El Covid-19 está transformándolo todo… incluso las Navidades.

Este virus invisible nos está trayendo un gran mensaje que solemos olvidar… “todo cambia, nada permanece”. Ha materializado la impermanencia de una manera que jamás hubiéramos imaginado.

El budismo y la atención plena ya lo dicen, que nada dura eternamente, que la única certeza que tenemos en la vida, es que todo cambia. 2020 nos está enseñando esta lección a fondo.

Y en un año tan cambiante y a veces caótico, las navidades no iban a mantenerse como siempre… este año llegan repletas de cambios y adaptaciones. Pero no te alteres… aún puedes vivir plenamente tus navidades… yo te muestro cómo…

¿Cómo disfrutar estas navidades atípicas? …  La mejor manera de disfrutar estas navidades, es desde el presente. Ten en cuenta que estamos viviendo una época única en la historia de la humanidad y que cuando pasen los años, recordaremos esta etapa y este año como algo importante, porque lo ha sido… porque lo está siendo.

Podemos vivir en el presente cuando nos hacemos conscientes de que aún estamos aquí, de que aún nos podemos perder en nuestra respiración. Y es que dentro de nosotros todo está bien, hay quietud y serenidad… solo tenemos que encontrarla y anclarnos a ella.

Ya sabes que la mejor manera de volver al presente es a través de tu cuerpo y lo puedes hacer de varias maneras…

  • Observa tu respiración serena: Ésta es la manera más sencilla de anclarte al cuerpo y al presente, al tiempo que observas el cambio constante de la respiración. Piérdete en cada espiración… siente la profunda calma que nace de ti.
  • Siente el latido de tu corazón: Otra muestra más de que en la vida todo es impermanente, que todo cambia, es seguir el latido de tu corazón, que se acompasa a tu respiración.
  • Ánclate a tus sentidos: Tus cinco sentidos te unen al cuerpo y al presente. Habitualmente vivimos en “piloto automático”, sobrecargados en nuestra vida y en nuestra mente, de modo que no experimentamos conscientemente la información que captan nuestros sentidos. Te propongo que estas navidades, tengas una experiencia completa durante la cena de Nochebuena o la de Nochevieja.

Para ello, detén tu mirada en los detalles de la mesa, en los adornos, observa los colores que te rodean de los platos, las copas, el mantel y sus servilletas, observa los cubiertos y rózalos con tus dedos para sentir su frescor. Mira atentamente a la comida que vas a degustar… porque estas navidades puedes degustar los alimentos y no solo comerlos.  Siente los olores de la navidad, de la comida… observa y experimenta todo como si fueran las primeras navidades que vives.

Reunirse o no reunirse… he ahí la cuestión…. Uno de los grandes conflictos que las familias pueden experimentar este año, es la decisión de reunirse o no o incluso de cuántas personas reunirse, porque el límite está en 10 comensales.

Podemos afrontar estos cambios de una manera práctica viviendo en el presente y siendo conscientes de las restricciones y limitaciones…

  • Haciendo turnos en los que reunirse con los diferentes seres queridos. Tal vez no se pueda hacer esa gran cena de siempre con 15 o 20 personas, pero tal vez puedas dividir una cena o comida con la mitad de tus seres queridos y otros días festivos con la otra mitad.
  • Dar la bienvenida a la tecnología en nuestras mesas. Una opción que podemos tener en cuenta, especialmente si nosotros mismos o nuestros familiares son personas con alto riesgo en caso de contagiarse de Covid, es hacer una video-cena, compartiendo mesa y cena con nuestros seres queridos al conectarnos por medio de videoconferencia. Sé que no es lo mismo, pero el Covid no tiene la capacidad de alejarte de tus seres queridos.

Regulación emocional en las “Navidades Pandémicas”… La Navidad es una época del año especial que de por sí nos puede crear tristeza, ansiedad, frustración o angustia. Estas reacciones se pueden multiplicar este año tan atípico. El objetivo es que vivas en el presente y para ello debes regular tus emociones.

