio que tanto tiempo ha ocupado en nuestro corazón.

Esto ocurre tanto en la familia como con los compañeros de trabajo, así que si hay algún tema que te toca una herida no cerrada, elegir otro momento y estado para abordarlo, puede ser lo más adecuado.

No quedarse hasta el final en las reuniones y/o celebraciones puede ser una buena manera de prevenir cualquier tipo de conflicto, es por ello que cuando sientas que es un buen momento para marcharse, hazlo. Las sobremesas son esos momentos en los que salen esos temas que van cogiendo temperatura a medida que avanza la conversación. Por eso como comentamos al principio, asegurarse estar rodeado de personas que comparten tus valores es una garantía preventiva.

Debemos comprender que venimos de un acontecimiento que ha afectado nuestra salud mental y que nuestro estado actual es una consecuencia de ello. Las cifras de ansiedad, estrés, depresión, casi se han duplicado en este año tras el estado de confinamiento. Es por ello, que debemos comprender que estamos en un estado donde nuestra fragilidad emocional queda evidenciada y donde cualquier comentario puede hacernos saltar.

Para evitar que esto ocurra, es importante que no nos tomemos nada como algo personal, sino atribuirlo a lo que es, un simple estado que habla desde su ignorancia y tras el cual hay una gran necesidad de amor.

Cuando he atendido a personas y familias que han perdido a un ser querido y/o un compañero durante la pandemia, casi todos coincidían en algo. El sentimiento de culpa.

Culpa por haber discutido,culpa por haber dicho cosas que realmente no sentían, culpa por perder la oportunidad de haber disfrutado de momentos agradables. Culpa por no haber expresado el amor de la manera que sentían.

Deseo que estas fiestas los momentos que compartas con las personas sean momentos de calidad y que se conviertan en momentos que sean dignos de recordar.

Con la llegada del Black Friday y de la época navideña llegan los festivales de compras y de consumo. Controlar la compra compulsiva para algunas personas requiere de un gran esfuerzo.

Por ello, cuando pensamos en la figura de un comprado o compradora compulsiva, solemos pensar en desorden psicológico. Sin embargo, en mayor o menor medida, todos tenemos algo de compradores compulsivos. Estas terminan convirtiéndose en una forma de desahogo a la sobrecarga de presión, problemas, ansiedad… que nos acompañan en nuestro día a día.

Lo que no sabemos es que las consecuencias son nefastas. Tras el alivio producido por las compras, por el momento de desasosiego, llega un intenso malestar, en gran parte producido por el sentimiento de culpabilidad. Después de subidón, llega la ansiedad de nuevo.

Como indicábamos anteriormente, la compra compulsiva suele relacionarse con los trastornos de control de nuestros impulsos. Las principales características de este impulso a la compra son:

  • Objetos de compra superfluos e innecesarios.
  • Insomnio referente al deseo de poseer algo.
  • Aparición de ansiedad y preocupación excesiva referente a la posesión de un objeto.
  • Satisfacción inmediata y cese de síntomas desagradables.

El malestar es el estado que predomina a los individuos con oniomanía en momento previo a gastar. Un sentimiento que encuentra su alivio con el consumo, tomando el acto de la compra como “la pócima mágica” frente a el problema.

Además, cabe recalcar que con la llegada y uso diario de las tecnologías la compra compulsiva se encuentra al alza. Es más difícil la contención, dado que la persona se encuentra en una constante exposición a la oferta de productos y artículos.

Algunos “tips” que los profesionales recomiendan para frenar este tipo de actos o prevenir convertirnos en compradores compulsivos son:

  • Evitar tarjetas de débito y crédito a mano: pagar con billetes “duele más”.
  • Estimar una cifra máxima de compra al mes o a la semana.
  • Desplazamientos a centros comerciales en transporte público: el volver a casa con más bolsas y peso sobre nosotros hará del proceso un acto más incómodo.
  • Realizar un control de gastos: podremos ver en que artículos no necesarios gastamos nuestros ahorros.
  • Salir con el dinero justo para comprar lo que tenemos en mente y necesitemos.

Sin embargo, si todos estos consejos no nos son útiles debemos apoyarnos tanto en la familia como acudir a terapia psicológica. Es fundamentales para poder controlar este tipo de actos y estar alertar en los períodos vacacionales, descuentos, rebajas, black friday…donde el riesgo en aún mayor.

No siempre es fácil desenvolverse en un ambiente laboral en el que existe competitividad, la competitividad en el trabajo no tiene porque ser negativa ya que incentiva en el desempeño y la productividad en el alcance de objetivos, el problema reside en la competitividad que sabotea el desempeño de otros trabajadores dando lugar a casos de acoso laboral o “Mobbing”

Es importante poder valorar cada caso concreto ya que dependiendo de cada caso en particular puede ser posible desarrollar estrategias para desempeñar determinadas funciones en un ambiente laboral en donde existe competitividad o que realmente existan situaciones de acoso que desemboquen en una sintomatología difícil de superar por el trabajador y por lo tanto, que se necesite recurrir de medios externos que garanticen la seguridad y la salud.

En los casos en los que es importante desarrollar la autoestima del trabajador en un entorno competitivo que no humille ni infravalore las capacidades del trabajador o su dignidad.

