Son cinco los grandes días de celebración y, aunque este año sea excepcional debido a las restricciones que nos complican las comidas de empresa y amigos, lo cierto es que en general son prácticamente dos semanas en las que nuestras comidas son más copiosas de lo habitual.

Tan solo tres años atrás, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) informaba que, durante estas fiestas, los españoles subíamos de peso entre 2 y 4 kilos. Y es que, no hay Navidad que se precie que no incluya una mesa con abundantes manjares.

QUE NADIE SE QUEDE CON HAMBRE

Si pensamos en las comidas navideñas, nos vendrá a la mente una mesa con una cantidad de comida generalmente excesiva. Entre los aperitivos no faltan los quesos, el foie, embutidos o marisco. Además, las carnes y/o pescados compondrán el plato principal; y tendremos postres tradicionales como polvorones, turrones o el mazapán, de alto contenido en grasa y azúcar. Sumado a que, quien más o quien menos, consume alguna copa de alcohol; nos encontramos ante una combinación poco saludable que es aconsejable controlar.

MANTENER EL CONTROL

Quizá, aquellas personas que cuidan su alimentación y estado de salud de forma regular, no dejen de hacerlo en estas fechas o sus excesos en la mesa sean en cierto modo mesurados y se acompañen de una buena dosis de ejercicio físico. Sin embargo, a algunas personas les cuesta mantener la constancia en eso de “llevar un estilo de vida saludable”, y los excesos navideños no hacen más que empeorar su situación.

En realidad, más que preocuparnos tanto por los excesos de las fiestas, debemos tener presente nuestros buenos hábitos durante todo el año. En ese contexto, un día o dos de excesos, difícilmente causarán grandes estragos.

ORGANIZAR TU MENÚ

Para empezar, y como resulta evidente, debemos evitar una ingesta exagerada de productos hipercalóricos yprocesados, además de continuar con el ejercicio físico. Además de esto, te proponemos una serie de ideas para que organices tus menús:

  • Los aperitivos: además de los recurrentes caldos y sopas de marisco, pescado, etc. Podemos incorporar vegetales en forma de brochetas de verduras braseadas con quesos, marisco cocido o a la plancha y patés vegetales caseros.
  • El plato principal: olvídate de las frituras, rebozados, y platos con muchas salsas, y opta por preparaciones culinarias sencillas donde el protagonista sea el propio sabor del pescado o la carne elegida.
  • Las guarniciones: haz que sean las protagonistas de tu plato. Como para la propia elaboración de la carne o el pescado, las cocciones al vapor y al horno aportarán ligereza, ayudando a que las digestiones no sean pesadas.
  • Bebida principal:  que no falte el agua fresca en el centro de nuestra mesa. Con independencia de que estos días se sea más permisivo con el consumo de alcohol y otras bebidas, es importante ser conscientes de la cantidad de alcohol, azúcares y, por tanto, calorías vacías que nos aportan.
  • Postre: Los postres tradicionales de estas fiestas son abundantes en grasas y azúcares.  Lo ideal sería preparar nuestros propios postres con harina integral, aceite de oliva o girasol, frutos secos, frutas deshidratadas, chocolate natural 100% sin azúcar, etcSi compras productos industriales, fíjate bien en el etiquetado y opta por turrones de categoría extra y suprema con bajo contenido en azúcar.

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El Covid-19 está transformándolo todo… incluso las Navidades.

Este virus invisible nos está trayendo un gran mensaje que solemos olvidar… “todo cambia, nada permanece”. Ha materializado la impermanencia de una manera que jamás hubiéramos imaginado.

El budismo y la atención plena ya lo dicen, que nada dura eternamente, que la única certeza que tenemos en la vida, es que todo cambia. 2020 nos está enseñando esta lección a fondo.

Y en un año tan cambiante y a veces caótico, las navidades no iban a mantenerse como siempre… este año llegan repletas de cambios y adaptaciones. Pero no te alteres… aún puedes vivir plenamente tus navidades… yo te muestro cómo…

¿Cómo disfrutar estas navidades atípicas? …  La mejor manera de disfrutar estas navidades, es desde el presente. Ten en cuenta que estamos viviendo una época única en la historia de la humanidad y que cuando pasen los años, recordaremos esta etapa y este año como algo importante, porque lo ha sido… porque lo está siendo.

Podemos vivir en el presente cuando nos hacemos conscientes de que aún estamos aquí, de que aún nos podemos perder en nuestra respiración. Y es que dentro de nosotros todo está bien, hay quietud y serenidad… solo tenemos que encontrarla y anclarnos a ella.