A continuación, te indico una manera sencilla de regular cualquier emoción intensa que sientas para que tus decisiones no sean impulsivas y puedas decidir conscientemente cómo será el final de 2020 y cómo deseas comenzar el nuevo año.

PASO 1: Observa tu mundo emocional => No huyas de las emociones intensas (agradables o desagradables), llegan a ti para darte mensajes importantes. La mejor manera de conectar con las emociones, es a través de tu cuerpo. Observa si sientes incomodidad, un nudo en el abdomen o en la garganta, tal vez experimentes un vacío en tu corazón… sigue las pistas que la emoción deja en tu cuerpo.

Cuando observas tu mundo emocional sin rechazar a las emociones y sin tratar de prolongarlas (especialmente cuando disfrutas), encontrarás el equilibrio emocional y comenzarás a aceptar tus emociones.

PASO 2: Respira con calma y conscientemente => La respiración es la mejor herramienta de regulación emocional que puedes encontrar. Cuando respiras, te calmas profundamente e indicas a tu cuerpo y a tu cerebro que se pueden relajar… que todo está bien… que la pandemia no es tan grave. Si quieres aprender a respirar conscientemente, te puedes descargar una meditación breve que he grabado con todo mi amor…

http://cuidado-psicologico.es/meditacion-3-anclas/

PASO 3: Cuida tus pensamientos y el diálogo que tienes contigo mismo => Las emociones crean tus pensamientos y éstos determinan la manera en que te hablas. Sé amable contigo mismo, quiérete y cuida tus pensamientos como cuidas a tus seres queridos. Los pensamientos fluyen cuando no te aferras a ellos… crea pensamientos positivos que te hagan sentir gratitud por todo… por lo grande y lo pequeño, por el mero hecho de respirar conscientemente.

PASO 4: Dedícate tiempo => Las navidades en ocasiones nos obligan a cocinar más, a compaginar nuestra vida profesional con las celebraciones. Y aunque esto pueda ser así, no te olvides de ti… tómate tiempo libre para contactar contigo, para hacer actividades que te apasionan y llenan de energía. Aprende a cuidarte porque eres muy importante.

Puedes crear unas navidades únicas que nazcan de tu coherencia interna, de tu serenidad

 

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Página web: https://cuidado-psicologico.es/

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192

¿Qué es la gripe?

La gripe es una enfermedad infecciosa, causada por un virus, que provoca síntomas respiratorios, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y cansancio.

Se contagia de persona a persona respirando pequeñas gotas de saliva de los estornudos y la tos de la persona infectada. También se puede contagiar al tener contacto con superficies que contienen gotas contaminadas si después nos tocamos la boca, la nariz o los ojos.

El embarazo es un periodo de la vida de la mujer en el cual el sistema inmunológico está más débil para poder mantener el embarazo. Hay que tener en cuenta que es un ser nuevo que tiene una mezcla de genes del padre y de la madre, para que el cuerpo no lo considere un “cuerpo extraño” y lo explulse, se debilita el sistema inmune.

Ante este proceso, es más fácil coger cualquier otra infección durante este periodo. Por eso las embarazadas se consideran grupo de riesgo de la gripe, y ésta puede complicarse más que en otro periodo de la vida. El diagnóstico de gripe durante el primer trimestre del embarazo se ha asociado a un aumento de malformaciones cardiacas, labio leporino y defectos del tubo neuronal. En el segundo y tercer trimestre se ha vinculado a un aumento del número de abortos, partos prematuros y una disminución del peso al nacimiento.

La infección por el virus de la gripe cursa de forma característica con “fiebre que se acompaña de malestar general, mialgias, cefalea, congestión nasal, molestias faríngeas, pérdida de apetito y/o tos seca”, enumera la neumóloga de La Princesa. En la mayor parte de los ocasiones estos síntomas ceden en una o dos semanas, sin embargo, en determinados grupos de riesgo, como las mujeres embarazadas, pueden desarrollarse complicaciones más graves como son la neumonía, sinusitis, otitis.