  • Por un lado desarrollar estrategias en un entorno laboral competitivo, no significa desarrollar las mismas estrategias que otros compañeros, significa desarrollar estrategias propias que permitan alcanzar unos objetivos realistas con el contexto mantenidos en el tiempo. Las expectativas no siempre funcionan a largo plazo ya que tienden a frustrar en algún momento el desempeño del trabajador.
  • No compararse con otros trabajadores en cuanto a habilidades o capacidades. Cada persona tenemos una manera de trabajar, de comunicarnos con otras personas y de transmitir confianza, reconocer esos puntos a favor el ir desarrollándose en función de lo que el puesto laboral requiere es básico. Ya que a veces se tiende a sobrestimar las capacidades del otro e infravalorar las capacidades propias.
  • Reconocerse el trabajo bien hecho focalizando en el propio desempeño. A veces cuesta reconocer el trabajo bien hecho como si no fuera suficiente a pesar de obtener el reconocimiento externo, la atención tiende a focalizar más sobre los defectos que en los aspectos positivos, reconocer el trabajo bien hecho y recompensarse por ello es muy importante para incentivar la confianza y la autoestima.
  • Autocuidado y descanso, a veces es complicado compaginar trabajo y permitirse desconectar, probablemente por lo que la cultura del esfuerzo nos exige. Es inevitable convivir con el estrés, no obstante sufrir estrés a lo largo del tiempo puede conllevar el llamado distrés que cursa con sintomatología que interfiere en la salud y en aspectos y áreas importantes de la vida de la persona. De ahí que la persona establezca rutinas de autocuidado y descanso sea importante.

En definitiva centrarse en el propio desempeño, siendo objetivo con un@ mismo, puede resolver pequeñas situaciones mantenidas en el tiempo ya que todo empieza por el autocuidado y quererse a un@ mismo.

Por otro lado, diferenciar este tipo de situaciones en las que el trabajador puede abrirse camino son diferentes del tipo de situaciones en las que realmente existe acoso laboral o mobbing.

El acoso laboral o mobbing son una serie de comportamientos y conductas abusivas dirigidas a degradar psicológicamente a un trabajador, mirándole la autoestima y la moral, mediante un hostigamiento y una situación de violencia psicológica continuada. Esta violencia llega a producir una lesión de la dignidad y de la integridad del trabajador.

Puede darse tanto por parte de altos cargos dentro de la jerarquía de trabajo como por parte de compañeros que estén en contacto directo con el trabajador.

¿Cómo saber si se está sufriendo “mobbing” o acoso laboral en el trabajo?

  • Por un lado, ser víctima de constantes burlas y menosprecio en el trabajo.
  • Falta de reconocimiento en el desempeño laboral o falta de valoración en el trabajo por los resultados obtenidos.
  • Sensación de sentirse aislado o ignorado por parte de otros compañeros o los jefes.
  • Atribuyen falsamente de incumplimientos, errores, o fallos, inconcretos y difusos que no tienen consistencia ni entidad real.
  • Dificultad para poder aportar u opinar puntos de vista diferentes relativos a la mejora, sensación de sentirse anulado y silenciado a la ahora de aportar o hacer mejoras.

Los síntomas que deja esta lacra son de toda índole: apatía, falta de iniciativa, irritabilidad, bajo estado de ánimo, dificultades de concentración, dolor muscular generalizado, de cabeza… y un largo etcétera.

Hay que tener en cuenta que cuanto mas se alargue este tipo de situaciones a lo largo del tiempo más deterioro puede sufrir la persona dentro de ese puesto de trabajo, ser consciente de este tipo de problema y reconocer cual es el límite que un@ es capaz de asumir, permite cambiar la actuación a favor de la necesidades y los derechos que tiene el trabajador.

Recabar todas las pruebas necesarias que permitan reconocer estas situaciones y ponerse en manos de profesionales que permitan enfrentar este tipo de situaciones ayudaran a defender la integridad y la dignidad a la que el trabajador tiene derecho.

El verano llega poco a poco a su fin y es sustituido por la vuelta a las rutinas y a las responsabilidades.

Los telediarios se llenarán una vez más de breves reportajes donde nos recuerdan que las vacaciones se acabaron y toca volver a la dura realidad… porque el síndrome post-vacacional siempre vuelve.

Y hay una cosa curiosa… hablamos del síndrome post-vacacional veraniego, para referirnos a la adaptación a las rutinas y especialmente al trabajo.

Pero se nos olvida que muchas personas sienten esto mismo todo el año cada Lunes. Por eso socialmente se considera al lunes como “el peor día de la semana”, porque es una nueva adaptación a cosas que no nos gustan demasiado.

Y creo que ahí está la clave. Porque el síndrome post-vacacional o la adaptación al entorno laboral, nos cuesta porque hay cosas que no nos gustan de él… Tal vez sea el propio trabajo que tenemos, tal vez las funciones que ejercemos, tal vez es el jefe o los compañeros.

Pero quiero que sepas que este síndrome es una señal enorme que te envía tu mente para que te hagas consciente de que hay cosas que no funcionan del todo bien en tu vida. Esta sensación de no querer volver a la rutina cotidiana, es un empujón para hacer los cambios que necesitas en tu vida para disfrutarla más.

Por eso hablo de “Síndrome post-vacacional consciente”, porque la clave está en que este malestar que experimentas, te ayude a ser consciente de lo que puedes cambiar.