Ya sabes que la mejor manera de volver al presente es a través de tu cuerpo y lo puedes hacer de varias maneras…

  • Observa tu respiración serena: Ésta es la manera más sencilla de anclarte al cuerpo y al presente, al tiempo que observas el cambio constante de la respiración. Piérdete en cada espiración… siente la profunda calma que nace de ti.
  • Siente el latido de tu corazón: Otra muestra más de que en la vida todo es impermanente, que todo cambia, es seguir el latido de tu corazón, que se acompasa a tu respiración.
  • Ánclate a tus sentidos: Tus cinco sentidos te unen al cuerpo y al presente. Habitualmente vivimos en “piloto automático”, sobrecargados en nuestra vida y en nuestra mente, de modo que no experimentamos conscientemente la información que captan nuestros sentidos. Te propongo que estas navidades, tengas una experiencia completa durante la cena de Nochebuena o la de Nochevieja.

Para ello, detén tu mirada en los detalles de la mesa, en los adornos, observa los colores que te rodean de los platos, las copas, el mantel y sus servilletas, observa los cubiertos y rózalos con tus dedos para sentir su frescor. Mira atentamente a la comida que vas a degustar… porque estas navidades puedes degustar los alimentos y no solo comerlos.  Siente los olores de la navidad, de la comida… observa y experimenta todo como si fueran las primeras navidades que vives.

Reunirse o no reunirse… he ahí la cuestión…. Uno de los grandes conflictos que las familias pueden experimentar este año, es la decisión de reunirse o no o incluso de cuántas personas reunirse, porque el límite está en 10 comensales.

Podemos afrontar estos cambios de una manera práctica viviendo en el presente y siendo conscientes de las restricciones y limitaciones…

  • Haciendo turnos en los que reunirse con los diferentes seres queridos. Tal vez no se pueda hacer esa gran cena de siempre con 15 o 20 personas, pero tal vez puedas dividir una cena o comida con la mitad de tus seres queridos y otros días festivos con la otra mitad.
  • Dar la bienvenida a la tecnología en nuestras mesas. Una opción que podemos tener en cuenta, especialmente si nosotros mismos o nuestros familiares son personas con alto riesgo en caso de contagiarse de Covid, es hacer una video-cena, compartiendo mesa y cena con nuestros seres queridos al conectarnos por medio de videoconferencia. Sé que no es lo mismo, pero el Covid no tiene la capacidad de alejarte de tus seres queridos.

Regulación emocional en las “Navidades Pandémicas”… La Navidad es una época del año especial que de por sí nos puede crear tristeza, ansiedad, frustración o angustia. Estas reacciones se pueden multiplicar este año tan atípico. El objetivo es que vivas en el presente y para ello debes regular tus emociones.

A continuación, te indico una manera sencilla de regular cualquier emoción intensa que sientas para que tus decisiones no sean impulsivas y puedas decidir conscientemente cómo será el final de 2020 y cómo deseas comenzar el nuevo año.

PASO 1: Observa tu mundo emocional => No huyas de las emociones intensas (agradables o desagradables), llegan a ti para darte mensajes importantes. La mejor manera de conectar con las emociones, es a través de tu cuerpo. Observa si sientes incomodidad, un nudo en el abdomen o en la garganta, tal vez experimentes un vacío en tu corazón… sigue las pistas que la emoción deja en tu cuerpo.

Cuando observas tu mundo emocional sin rechazar a las emociones y sin tratar de prolongarlas (especialmente cuando disfrutas), encontrarás el equilibrio emocional y comenzarás a aceptar tus emociones.

PASO 2: Respira con calma y conscientemente => La respiración es la mejor herramienta de regulación emocional que puedes encontrar. Cuando respiras, te calmas profundamente e indicas a tu cuerpo y a tu cerebro que se pueden relajar… que todo está bien… que la pandemia no es tan grave. Si quieres aprender a respirar conscientemente, te puedes descargar una meditación breve que he grabado con todo mi amor…

http://cuidado-psicologico.es/meditacion-3-anclas/

PASO 3: Cuida tus pensamientos y el diálogo que tienes contigo mismo => Las emociones crean tus pensamientos y éstos determinan la manera en que te hablas. Sé amable contigo mismo, quiérete y cuida tus pensamientos como cuidas a tus seres queridos. Los pensamientos fluyen cuando no te aferras a ellos… crea pensamientos positivos que te hagan sentir gratitud por todo… por lo grande y lo pequeño, por el mero hecho de respirar conscientemente.