¿La gripe puede afectar al feto?

Las mujeres embarazadas que se infectan por el virus de la gripe pueden desarrollar complicaciones graves que afecten a su gestación, como son el aborto espontáneo o el parto prematuro, entre otras. En este sentido, “la prevención es fundamental y la vacunación es el método más eficaz, ya que disminuye el riesgo de gripe y sus complicaciones, protegiendo a la gestante y a su recién nacido hasta los 6 meses de edad”, indica Alonso. Izquierdo añade que la gripe no produce malformaciones fetales.

Recomendaciones para aliviar los síntomas durante el embarazo

  • El descanso es fundamental.
  • Medidas físicas, higiénicas (como el lavado de manos) y medicamentos.
  • Antitérmicos que bajen la fiebre. Es importante controlarla, siempre que sea superior a 38 grados, con analgésicos como el paracetamol.
  • Antitusígenos y expectorantes para la tos.
  • Analgésicos para el dolor muscular.
  • Beber abundantes líquidos para reponer lo que se pierde por la fiebre.

Posibles complicaciones de una gripe en el embarazo

El mayor riesgo para una mujer embarazada sucede en el segundo y tercer trimestre, que es cuando más se dan las temidas complicaciones de la gripe. Poniéndolo en números, el riesgo de que una mujer embarazada con gripe deba acudir al hospital por una complicación es ocho veces mayor que el de una mujer no embarazada. Si la mujer, además, padece otras enfermedades como asma, obesidad o diabetes el riesgo es aún mayor.

Síntomas de la gripe en el embarazo

Los síntomas que puede padecer una mujer embarazada si contrae la gripe son los mismos que los del resto de personas adultas:

  • Tos
  • Aumento de la mucosidad (Rinorrea)
  • Fiebre de 37,5ºC o más
  • Dolor de garganta
  • Pérdida de apetito
  • Otros síntomas: dolor de espalda, de cabeza, fatiga, vómitos y diarrea

¿Qué efecto tiene el Coronavirus sobre la mujer embarazada?

La información disponible sugiere que la mujer embarazada no tiene más riesgo de contraer la infección ni de desarrollar un cuadro grave de la enfermedad. Dado que es un nuevo virus, no hay muchas publicaciones científicas al respecto, pero se espera que una amplia mayoría de mujeres embarazadas experimentarán solamente leves o moderados síntomas.

Los síntomas severos o graves, como neumonía aparecen comúnmente en pacientes ancianos, aquellos con sistema inmunológico disminuido o pacientes con enfermedades crónicas.

Si estás embarazada, eres más vulnerable a adquirir infecciones que aquellas mujeres que no están embarazadas. Si además tienes una enfermedad de base, como asma, diabetes… puedes sentirte peor si tienes coronavirus.

Si desarrollas síntomas más graves o tu recuperación se retrasa en el tiempo puede ser un signo de que estés desarrollando infección pulmonar que requiera mayores cuidados. Si crees que tus síntomas empeoran o que no mejoras sensiblemente, deberías contactar con tus médicos o con las líneas de contacto que han habilitado las autoridades.

Síntomas de la infección por coronavirus:

¿Qué efecto tendrá el coronavirus sobre el bebé si te diagnostican la infección?

Dado que es un virus muy nuevo, estamos empezando a aprender sobre él. No hay evidencia que sugieran un aumento de los abortos o interrupciones de embarazo. Tampoco hay evidencia que el virus atraviese la barrera placentaria e infecte al bebé (transmisión vertical). En opinión de los expertos, se considera que es poco probable que el feto se vea afectado por la enfermedad. Así mismo se considera poco probable, si tienes el virus, que pueda causar anomalías fetales. No se ha observado ninguna en la actualidad.