Creo que gran parte de las personas que experimentan este proceso de adaptación como algo negativo, en realidad viven dos fases en torno al período vacacional. ¡Vamos a verlo!

FASE 1 – DIFICULTAD PARA DESCONECTAR

Vivimos de manera acelerada. Y no lo digo yo… en el fondo lo sabemos todos. Y esta aceleración, introduce en nuestra mente y cuerpo un ritmo de vida tan rápido, que cuando nos tomamos tiempo para descansar, nos cuesta desconectar.

Es cierto que el móvil y los emails no ayudan, pero creo que esta dificultad para desconectar depende más de nosotros que de nuestro entorno.

A mí me ocurre cada año… tardo 2 o 3 días de mis vacaciones para desconectar y liberar a mi mente de las rutinas cotidianas, de la planificación semanal y de los proyectos laborales que parecen reproducirse en mi mente cuando descanso.

La clave está en que yo sé que esta dificultad para desconectar, hunde sus raíces en mis expectativas y en las que otros puedan tener en mí. De esta manera, la dificultad para desconectar, se convierte en un medio para conocerme mejor.

El año pasado estaba en la playa, tumbada en la arena y en lugar de disfrutar del sonido del mar y de la brisa marina, mi mente me llevaba de un pensamientos a otro, de un proyecto a otro, me mostraba la lista de cosas que tenía que hacer a la vuelta de vacaciones.

Y buena parte de este murmullo mental, ocurría en segundo plano, no era del todo consciente de él. Hasta que mirando el cielo azul y sus nubes (actividad que me encanta), vi un reflejo en mi mundo externo, de lo que ocurría en mi mundo interno.

Y es que ese cielo azul profundo, estaba lleno de pequeñas nubes blancas, estaban dispersas pero eran muchas, como mi mente. Y darme cuenta de eso, fue lo que necesitaba para dirigir mi atención al lugar adecuado… al mar, a la playa, a las gaviotas, al calor del sol en mi piel, a la sensación de la arena en mis pies. Y a través de mis sentidos, me anclé al presente. En ese momento, comencé a disfrutar de mis vacaciones.

Si te ha pasado o te pasa esto mismo a ti, prueba a anclarte al presente a través de los sentidos. Acude a la naturaleza y obsérvala con calma.

FASE 2 – DIFICULTAD PARA VOLVER A LA RUTINA

Parece que las vacaciones siempre acaban cuando más tranquilos estamos. Lo cierto es que nunca tenemos suficiente tiempo libre y por eso queremos que dure eternamente, aunque una parte de nosotros sepa que es imposible.

La vuelta a la rutina es dura, no te voy a mentir.

Incluso cuando adoras tu trabajo (como es mi caso), volver a trabajar entre 8 y 10 horas, pasar tanto tiempo sentada frente al ordenador y buscar nuevos proyectos o maneras de ayudar, me agota.

Creo que las dos primeras semanas tras la vuelta de vacaciones, son las decisivas, porque es ese espacio de transición entre un estilo de vida que nos encanta y otro en el que no hay tanta libertad.

Pero pasadas dos o tres semanas,  nuestro cuerpo y mente vuelven a acostumbrarse al mismo nivel de actividad de siempre, aunque de vez en cuando llega a nosotros una ligera sensación de que nos estamos perdiendo algo, de que este estilo de vida occidental no es todo lo bueno que podría ser.

Y cuando tengo esa sensación, añoro volver a mis vacaciones. Y a veces lo hago a través de mi imaginación. ¡Prueba tú también!

VUELTA A LA RUTINA CONSCIENTE

Creo que la clave no está tanto en volver a la rutina, sino de hacerlo conscientemente. Para ello puedes…

  • Identificar las cosas que no te gustan de tu vida: El síndrome post-vacacional es una excusa perfecta para conocerte mejor y cambiar lo que no funciona. Apunta en un papel las cosas que te hacen sufrir en tu vuelta a la rutina.
  • Modificar o transforma esas cosas: Con esa lista, ve punto por punto e intenta modificarlo. Tal vez no puedas cambiar de trabajo, pero sí puedes aprender a tomarte las cosas de otra manera. La clave está en ti.
  • Volver a tus rutinas de manera paulatina: No intentes retomar todas tus responsabilidades a la vez, permite que tu mente y cuerpo se adapten poco a poco. Para ello, comienza por lo indispensable (madrugar y retomar el trabajo) y deja para más adelante otras cosas como hacer una limpieza profunda de tu casa o ir al gimnasio. No tienes prisa.
  • Reservarte tiempo semanal para ti: Te cuesta desconectar y volver al trabajo, porque no desconectas lo suficiente. Tómate un tiempo diario para ti (para respirar, caminar, hacer yoga o meditar) y resérvate momentos el fin de semana para hacer cosas que te apasionan y re-conectan.
  • Vivir en el presente: Esto es lo más importante. El síndrome post-vacacional aparece porque añoramos el pasado, las vacaciones y tranquilidad perdidas. Pero si te quedas aquí y ahora, el día a día tiene cosas buenas, porque sigues siendo tú y sigues construyendo tu vida.

Y si quieres aprender a vivir en el presente de manera rápida al tiempo que te dedicas un tiempo diario para ti, puedes descargarte gratis esta meditación que he grabado para ti.