PASO 4: Dedícate tiempo => Las navidades en ocasiones nos obligan a cocinar más, a compaginar nuestra vida profesional con las celebraciones. Y aunque esto pueda ser así, no te olvides de ti… tómate tiempo libre para contactar contigo, para hacer actividades que te apasionan y llenan de energía. Aprende a cuidarte porque eres muy importante.

Puedes crear unas navidades únicas que nazcan de tu coherencia interna, de tu serenidad

 

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Página web: https://cuidado-psicologico.es/

Psicóloga de We Doctor

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Al finalizar un año y comenzar otro, es inevitable que surjan algunas cuestiones relacionadas a los propósitos y metas.

Al despedir un año aparece una cierta nostalgia por aquellos objetivos no logrados, acompañada de la ilusión puesta en aquellos que aún quedan por alcanzar; planteamos nuevas aspiraciones, y muchas veces son las mismas del año anterior que se repiten, una y otra vez, ansiosas de aprovechar cada oportunidad de concretarse…o de llenarse de un halo de realidad. En este lugar de repetición pareciera que no hay avance, que el tiempo se detiene.  Nos dejamos envolver por el clima de fiesta de las dos últimas semanas de diciembre, “como si” fuese un puente entre el pasado y el futuro, anhelando cambios o situaciones diferentes mientras lo cruzamos.

Esperamos el año nuevo como si los trescientos sesenta y cinco días que llegan tuviesen una suerte de magia y encantamiento que hará realidad cualquier tipo de sueño, y depositamos imaginariamente en el tiempo y en el calendario la realización de nuestros planes.

No obstante, la vida es un proceso, y como tal, nada se consigue de un día para otro, y mucho menos sin renuncias mediante. La vida no es sólo el tiempo que pasa, implica también oportunidades de poner en juego lo que somos, lo que queremos y lo que hacemos, y, por supuesto, la posibilidad de aparecer en cada hecho con cada elección.

Con el año que comienza se nos presenta una nueva escena, donde la realización de los proyectos implica construcciones. No se trata de que lo mismo no se repita, sino más bien, de un hacer distinto con eso que es lo mismo; con objetivos a corto plazo y posibles de realizar, con nuevas intenciones y nuevos caminos por andar, que impliquen el descubrimiento de sí mismo, el crecimiento, la aceptación de lo que uno es, y la apropiación del vivir.

El año nuevo no siempre alude a una vida nueva, la mayoría de las veces se trata de la misma historia, del mismo deseo, pero puesto en escena desde una perspectiva singular y renovada. Este es el espacio donde debemos encontrar la ilusión de este nuevo comienzo en busca de la felicidad.

 

Claudia Carina Oviedo

Lic. en Psicología egresada de la Universidad Nacional de Córdoba.

Formación en Psicoanalisis, Posgrado en clínica Psicoanalítica. Maestría en Psicoanálisis.

Directora en Latinoamerica en We Doctor

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En unos días llegan los Reyes Magos cargados de regalos que en la mayoría de las ocasiones son demasiados y incluso innecesarios.

Muchas veces los niños reciben tantos regalos que se ven desbordados terminando por hacer caso a muy pocos de ellos y no es nada raro ver a niños rodeados de juguetes diciendo que se aburren.

¿Por qué?

Sencillamente porque no valoran lo que tienen.

Cuando no nos tenemos que esforzar por conseguir la cosas que queremos, no las valoramos tanto como aquello que conseguimos porque hemos luchado por ello.

Así que vale más que apliquemos el sentido común y NO llenemos al niño de regalos innecesarios.

Los niños eligen sus regalos guiados por sus gustos, por la publicidad que ven en la televisión, por los juguetes que ven a otros amigos…

Debemos enseñarles a que valoren lo que tienen y debemos ser realistas: estamos viendo niñas de 13 años con el último Iphone y niños de 6 años con la PS4 Pro…

Con todos mis respetos y con todo el cariño del mundo: hay una edad para todo; los niños tienen que aprender que no se puede tener en la vida.

Hace poco me comentaba una madre: “es que sino le compramos el Iphone a nuestra hija se fustra, porque como sus amigas lo tienen…”

No voy a entrar aquí en un debate sobre a qué edad es recomendable tener el primer móvil, porque sí es cierto que cada vez empiezan a edades más tempranas (aunque no es nada recomendable desde mi punto de vista); pero hay muchos tipos de móviles… ¡no tiene que ser necesariamente un Iphone a esta edad!
Hay muchas marcas y modelos en el mercado más asequibles y con la misma funcionalidad.