Como estamos aprendiendo continuamente sobre el riesgo pre-término e infección coronavirus, está información deberá ser actualizada en el futuro.

¿Cómo puedo reducir el riesgo de contagiarme?

Con unas normas generales a seguir, como el resto de la población:

  • Quédate en casa y evita los contactos con otras personas de fuera del domicilio.
  • Haz sólo las visitas imprescindibles a los centros sanitarios, y como máximo, ve con un solo acompañante.
  • Evita el contacto con personas enfermas.
  • Si contactas con otras personas, mantén la distancia de seguridad mínima de un metro y medio.
  • Lávate las manos frecuentemente (con agua y jabón o soluciones alcohólicas).

¿Por qué las mujeres gestantes se incluyen en un grupo vulnerable o de riesgo?

Se sabe que las mujeres embarazadas experimentan cambios inmunológicos y fisiológicos que pueden hacerlas más susceptibles a las infecciones respiratorias virales, incluido COVID-19. Varios estudios revelaron que las mujeres embarazadas con diferentes enfermedades respiratorias virales tenían un alto riesgo de desarrollar complicaciones obstétricas y resultados adversos perinatales en comparación con las mujeres no grávidas, debido a los cambios en las respuestas inmunes.

¿Cómo tengo que actuar si creo que estoy infectada?

Si estás embarazada y notas:

  • Síntomas de un resfriado, como dolor de garganta, congestión o secreción nasal.
  • Tos seca continua.
  • Dolor muscular.
  • Dolor de cabeza.
  • Pérdida del sentido del gusto o del olfato.
  • Náuseas o vómitos.
  • Cansancio generalizado.

Ponte en contacto con tu médico de cabecera para que valore cuál es el problema y haga un diágnóstico diferencial sobre el COVID u otra patología.

¿Debo realizar mis visitas de control de embarazo?

Acudir a los controles del embarazo, antes y después del parto, es esencial para asegurar el bienestar y salud de tu bebé.

Si estás bien, debes acudir normalmente a tus controles antenatales. Si tienes síntomas o posible infección por coronavirus, deberías postponer las visitas de rutina hasta que el período de aislamiento finalice.

¿Cómo será mi parto, si estoy infectada por el coronavirus?

No hay evidencia de que no puedas dar a luz por vía vaginal, ni que una cesárea sea más segura para la madre y para el niño.

Si te has planteado un parto domiciliario, también se podrá realizar tomando las medidas básicas de precaución que dicta el ministerio de sanidad.

Así que la planificación del parto debería ser los más cercano a tus deseos.

Sin embargo, si las condiciones respiratorias de la madre empeoraran e influyeran en el bienestar fetal, debería acabarse urgentemente la gestación con la práctica de una cesárea.

No hay evidencia ni contraindicación en realizar una anestesia intra o peridural.

¿Puedo pasar el coronavirus a mi bebé?

No hay experiencia en cómo tratar a la mujer que acaba de dar a luz. Sin embargo no hay informes de ninguna embarazada infectada en el tercer trimestre de embarazo que haya pasado el virus a sus hijos antes del parto.

Normalmente al niño/a se le practicarán las pruebas para coronavirus.

¿Podré dar el pecho a mi bebé?

La lactancia materna no está contraindicada según la Sociedad Española de Neonatología, pero se recomiendan precauciones generales y el uso de mascarilla protectora. Con la lactancia le estás pasando a tu bebé inmunoglobulinas que le están ayudando a aumentar sus defensas.

 

Marina Fernández, Matrona.

Me dedico a la lactancia desde hace 18 años como asesora de lactancia y consultora internacional de lactancia.