Recuerda… el síndrome post-vacacional te ayuda a cambiar lo que no te convence de tu vida

Eres muy poderoso porque puedes cambiar tu mente desde dentro. Creemos que nuestros pensamientos viven aislados en nuestra mente y que no tienen influencia ninguna en nuestra vida. Bueno, hoy vengo a hablarte del poder de los pensamientos en este post de blog. 

Tus pensamientos crean la realidad que vives. Por eso son tan poderosos. En el trabajo terapéutico con mis pacientes, dedicamos mucho tiempo a explorar sus pensamientos, a averiguar las creencias y emociones que hay detrás de ellos.

Y cuando conocemos bien sus pensamientos, comenzamos a modificarlos para que sean menos intensos, duraderos y menos negativos. En psicología, hay un nombre importante… “Rumiaciones”.

¿Qué son las rumiaciones?

Este nombre tan peculiar, hace referencia a los pensamientos negativos y persistentes que nos acompañan durante mucho tiempo y tienen la capacidad de cambiar nuestro estado de ánimo. 

Tu atención cumple un papel esencial en la creación de rumiaciones, porque la atención es como la luz de un faro. Todo lo que ilumina tu atención, cobra vida.

“Un faro hace girar constantemente su luz, para iluminar todo cuando le rodea en la oscuridad”.

Cuando tenemos rumiaciones, la luz de nuestro faro, deja de girar y se queda anclado en una sola porción de la oscuridad (tu mente) y en ese espacio donde hay luz, todo es más vivo, todo te afecta más. 

Al centrar toda tu atención en tu malestar y en esos pensamientos limitantes que te muestran una perspectiva oscura y negativa del mundo, de tu  vida y de ti mismo, cometes el error de creer que no hay nada más, que eso es todo, que la vida solo es sufrimiento y negatividad. 

En terapia, ayudo a mis pacientes a que reparen su faro de la atención y comiencen a hacer girar de nuevo la luz que ilumina su vida desde una perspectiva diferente, más realista y equilibrada. 

A mí también me han acosado los pensamientos negativos, durante una etapa de mi vida tenía una visión pesimista y eso me llevaba a encontrar por todos lados esa misma negatividad. 

De vez en cuando, me visitan esos pensamientos que tratan de protegerme. Porque sé que mi mente trata de ponerse en lo peor para que me prepare. Pero ahora sé que esos cataclismos que anticipa mi mente, no suelen llegar y si llegan, son menos negativos. 

Desde que conocí la atención plena y comencé a vivir de manera consciente, cuando llegan esos pensamientos, me quedo con ellos pero ya no me los creo, porque sé que esos pensamientos son historias que me cuenta mi mente, que ha creado ella sola en la oscuridad de mi cráneo. Cuando siento que mi faro se estropea, vuelvo a mí, medito o respiro conscientemente y mi luz interior vuelve a girar. 

La mente y el budismo

El budismo guarda una gran sabiduría para nosotros. El propio Buda fue un gran estudioso de la mente y la conciencia. Por eso sus palabras son tan válidas hoy como hace 2.500 años, cuando vivió. 

Un día, investigando para una de las formaciones que imparto, me encontré con una frase de Buda que resume brevemente el gran poder que tiene nuestra mente. Esta frase dice…

“Lo que somos hoy, viene de nuestros pensamientos de ayer y nuestros pensamientos actuales construyen la vida de mañana. Nuestra vida es la creación de nuestra mente”

Las implicaciones de estas palabras son profundas. Nos dicen que la vida la creamos desde nuestra mente. Cada pensamiento que tenemos hoy, crea la vida que tendremos mañana y los pensamientos que tuvimos ayer, han creado la vida que tenemos hoy.

Cuando pienso en esto, me imagino una cadena muy larga, eterna. Está formada por cada pensamiento que he tenido, por fugaz que haya sido. La cadena se sigue formando hoy, por eso he de ser cuidadosa con el contenido de mi mente, porque crea la vida que deseo tener. 

Tal vez estés pensando… ¿Entonces yo he creado esta negatividad, angustia y sufrimiento que he sentido? He de decirte que sí. Pero no debes culparte porque lo has creado sin ser consciente. la consciencia es la clave

Has estado ciego hasta ahora al poder que hay en ti… pero comienzas a ver la luz, comienzas a sentir que tus pensamientos son decisivos. No te culpes ni reproches.

Mejor cambia tus pensamientos ahora, en este instante y así podrás crear la vida que de verdad deseas vivir. 

Cambiando los pensamientos

Sé que cambiar la mente parece difícil, especialmente cuando lleva mucho tiempo funcionando de una determinada manera. 

Lo primero que quiero que sepas, es que no tienes prisa. Los cambios internos llevan tiempo… Tenpaciencia. 

Mucho se habla del pensamiento positivo, pero si te soy sincera, creo que la mejor manera de combatir el pensamiento negativo no es con el pensamiento positivo. Especialmente si es un pensamiento poco realista o demasiado fantasioso.

Te propongo algo diferente… Te propongo modificar tus pensamientos negativos por otros neutrales o descriptivos.

Porque a tu mente le encanta comprender las cosas y cuando le explicas por qué la vida no es tan negativa, cuando le describes cómo son las cosas, tu mente atiende y aprende, escucha atentamente. 