Volviendo a la madre… le comenté que es bueno que su hija aprenda a frustrarse, y que le servirá para superar otras crisis que irá teniendo con el paso de los años.

Una reflexión que deberíamos hacer antes de regalar a un niño consiste en preguntarse si aquel juguete cumple con las características necesarias para dejarle rienda suelta a su imaginación y su capacidad creativa.

Y por último, muchos de vosotros os preguntáis cuántos regalos debería recibir vuestro hijo el día de Reyes.

Pues bien, cuando me hacen esta pregunta, me gusta sugerir 3 regalos como una cantidad adecuada (lo que sería equivalente a uno por Rey).

Estaría bien que un regalo fuera un libro de lectura o material escolar, otro podría incluir ropa o complementos y el tercero algo que realmente quieran: un juguete, un juego…

Quiero hacer hincapié en que lo más caro no es ni lo más bueno ni lo que más necesitan y que se tenga en cuenta la edad del niño.

El problema muchas veces está en que la familia es amplia: abuelos, tíos, vecinos… con quienes es bueno que hablemos y pactemos por el bien de nuestros hijos.

De lo contrario, si empiezan a abrir regalos y más regalos ocurre que:

– No los valoran lo suficiente.
– Se vuelven caprichosos y consumistas.

– Pierden la ilusión.

Espero que haya podido aclararte alguna duda si la tenías, y si consideras que este post puede ser de utilidad a alguien que conozcas, te invito a que lo compartas.

 

 

Aida Canals

Psicóloga General Sanitaria

www.aidacanals.com

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A punto de empezar las cenas de navidad, sus sucesivos DÍAS DE RESACA, de TERMINAR LAS SOBRAS y con una frase que te persigue a modo de madre con la alpargata en alto: “Venga comer, que esto hay que gastarlo en estos días” y todavía queda el DÍA DE LAS CABALGATAS que conlleva el consumo de ROSCÓNCARAMELOSGOMINOLAS, y otras CUCHES.

Entonces, te preguntarás: “¿Es POSIBLE terminar la NAVIDAD SIN ser un ROSCÓN con patas?” Pues, he de decir: SÍ, ES POSIBLE.

La NAVIDAD aunque nos la venden desde NOVIEMBRE, realmente son 3 semanas en la que 1 día de cada una es motivo de fiesta.

24 de Diciembre: Noche Buena

31 de Diciembre: Fin de año

6 de Enero: Día de Reyes

Las 2 primeras fechas (Noche Buena y Fin de año) pertenecen a las GRANDES CENAS y la tercera (Día de Reyes) a la GRAN MERIENDA. Y, no digo esto porque sea exagerada de forma natural como buena andaluza que soy ;b sino porque es la realidad. ¡La NAVIDAD se nos va de las manos y es POSIBLE modificar nuestra conducta!

Es maravilloso que tengamos 3 días para rodearnos de seres queridos y disfrutar de buenos momentos con ellos/as, pero NO ES NECESARIO desmadrase así cada año.

Y mientras lees estas lineas, pensarás: “Sí, si, muy bonito, pero ven tu a mi casa y lo cambias lista”.

Afortunadamente, ESTÁS A TIEMPO de no terminar estas fiestas como el primo de SANCHO PANZA, por ello te mostraré algunas pautas para ir modificando estos días:

  1. Guarda todo el excedente (ej: tuppers para toda esa comida que te ha sobrado de las CENAS NAVIDEÑAS y congélalo). Así evitarás el agobio de comer varios días lo mismo por miedo a que se estropee.
  2. Bombones, regálalos!! Seguro que conoces a alguien con el/la que quieras tener un detalle extraoficial.
  3. Roscón de Reyes. Si te apetece llevar a casa un roscón, que sea pequeño ya que aún tendrás turrones y polvorones en bandejas para tomar y ofrecer. De esta manera, habrás satisfecho tu deseos controlando la cantidad.
  4. Haz una lista con todo lo que te ha sobrado este año de dulces (turrones, polvorones, mantecados, empanadillas, bombones, etc), para que al año que viene hagas una compra mínima de productos navideños.
  5. Has otra lista con todos los platos que se quedaron sin tocar en las CENAS. Así podrás plantearte otro tipo de menús más ligeros.
  6. El día de las cabalgatas, guarda los caramelos que recojas, y dejalós para otro día, ya que ese mismo día habrás tomado otros dulces en la merienda.
  7. El resto de días que no celebramos nada, déjalo libre de azúcar y grasas (presente en embutido; quesos curados; postres lácteos como mousses, flanes, natillas,etc; productos navideños;…) y mantén una alimentación equilibrada.
  8. Con el excedente que no podamos regalar ni guardar, reduce al mínimo su consumo, es decir, no exceder las 2 raciones semanales y si no hay consumo, mejor.
  9. Retoma o inicia tu actividad física. No, tienes que ir al gimnasio si no te gusta, hay otras opciones para hacer ejercicio [ej: correr, nadar, andar a paso ligero, hacer bici, hacer cinta, deportes (ej: tenis, bádminton, pádel, fútbol, balonmano, etc), bailar, …].