Matrona de We Doctor

Solicitud de consulta online con Marina: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/5013510

Los sueños son la actividad que nuestra mente realiza mientras dormimos. En ellos encontramos imágenes, sonidos, olores y otras sensaciones, con frecuencia entorno a un suceso que creemos estar viviendo en ese momento. Porque los sueños suelen acompañarse de una fuerte impresión de realidad. Es esta sensación de realidad, que muchas veces nos supera, la que hace que algunos sueños nos dejen una profunda marca. Para algunas personas que se despiertan con una elevada ansiedad (1,2), el problema no acaba con el despertar. El malestar y el miedo provocado por una pesadilla pueden durar todo el día, e incluso, algunas pueden convertirse en inolvidables, en el peor de los sentidos. Si este es tu caso necesitas consultar con un especialista en trastornos del sueño.

No en todos los momentos de nuestro dormir soñamos de la misma manera. Cuando comenzamos a dormir, con frecuencia tenemos sensaciones de caída. Por ejemplo, tenemos la imagen en nuestra mente de que estamos caminando, y de repente, tropezamos y creemos caer. En ese momento, nuestro cuerpo reacciona y se sacude sobre la cama, como si realmente estuviera reaccionando a una caída.

Cuando el sueño es ligero, nuestros sueños suelen estar acompañados de imágenes y pensamientos sobre nuestra vida ordinaria. Soñamos con nuestro trabajo, con los estudios, con quehaceres domésticos y con personas a las que solemos frecuentar. En este momento nuestros sueños no suelen tener emociones muy intensas.

¿Qué ocurre cuando nuestro dormir es más profundo? Pues en este tiempo nuestros sueños no suelen ser recordados. La actividad de nuestro cerebro se hace más lenta y el cerebro está aprovechando para repararse y deshacerse de los residuos tóxicos que se han almacenado durante el día. Sin embargo, también en este momento hay actividad mental. Los sonámbulos pueden levantarse de la cama y hacer actividades más o menos complejas. A veces muy complejas. Se conoce de sonámbulos que han sido capaces de conducir varios kilómetros estando realmente dormidos. ¿Qué les sucede a estas personas? Pues que la parte del cerebro que controla el comportamiento motor no está del todo dormida. Es como si estuvieran medio despiertos y hacen aquello que tienen en la mente en ese momento.

También durante el sueño profundo pueden aparecer los terrores nocturnos. Son frecuentes en niños. En ellos se produce un despertar muy repentino, a veces con gritos, palpitaciones e incluso pueden saltar de la cama por que piensan que algo les está atacando. El niño es posible que ni llegue a despertar completamente y a la mañana siguiente no recordará nada. El adulto recordará algo muy concreto, un monstruo, un ataque, algo peligroso.

En otros momentos de la noche nuestro cuerpo permanece inmóvil, nuestra respiración se vuelve más irregular y nuestros ojos se mueven con rapidez bajo nuestros párpados cerrados. Parece como que aún dormidos estuviéramos mirando cosas a nuestro alrededor. A esta forma de dormir le llamamos sueño REM. También se le llama sueño paradójico, por que a pesar de estar dormidos nuestro cerebro está activo como cuando estamos despiertos. Bueno, pues en esta fase REM del dormir soñamos intensamente. Soñamos historias largas que nuestra mente crea automáticamente (3). Suelen ser visuales, con una gran sensación de realidad y puede haber en ellos distintas emociones. Es como si estuviéramos viviendo otra vida mientras dormimos. Se parecen a las películas (4,5). Nosotros somos el actor principal generalmente. También hay buenos y malos, personajes secundarios, víctimas y conflictos (6). Es en esta fase del dormir cuando podemos tener malos sueños y pesadillas.

¿Y se pueden interpretar estos sueños y pesadillas? Es difícil pero posible. La principal dificultad que tiene la psicología es que no hay una forma de estar seguros de que una interpretación sea válida. Por ello hay que ser extremadamente prudentes. Esto es muy importante porque no podemos dar a nuestros pacientes una interpretación sin estar seguros de que es la correcta.