De modo que en lugar de decirte, “Soy un inútil, nunca consigo ninguna meta que me propongo”, puedes comenzar a decirte algo como… “Cuando me agobio, cometo errores, por eso debo calmarme. Voy a empezar a ponerme metas más pequeñas para avanzar poco a poco”. 

El segundo pensamiento me encanta… es tan resolutivo, práctico y descriptivo, que tu mente ya sabe el camino que ha de seguir y eso la calma. 

Ahora ya lo sabes… puedes cambiarte desde dentro.

Recuerda tu poder… construye la vida que quieres vivir.

Y si es demasiado complicado hacerlo por tu cuenta, nuestra psicóloga de WeDoctorElena Alameda Jackson, te ayudará. Puedes acceder a su perfil de WeDoctor y agendar tu próxima cita aquí.

El director médico de We Doctor, el Dr. Jordi Moya, y las especialistas en Psicología y Neuropsicología, Elena Alameda Jackson y María Pérez Garoz, participan en el Webinar ‘La atención psicológica online: beneficios y retos’, que se celebra el martes 29 de junio, a las 19 horas, de forma telemática a través de Zoom. Se trata de un encuentro innovador dirigido a los profesionales de la Psicología para abordar uno de los temas más actuales: la atención online.

¿Cómo funciona? ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Cómo afecta el intrusismo? A todas estas preguntas y a muchas más responderán nuestros ponentes durante este encuentro, en el que compartirán sus experiencias personales en la atención psicológica online a través de We Doctor.

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Cada 20 de junio es el “Yellow Day”, identificado como el día más feliz del año. Pero la felicidad es subjetiva (como todo en la vida) y la clave está en saber qué es la felicidad y cómo podemos cultivarla para que nos acompañe todos los días y no solo ese día.

Su elección es algo arbitrario, aunque hay quienes indican que nuestro estado anímico mejora por haber más luz y porque los días son más largos. ¿Y qué tiene de especial este día? Al parecer lo único especial, es el inicio oficial del verano, marcado por el solsticio de verano (que se produce entre el 20 y el 22 de junio).

¿Qué es la felicidad?

Como te decía antes, la felicidad es muy subjetiva. Cada persona tiene un concepto diferente. Te invito a reflexionar qué es para ti la felicidad.

Creo que la felicidades una mezcla de alegría y satisfacción con uno mismo y con la propia vida. Cuando somos felices, nos sentimos expansivos, deseamos compartir con otros nuestra alegría. El gran reto es mantenernos en la alegría cuando la vida nos trae adversidades.

Para mí la felicidad también es calma. He aprendido que soy muy feliz cuando siento equilibrio en mi interior, cuando experimento tranquilidad, serenidad. Cuando medito 20 minutos y entro más profundamente en mí, siento que la felicidad está ahí, junto a mí, incluso cuando no puedo sentirla porque las preocupaciones o emociones la ocultan.

Solemos pensar que nuestra felicidad depende de lo que existe fuera de nosotros… en nuestra cuenta bancaria, en nuestra casa, en nuestra vida social, en la relación de pareja o en los títulos que hemos logrado en la vida. Creemos que la felicidad está esperándonos en los logros grandes, olvidándonos que, en lo más pequeño y cotidiano, es donde se cobija la felicidad.

Y creo que el primer error que cometemos, es buscar la felicidad fuera de nosotros, cuando solo podemos encontrarla en nuestro interior. Cuanto más nos conozcamos, más nos aproximaremos a la felicidad genuina, aquella que nos permite tener una vida con sentido y disfrutar de cada paso que damos. 

A continuación, comparto contigo algunos consejos para que puedas cultivar la felicidad cada día.

¿Cómo cultivar la felicidad?

Cultivar la Felicidad es un proceso y para ayudarte a lograrlo, te dejo las siguientes recomendaciones psicológicas y ejercicios:

Volver al presente

Buda decía que la única manera de hallar nuestra felicidad es abandonar ese “yo” que es infeliz, pues cuando renunciamos a él, en nuestro interior solo queda la serenidad y pura conciencia. Nuestra felicidad y fin del sufrimiento, dependen de que nos abandonemos al presente.

Vivimos en tiempos pasados o en tiempos que aún no han llegado, corremos hacia el futuro o nos perdemos en el pasado. Vivimos a destiempo.

Vivir en el presente es estar aquí, contigo, refugiándote en tu respiración y haciéndote consciente de que ahora todo está bien, que no necesitas nada más para ser feliz porque todo está en ti.

EJERCICIO: Te propongo una manera sencilla de vivir en el presente. Cierra los ojos y observa tu respiración. Ya está, nada más… piérdete en cada inspiración y espiración, siente el movimiento rítmico de tu cuerpo, acompañando a tu respiración, conéctate con tu cuerpo. Y si quieres profundizar un poco más, te invito a descargarte gratis una meditación para identificar tres anclas de la respiración en tu cuerpo. Solo tienes que hacer click aquí

Observar y contemplar

La quietud y serenidad es una fuente de felicidad para mí porque me ayuda a desconectar de mis preocupaciones y me permite re-conectar con mi esencia. Para conocernos en profundidad, debemos observarnos desde dentro, hacernos conscientes de lo que habita en nuestra mente, de las emociones y pensamientos que nos rondan cada día.