 

Como has podido comprobar MEJORAR la ALIMENTACIÓN en NAVIDAD, es POSIBLE!! 😉

Y ahora que acabas de empaparte de toda esta información, y puedes ver la situación de cada año con otros ojos, te invito a que reflexiones sobre si crees que estas pautas podrían llevarse a cabo en tu casa y, aún más, si quieres cambiar actitudes como los hábitos de vida y cuál es tu nivel de compromiso para ponerlo en práctica.

Gloria Caballero

Graduada en Nutrición Humana y Dietética

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Nutricionista de We Doctor

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¿Quieres comprar de manera inteligente esta Navidad?

Nos encontramos finalizando este año, lo que conlleva a hacer valoración de cómo ha ido: si hemos conseguido los objetivos que nos marcamos al empezar el año, reencuentros con familiares y amigos que no viven cerca, lidiar con el estrés de cuadrar agendas para comidas y cenas de empresa y familia … a lo que añadimos tener que “planificar las temidas compras” (para muchos) de las fiestas navideñas; precisamente de las compras voy a hablarte ahora.

¿Qué te recomiendo que hagas?

Vence el impulso de comprarlo todo y regala con propósito.

¿Por qué te lo digo?

Párate a pensar cuántas veces has salido a comprar regalos y vuelves a casa con un montón de bolsas llenas de objetos sin ningún valor para las personas que los van a recibir, ¿me equivoco?

La Navidad, quizás más que ninguna otra época del año, provoca en muchos la falsa necesidad de comprar mucho, por impulso y  por encima del presupuesto.

Lo que me gustaría es invitarte a cambiar de perspectiva para lograr gustar a tus seres queridos dentro de tus posibilidades y sin ansiedad.

La clave para conseguirlo está en regalar con propósito; hacerlo así requiere que una vez hayas decidido a quienes vas a regalar, pienses un poco en esas personas, en sus verdaderas necesidades y en sus gustos.

Por ejemplo: si tu hermana se ha apuntado recientemente al gimnasio, puedes comprarle un pantalón o una camiseta y escribirle un mensaje que le anime a continuar con su meta.

Si tu hermano y su pareja tienen gemelos y disponen de poco tiempo para estar juntos, puedes pensar en regalarles uno de estos packs que incluyen una noche de hotel y escribirles un mensaje donde les digas que te quedas con sus hijos esa noche.

Si te fijas, hay muchos detalles significativos que pasamos por alto por las prisas que llevamos siempre, o porque no nos detenemos a observar ni un momento la relación con esa persona en concreto.

Otras recomendaciones antes de hacer las compras.

  • Acepta que quizás no puedes regalarle a todo el mundo. Así que, define a quién o a quienes  vas a regalar, dedicando unos minutos a pensar en los gustos y necesidades de éstas personas.
  • Fija un presupuesto para cada regalo y no te excedas de esa cantidad.
  • Evita dejar las compras para última hora, así no caes en la trampa de comprar cualquier cosa para salir del paso.

Como recomendación final te digo que intentes afrontar esta época con tranquilidad y alegría; si planificas lo que tienes que hacer, podrás aprovechar mejor los ratos libres que puedas tener, y sólo me queda desearte que ¡pases unas fiestas estupendas!

 

 

Aida Canals

Psicóloga General Sanitaria

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Un año más, la Navidad se está acercando y cómo no notarlo si desde octubre están todos los supermercados abarrotados de polvorones y bombones.

Un año más, la OPERACIÓN POLVORÓN vuelve para quedarse. ¡Y de qué manera!

