Con la llegada del Black Friday y de la época navideña llegan los festivales de compras y de consumo. Controlar la compra compulsiva para algunas personas requiere de un gran esfuerzo.

Por ello, cuando pensamos en la figura de un comprado o compradora compulsiva, solemos pensar en desorden psicológico. Sin embargo, en mayor o menor medida, todos tenemos algo de compradores compulsivos. Estas terminan convirtiéndose en una forma de desahogo a la sobrecarga de presión, problemas, ansiedad… que nos acompañan en nuestro día a día.

Lo que no sabemos es que las consecuencias son nefastas. Tras el alivio producido por las compras, por el momento de desasosiego, llega un intenso malestar, en gran parte producido por el sentimiento de culpabilidad. Después de subidón, llega la ansiedad de nuevo.

Como indicábamos anteriormente, la compra compulsiva suele relacionarse con los trastornos de control de nuestros impulsos. Las principales características de este impulso a la compra son:

  • Objetos de compra superfluos e innecesarios.
  • Insomnio referente al deseo de poseer algo.
  • Aparición de ansiedad y preocupación excesiva referente a la posesión de un objeto.
  • Satisfacción inmediata y cese de síntomas desagradables.

El malestar es el estado que predomina a los individuos con oniomanía en momento previo a gastar. Un sentimiento que encuentra su alivio con el consumo, tomando el acto de la compra como “la pócima mágica” frente a el problema.

Además, cabe recalcar que con la llegada y uso diario de las tecnologías la compra compulsiva se encuentra al alza. Es más difícil la contención, dado que la persona se encuentra en una constante exposición a la oferta de productos y artículos.

Algunos “tips” que los profesionales recomiendan para frenar este tipo de actos o prevenir convertirnos en compradores compulsivos son:

  • Evitar tarjetas de débito y crédito a mano: pagar con billetes “duele más”.
  • Estimar una cifra máxima de compra al mes o a la semana.
  • Desplazamientos a centros comerciales en transporte público: el volver a casa con más bolsas y peso sobre nosotros hará del proceso un acto más incómodo.
  • Realizar un control de gastos: podremos ver en que artículos no necesarios gastamos nuestros ahorros.
  • Salir con el dinero justo para comprar lo que tenemos en mente y necesitemos.

Sin embargo, si todos estos consejos no nos son útiles debemos apoyarnos tanto en la familia como acudir a terapia psicológica. Es fundamentales para poder controlar este tipo de actos y estar alertar en los períodos vacacionales, descuentos, rebajas, black friday…donde el riesgo en aún mayor.

No siempre es fácil desenvolverse en un ambiente laboral en el que existe competitividad, la competitividad en el trabajo no tiene porque ser negativa ya que incentiva en el desempeño y la productividad en el alcance de objetivos, el problema reside en la competitividad que sabotea el desempeño de otros trabajadores dando lugar a casos de acoso laboral o “Mobbing”

Es importante poder valorar cada caso concreto ya que dependiendo de cada caso en particular puede ser posible desarrollar estrategias para desempeñar determinadas funciones en un ambiente laboral en donde existe competitividad o que realmente existan situaciones de acoso que desemboquen en una sintomatología difícil de superar por el trabajador y por lo tanto, que se necesite recurrir de medios externos que garanticen la seguridad y la salud.

En los casos en los que es importante desarrollar la autoestima del trabajador en un entorno competitivo que no humille ni infravalore las capacidades del trabajador o su dignidad.

  • Por un lado desarrollar estrategias en un entorno laboral competitivo, no significa desarrollar las mismas estrategias que otros compañeros, significa desarrollar estrategias propias que permitan alcanzar unos objetivos realistas con el contexto mantenidos en el tiempo. Las expectativas no siempre funcionan a largo plazo ya que tienden a frustrar en algún momento el desempeño del trabajador.
  • No compararse con otros trabajadores en cuanto a habilidades o capacidades. Cada persona tenemos una manera de trabajar, de comunicarnos con otras personas y de transmitir confianza, reconocer esos puntos a favor el ir desarrollándose en función de lo que el puesto laboral requiere es básico. Ya que a veces se tiende a sobrestimar las capacidades del otro e infravalorar las capacidades propias.
  • Reconocerse el trabajo bien hecho focalizando en el propio desempeño. A veces cuesta reconocer el trabajo bien hecho como si no fuera suficiente a pesar de obtener el reconocimiento externo, la atención tiende a focalizar más sobre los defectos que en los aspectos positivos, reconocer el trabajo bien hecho y recompensarse por ello es muy importante para incentivar la confianza y la autoestima.
  • Autocuidado y descanso, a veces es complicado compaginar trabajo y permitirse desconectar, probablemente por lo que la cultura del esfuerzo nos exige. Es inevitable convivir con el estrés, no obstante sufrir estrés a lo largo del tiempo puede conllevar el llamado distrés que cursa con sintomatología que interfiere en la salud y en aspectos y áreas importantes de la vida de la persona. De ahí que la persona establezca rutinas de autocuidado y descanso sea importante.

En definitiva centrarse en el propio desempeño, siendo objetivo con un@ mismo, puede resolver pequeñas situaciones mantenidas en el tiempo ya que todo empieza por el autocuidado y quererse a un@ mismo.

Por otro lado, diferenciar este tipo de situaciones en las que el trabajador puede abrirse camino son diferentes del tipo de situaciones en las que realmente existe acoso laboral o mobbing.

El acoso laboral o mobbing son una serie de comportamientos y conductas abusivas dirigidas a degradar psicológicamente a un trabajador, mirándole la autoestima y la moral, mediante un hostigamiento y una situación de violencia psicológica continuada. Esta violencia llega a producir una lesión de la dignidad y de la integridad del trabajador.

Puede darse tanto por parte de altos cargos dentro de la jerarquía de trabajo como por parte de compañeros que estén en contacto directo con el trabajador.

¿Cómo saber si se está sufriendo “mobbing” o acoso laboral en el trabajo?

  • Por un lado, ser víctima de constantes burlas y menosprecio en el trabajo.
  • Falta de reconocimiento en el desempeño laboral o falta de valoración en el trabajo por los resultados obtenidos.
  • Sensación de sentirse aislado o ignorado por parte de otros compañeros o los jefes.
  • Atribuyen falsamente de incumplimientos, errores, o fallos, inconcretos y difusos que no tienen consistencia ni entidad real.
  • Dificultad para poder aportar u opinar puntos de vista diferentes relativos a la mejora, sensación de sentirse anulado y silenciado a la ahora de aportar o hacer mejoras.

Los síntomas que deja esta lacra son de toda índole: apatía, falta de iniciativa, irritabilidad, bajo estado de ánimo, dificultades de concentración, dolor muscular generalizado, de cabeza… y un largo etcétera.

Hay que tener en cuenta que cuanto mas se alargue este tipo de situaciones a lo largo del tiempo más deterioro puede sufrir la persona dentro de ese puesto de trabajo, ser consciente de este tipo de problema y reconocer cual es el límite que un@ es capaz de asumir, permite cambiar la actuación a favor de la necesidades y los derechos que tiene el trabajador.

Recabar todas las pruebas necesarias que permitan reconocer estas situaciones y ponerse en manos de profesionales que permitan enfrentar este tipo de situaciones ayudaran a defender la integridad y la dignidad a la que el trabajador tiene derecho.