Otra de las cosas que me ayudan a volver al presente y a encontrar la felicidad en las pequeñas cosas, es acudir a la naturaleza, vaciar mi mente y perderme en el espesor de los árboles, en el verde de las hojas y plantas, sentir el olor de las flores y escuchar el alegre canto de los pájaros. La contemplación de la naturaleza me recuerda que la felicidad está en las pequeñas cosas y así trasciendo mi vida cotidiana y las preocupaciones se hacen más pequeñas.

EJERCICIO: Te propongo que acudas a la naturaleza y hagas una inmersión en el mundo natural que te rodea. Acude a todos tus sentidos para contemplar lo que te rodea y así entrar más profundamente en ti.

Gratitud

Creo que la gratitud es la llave de la felicidad. Vivir desde la gratitud es algo sencillo, tan solo debemos hacernos conscientes del enorme regalo que tenemos por el mero hecho de vivir, de respirar. La gratitud profunda es tan poderosa, que incluso aparece cuando nos sentimos mal o perdemos el rumbo.

EJERCICIO: Cada mañana, al despertar, da las gracias. Puedes dar las gracias por todo, allá van algunos ejemplos: “Gracias porque puedo respirar, gracias por el amor de mi familia, gracias por tener un hogar, gracias por traer hasta mí las lecciones que debo aprender”.

Sonreír

Sonreír nos ayuda a afrontar la vida con alegría, amabilidad y sabiduría. Cuando sonreímos disfrutamos de la vida y nuestro cerebro segrega ciertos neurotransmisores que nos provocan sensaciones de bienestar y felicidad. Nos parece sencillo sonreír cuando estamos felices, pero el auténtico reto está en sonreír cada día por algo tan sencillo como poder respirar o caminar. La sonrisa es una manera sencilla de desarrollar nuestra gratitud.

EJERCICIO: Al despertar, estírate, conecta con tu cuerpo y sonríe, simplemente sonríe por estar aquí.

Compasión

Esta emoción es muy importante para el budismo. La compasión es el profundo deseo que ningún ser sintiente sufra, incluidos nosotros. Cuando deseamos que nadie sufra, nos movilizamos para ayudar a aquel que lo necesita y eso nos conecta más profundamente con nosotros y con los demás.

Según el Dalai Lama, cuanta más compasión sentimos, menos estrés experimentamos porque al dejar de estar tan centrados en nosotros mismos, nos distanciamos de los problemas y éstos pierden su fuerza. Y cuando logramos estas cosas, somos más felices.

EJERCICIO: Pema Chödrön, una monja budista,nos recomienda repetir la siguiente frase para recordarnos a nosotros mismos la compasión que yace en nuestro interior: “Que pueda estar libre de sufrimiento, que estés libre de sufrimiento, que podamos estar libres de sufrimiento”.

¿Quieres saber más sobre la felicidad? Consulta a los mejores especialistas en We Doctor. Nuestra psicóloga sanitaria, la doctora Elena Alameda Jackson, experta en psicooncología, resolverá todas tus dudas.

La respiración es una señal de vida, pero también lo es de salud emocional. El misterio de la respiración es que ocurre en silencio, escondida en nuestro cuerpo y actúa de manera automática. Pero la magia ocurre cuando dirigimos nuestra atención hacia ella de manera consciente. En ese instante, comenzamos a comunicarnos con nuestro cuerpo de una manera totalmente diferente. En este blog vamos a hablar de la respiración consciente y de cómo influye en la salud emocional.

 La respiración tiene la capacidad de enviar señales a nuestro cuerpo y mente que cambian la manera en que ambos funcionan. Nuestra respiración puede enviar mensajes de estrés o de calma, por eso es tan importante escucharla. Nuestro cerebro se encuentra encerrado en su propia cueva oscura donde la única luz que existe, llega a través de los sentidos y de las ramificaciones del sistema nervioso que se expanden por todo nuestro cuerpo. Esta información junto con la actividad de nuestras neuronas, producen luz en esa oscuridad. El cerebro es el gran supervisor pero depende de esas extensiones para comprender lo que ocurre en nuestros órganos y para recrear la realidad en la que vivimos cada día.

El efecto de la respiración en nuestra salud mental

La respiración envía señales muy importantes a nuestro cerebro:

Inspiración

Cuando inspiramos, activamos la rama simpática de nuestro sistema nervioso autónomo, que activa todo nuestro cuerpo y mente. Pero como a nuestro cuerpo le gusta el equilibrio, tiene un proceso regulador maravilloso… la espiración.

Espiración

Cuando espiramos y expulsamos el aire de nuestros pulmones, activamos la rama parasimpática del sistema nervioso autónomo, que se encarga de las respuestas de calma y relajación.

Pero más allá del cerebro, nuestra respiración también se acompasa con el latido de nuestro corazón, acelerando su latido cuando inspiramos y reduciéndolo cuando espiramos. Solo con esto, ya podemos hacer una idea de la importancia de nuestra respiración en la salud física y mental.

¿Cómo afecta el estrés a la respiración?

En el siglo XXI respiramos mal, es un hecho. Respiramos lo justo para incorporar oxígeno en nuestro cuerpo, pero no siempre eliminamos bien el dióxido de carbono y eso nos pasa factura. La gran pandemia, más allá del Covid-19, es el estrés. Y lo curioso es que modifica la manera en que respiramos, nos obliga a hiperventilar, es decir, a respirar de manera rápida y superficial, por lo que inspiramos mucho y espiramos poco.