Esa sensación de agobio constante de comer y comprar, de comprar y comer  dulces un día tras otro, con la escusa de “Una chispita,  no pasa na” (para los de más arriba de Despeñaperros: “un poquito, no hace daño”) o eso de “Estamos en Navidad y es época de eso”, y unido al bombardeo publicitario y el tan repetido anuncio de “Vuelve a casa por Navidad” es lo que define la OPERACIÓN POLVORÓN o lo que es lo mismo come, come y vuelve a comer dulces sin consciencia.

Tal es la situación, que llegamos a enero con un empacho impresionante, asqueados de las cenas de empresa, de las cajas de mantecados que le tuviste que comprar a tu sobrina, al hijo de tu vecina o la hija del compañero de trabajo porque se iba de viaje de fin de curso (y que te durará hasta marzo).

Entonces, yo me pregunto:  ¿Y si pudieras decidir CUÁNDO y en QUÉ CANTIDAD tomar este tipo de productos? ¿Y si pudieras no asociar los DULCES con MOMENTOS EMOTIVOS como volver a ver a un familiar o un amigo/a que vive fuera o a reunirte con la familia o los/as amigos/as y lo vieses como un producto de sabor dulce? Si lo consiguieras, ¿realmente COMPRARÍAS y COMERÍAS de la misma forma?

En relación a la primera, sí, puedes decidir cuándo y en qué cantidad consumirlos. Está claro que “un dulce no amarga a nadie“, pero debes tener claro que en una alimentación equilibra es muy importante poner en práctica aquellas elecciones que te lleven a elegir la cantidad y la frecuencia de consumo adecuada.

Sin embargo, en la alimentación es imprescindible la variedad y por ello es lícito que ocasionalmente si te apetece tomar este tipo de productos lo hagas siempre y cuando sea con moderación.

Bueno, no me voy a andar con más rodeo y te voy a poner un ejemplo clásico:

LA CENA DE NAVIDAD

Esa noche que vas a la casa de tu abuelo/a sabiendo que vas a comer HASTA REVENTAR y que el/ella se encargará de que ocurra, pues su objetivo será “que te QUEDES HARTO/A“. Esa misma noche, sabes que no sólo vas a cenar muchísimo, sino que después de los postres alguien de tu familia traerá a la mesa esa BANDEJA REPLETA de turrones, bombones, mantecados, etc. Y a pesar de todo, seguramente terminarás tomando alguno de estos productos.

Pero, ¿y el resto de días? ¿Cuál es la escusa?

Pues bien, he de decirte que el resto de días puedes dejar a un lado este tipo de productos y consumir  como snacks alimentos que son mucho MÁS SALUDABLES como la FRUTA, los FRUTOS SECOS (sin salar), los CEREALES INTEGRALES o los LÁCTEOS NATURALES (sin azucarar ni edulcorar) y que además, si los preparas de forma atractiva pueden llegar a ser tan apetecibles como los que nos VENDEN “A CASCOPORRO” (en grandes cantidades) las grandes superficies. También es necesario que tengas en cuenta el ejemplo que puedes dar a tu entorno, porque en una casa donde los padres/madres tienen hábitos saludables, sus hijos/as también los tendrán o al menos, verán esa actitud como “lo normal” y de la misma forma ocurre con hermanos/as, primos/as , amigos/as, etc.

Entonces, te preguntarás ¿Y sólo puedo comerlo en la CENA de NAVIDAD?

Este tipo de productos son de consumo OCASIONAL, por lo que no se deben superar las 2 raciones COMO MÁXIMO a la semana. En cuanto a la cantidad, si hablamos de turrones la ración sería un dedo, si hablamos de bombones sería uno y si son mantecados uno también.

Para finalizar, y en relación a las últimas cuestiones destacadas al inicio, es posible que no esté en tu mano desvincularte con la multitud de escenas que te plantan cada NAVIDAD los spots publicitarios, pero SÍ PODEMOS decidir qué alimentación quieres llevar y sobretodo qué legado le dejas a tu entorno más cercano. Así que nunca dejes de disfrutar de lo que te gusta sin olvidar CUÁNDO y en QUÉ CANTIDAD.

En definitiva, es importante que controles tu alimentación para que cada periodo previo a una fiesta no sea OPERACIÓN sino PREPARACIÓN y CONTROL y en el caso de la NAVIDAD que no sea OPERACIÓN POLVORÓN, sino PREPARACIÓN y CONTROL NAVIDEÑO. De esta manera, evitarás excesos y podrás CONTROLAR TU PESO y DISFRUTAR MÁS Y MEJOR de los encuentros con tus seres queridos.

 

 

Gloria Caballero

Graduada en Nutrición Humana y Dietética

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Nutricionista de We Doctor

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