Si para los psicólogos es difícil, para los no profesionales es imposible. La interpretación de los sueños utilizando números, diccionarios, adivinaciones no hacen sino ofrecer mala información a quien la recibe. Es información errónea por la que algunas personas llegan a pagar. Es como comprar un medicamento que no cura o, que incluso, que te puede sentar mal.

A pesar de todo esto, los psicólogos, durante un tratamiento, pueden utilizar la información que dan los sueños para hacerse una idea de cómo piensa su paciente. Con ello son capaces de hacerse buenas preguntas sobre los problemas que tiene, proponer respuestas y verificar si estas respuestas son ciertas. Para el psicólogo los sueños son un acontecimiento mental que la persona ha tenido en una situación en la que estaba aislada de las exigencias de su entorno y de cualquier estímulo externo. Es, por tanto, una creación muy personal que puede reflejar la forma de pensar o los problemas de la persona. Además, durante los sueños tenemos un acceso más libre a nuestra memoria y podemos combinar recuerdos lejanos y cercanos, recuerdos de personas que pasaron por nuestra vida con personas actuales, preocupaciones con la fantasía. Es decir, los sueños son un acto creativo que todas las personas desarrollamos varias veces por la noche, aunque no lo recordemos.

¿Y toda esta creatividad para qué sirve? La ciencia todavía no sabe cuál es la función que tienen los sueños en nuestra vida. Hay muchas teorías. Una teoría destacada que explica el porqué de los sueños se centra en los primeros humanos.

Los sueños nos dieron en la antigüedad la capacidad de entrenar situaciones de la vida mientras dormíamos, aunque no fueran reales (7). Para nuestros antepasados este entrenamiento pudo ser muy importante. El medio en que vivía la humanidad era muy duro. Había animales salvajes, enfermedades y desastres naturales que eran grandes amenazas. Saber qué hacer antes de que ocurriera suponía sobrevivir o morir. Así soñar con lo que otras personas contaban de sucesos que habían tenido, o soñar con desgracias que estaban ocurriendo les permitía utilizar la creatividad de los sueños para tener más probabilidades de éxito. No quiere esto decir que soñar fuera una fórmula infalible, pero seguro que permitió que aquellos que soñaban pudieran sobrevivir más que los que no lo hacían. También permitía que con la supervivencia se transmitieran con mayor facilidad la herencia genética de los soñadores. Es decir, los sueños pueden ser como una película, un juego, o una realidad virtual que nos prepara para la vida. Ya no hay tantas amenazas en nuestra vida diaria. Sin embargo, los sueños siguen manteniendo este nivel de entrenamiento para las amenazas. De hecho, en la mitad de nuestros sueños se produce alguna amenaza, y para tres de cada cuatro amenazas damos una respuesta satisfactoria. Hoy, que ya no tenemos leones que nos acechan al salir de casa, tenemos nuestros sueños más centrados en la resolución de nuestros problemas.

Como resumen podemos decir que hay problemas muy frecuentes relacionados con el soñar y con el dormir. La noche es muy larga. Hay muchas personas que sufren pesadillas, terrores nocturnos, sonambulismo, insomnio, parálisis al despertar, largas pausas de respiración mientras duermen, tienen problemas con sus piernas por la noche u otros problemas muy diversos. Afortunadamente, muchos de estos problemas tienen soluciones médicas y/o psicológicas muy satisfactorias.

Merece la pena consultar con un profesional para mejorar o eliminar el sufrimiento. Las soluciones no pasan siempre por el uso de fármacos y algunos cambios en nuestras costumbres o remedios naturales nos pueden ayudar mucho. Obviamente depende de cada caso y es necesario una valoración previa del problema.

 

 

Iñigo Saez Uribarri.

Investigador. Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica. Máster en Medicina y Fisiología del sueño. Psicólogo Colegiado BI05070. Habilitado para ejercer actividades sanitarias. Experiencia profesional en Psicología Online.

Email: inisaezu@yahoo.es

Web: www.onirotest.com

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Whatsapp: +34 658 738 230

Psicólogo de We Doctor

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