¿Cuáles son las consecuencias? Pues que nuestro cuerpo está hiperactivo y no se relaja lo suficiente. Y cuando el estrés es agudo o puntual (dura una semana), no hay problema. Pero cuando se hace crónico y comienza a acompañarnos durante meses o años, estamos enviando un mensaje claro a nuestro cuerpo: estamos ante una gran amenaza y no podemos relajarnos.

Este problema es tan grave, que algunas personas se están provocando respuestas de estrés solo por respirar mal. Y eso pasa una gran factura a su salud, pues comienzan a presentar síntomas de pre-diabetes porque su páncreas empieza a dejar de funcionar bien por las señales que han emitido sus glándulas suprarrenales a través del cortisol, “la hormona del estrés”. O tienen grandes cambios en su peso corporal. Por eso creo que respirar de manera adecuada es tan importante, porque comenzamos a comunicarnos con nuestro cuerpo desde otro lugar, enviando los mensajes correctos que nos producen salud y bienestar.

Consejos para practicar una respiración consciente

Quiero compartir contigo las pautas que sigo en mis sesiones para identificar cómo estás respirando y también para enseñarte a respirar de manera consciente y saludable.

Cierra los ojos

Lo primero que quiero que hagas, es que cierres los ojos y simplemente observes cómo estás respirando. Conéctate a tu respiración y siente cómo son tus inspiraciones. ¿Son cortas o largas? ¿Sientes que te falta el aliento?


Controla tu espiración

Observa cómo espiras… ¿sientes que tus pulmones se vacían por completo, sientes que ha quedado algo de aire dentro de ellos? Estos dos primeros pasos te ayudarán a conectar con tu respiración y con tu cuerpo.

Ejercicio de respiración

Tras un minuto observando tu respiración, empieza a tomar aire por la nariz y a expulsarlo por la boca. Intenta vaciar por completo tus pulmones y concéntrate en esa sensación agradable de vacío en ellos. Repite estas respiraciones completas 3 o 4 veces y observa cómo te sientes al vaciar tus pulmones.

¿Cuándo debo hacer este ejercicio? Al menos 5 minutos al día. En un mes comenzarás a observar cambios en tu cuerpo y en tu mente. Respirar conscientemente también te ayuda a cuidarte. Y la meditación guiada puede ser muy útil para ello. Por eso, aquí puedes descargar una sesión de cinco minutos para ayudarte a conectar con tu cuerpo y calmarte.

Si quieres saber más acerca de la respiración consciente o de cómo manejar el estrés en tu vida diaria, no dudes en contactar con nuestra especialista de We Doctor Elena Alameda Jackson. ¡Podemos ayudarte!

Las llamadas “enfermedades raras”, son patologías que afectan a menos de 5 personas por cada 10.000 habitantes. La federación española de enfermedades raras (FEDER), estima que en España hay 3 millones de personas con una enfermedad de este tipo.

Nunca me ha gustado especialmente el adjetivo “raras”, de hecho prefiero hablar de ellas como de enfermedades poco comunes. Porque estas patologías afectan a pocas personas, pero esas personas no son raras, son seres humanos que deben aprender a convivir con una enfermedad compleja cuya cura aún no está disponible.

Estas enfermedades poco frecuentes son diferentes al resto de patologías porque…

  • Tienen un inicio temprano en la vida, suelen aparecer en torno a los 2 años de edad.
  • Suelen ir asociadas a la presencia de dolor.
  • Provocan discapacidades físicas e intelectuales que conllevan limitaciones en la autonomía.
  • El pronóstico es negativo y la esperanza de vida es baja.

Más allá de estas características, los pacientes y familiares deben afrontar cambios vitales importantes y deben adaptarse a esta nueva realidad. Quiero mostrar estos dos caminos que van parejos, el de los pacientes y el de los familiares o cuidados principales.

PACIENTES: Afrontar el diagnóstico de una enfermedad nunca es fácil y requiere un tiempo de adaptación. Algunos de los elementos a tener en cuenta para aprender a convivir con una enfermedad poco frecuente, son:

  • Incertidumbre: En toda enfermedad la presencia de incertidumbre es habitual, especialmente en el momento del diagnóstico o en el de tratamiento activo para comprobar si las intervenciones tienen efecto. En el caso de las enfermedades poco habituales, esta incertidumbre se mantiene a lo largo de toda la vida de la persona porque las investigaciones avanzan lentamente.

¿Qué hacer con la incertidumbre? => Aunque creemos que esta emoción es negativa, en realidad nos ayuda a vivir desde la esperanza, porque si aún se está investigando, quiere decir que todo es posible, que tal vez no haya una cura definitiva, pero siempre se podrá hallar un fármaco o intervención que ayude a regular los síntomas. La incertidumbre es una puerta abierta a posibles soluciones, tómala como tal y empieza a vivir desde la esperanza. La incertidumbre nos acompaña a todos los seres humanos, es inherente a nosotros y eso es lo que hace que la vida sea tan interesante… que todo puede cambiar en un segundo.

  • Afrontar pruebas médicas y tratamientos novedosos: Las pruebas médicas y aplicación de tratamientos, especialmente si son novedosos, pueden producirnos miedo, ansiedad y angustia. Esta tríada emocional no solo altera nuestro mundo emocional, de hecho estas emociones son señal de que el cuerpo está entrando en una respuesta de estrés profunda. Y cuando estamos estresados, nuestro cuerpo se revoluciona porque interpreta que existe una gran amenaza de la que debemos huir.

¿Cómo afrontar las pruebas médicas desde la calma? => Te voy a contar un secreto… una de tus constantes vitales te ayuda a reducir tu angustia, miedo y ansiedad, al tiempo que calma todo tu cuerpo. Ese recurso es… ¡tu respiración!. Así es, cuando espiras con calma y de manera consciente, observando cómo tomas aire y cómo lo expulsas, calmas tu mente y tu cuerpo, lo que te permite afrontar las pruebas médicas y los tratamientos con más calma.

Como sé que al principio no es fácil regular la respiración, te invito a descargarte gratuitamente una breve grabación que he realizado para que puedas conectarte a la calma de la respiración a través de 3 anclas (la nariz, el pecho y el abdomen). Puedes descargarla haciendo click aquí: http://cuidado-psicologico.es/meditacion-3-anclas/

  • Adaptar la vida a la falta de autonomía: Las enfermedades traen hasta nosotros la pérdida de autonomía. Esto quiere decir que dependemos de otra persona para hacer actividades que antes podíamos hacer por nuestra cuenta o que son actividades que los demás hacen de manera independiente. Adaptarse a esta ayuda puede requerir tiempo, pero creo que es una buena oportunidad para conectar más profundamente con otras personas.

Adaptándose a la ayuda => Hay actividades de la vida diaria que el enfermo no puede hacer, esa es una realidad. El gran problema para adaptarse a esta dependencia, viene de la mente. Por eso considero que es importante trabajar la aceptación… y es que la vida nos trae cosas que no nos gustan ni esperábamos, pero siempre podemos aprender de ellas y la gran lección dormida en la dependencia, es aceptar la ayuda que otra persona (familiar o no) nos presta, porque cuando aceptamos esta ayuda, comenzamos a desarrollar la gratitud y de la gratitud nace la alegría y la calma.  

A pesar de que haya cosas que el enfermo no pueda hacer por su cuenta, es importante fomentar su independencia en aquellas actividades que sí puede hacer, aunque parezca poco.

  • Luchar contra la estigmatización: En el mundo de la psicología y las enfermedades mentales, está aún presente el estigma de acudir a un psicólogo. Y los estigmas parecen marcar a la persona enferma, como si ya no sintieran como los demás, como si fueran extraños seres de otro mundo. Por eso es importante luchar contra el estigma y mostrar a la sociedad que nuestra humanidad no depende del nombre que lleve nuestra enfermedad, porque todos sentimos igual, porque todos amamos y deseamos ser felices.

¿Cómo combatir el estigma? => Creo que la estigmatización es un proceso que nace del miedo e incomprensión, por eso su antídoto es la información. Como paciente de cualquier enfermedad (sea más o menos frecuente), la información nos empodera porque nos ayuda a comprender lo que nos ocurre y nos da la posibilidad de enseñar al resto lo que supone esta enfermedad. Y cuando estamos informados, el miedo se desvanece porque comprendemos mejor lo que ocurre. De modo que combate el estigma con información (obteniéndola y dándola a otros).

FAMILIARES Y CUIDADORES: No es fácil vivir con una enfermedad poco frecuente donde se sabe tan poco y donde cada día puede traer algo nuevo, un síntoma rebelde, un malestar diferente. Los familiares de quienes padecen estas enfermedades poco frecuentes, soléis convertiros en los cuidados principales y a veces en los únicos.

De repente la vida cambia y deben adaptarse a una nueva manera de vivir, una en la que la incertidumbre, el miedo, la frustración, a veces el enfado, la tristeza y el sufrimiento por el ser amado, está presente cada día.

Es habitual que los cuidadores se vuelquen en el cuidado del ser querido y se olviden de sí mismos, pero hay algo importante que debes saber si eres cuidador…

Debes cuidarte tú también porque de otro modo, no podrás cuidar a tu ser amado tal y como quieres.

Sé que ese cuidado en ocasiones es complejo porque te falta tiempo, porque no tienes ganas o te sientes tan agotado que solo quieres dormir cuando puedes, pero debes cuidarte emocionalmente para no quemarte. Y para ello te doy algunas pautas…

  • Escucha a tus emociones y permite que se expresen.
  • Regula tus emociones hablando con alguien de confianza, escribiendo un diario o llorando cuando sientas la necesidad.
  • Haz actividades diarias solo para ti… leer, ver una serie de TV, meditar, hacer una relajación, caminar.
  • Haz actividades semanales solo para ti… quedar con familiares o amigos, hablar por teléfono con seres queridos, darte un masaje, ir a la peluquería. ¡Tú decides!
  • Moviliza tu cuerpo: practica yoga, pilates, camina o haz natación.
  • Acude a un psicólogo (presencial u online) que te ayude a conocerte más y a adaptarte a esta situación que ha traído la vida hasta ti.

Se puede convivir con una enfermedad poco frecuente… todo depende de hacia dónde diriges tu atención… ¿La diriges hacia aquello que se ha llevado o hacia lo que te aporta?… ese es el secreto de la vida.

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Página web: https://cuidado-psicologico.es/

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192