De una forma u otra estos días de cuarentena van a repercutir en nuestra Salud Mental.

Habrá quienes, después de un tiempo, evalúen este periodo como positivo o quienes tendrán la sensación de haber pasado por una dura y difícil etapa que inevitablemente le deje huella. Ahora mismo son muchos los portales y blogs en los que se dan recomendaciones o ideas para “sobrellevar” estos días. Nos damos ánimos sentando como base que esto es un momento complicado para el que necesitamos apoyo e intentamos estar más cercanos que nunca con un porcentaje concreto de nuestros contactos. La sobreinformación es muchísima, tanto del virus que nos tiene encerrados como de cuáles son los mejores consejos para que nos afecte lo menos posible.

Pero, ¿es evadirnos la mejor forma de pasar estos días?, ¿es realmente adaptativo y efectivo consumir constantemente entretenimiento arbitrario sin pararnos a evaluar ni analizar lo que podemos extraer de esta situación?

Lo cierto es que estamos ante unas circunstancias excepcionales, uno de esos momentos históricos que nadie ha decidido vivir por voluntad propia, pero por el que todos hemos de pasar actuando de la forma más humana y responsable posible. Es una situación inevitable, pero con fecha de caducidad. Por ello quizás serán unos días en lo que todo está permitido: sentirse hoy con fuerza, mañana no tener un buen día, pasado preocuparnos, dentro de tres días ni siquiera leer las noticias,… Y todo esto está bien. Pocos o ninguno de nosotros sabemos actuar en estos casos porque por suerte nunca antes hemos vivido algo así y es posible que ante este desconocimiento e incertidumbre sintamos ansiedad, angustia, miedo, preocupación, nerviosismo… Pero para tener en cierto modo una sensación de seguridad y control que nos ayude en esos días en los que sentimos que todo se está haciendo más difícil de lo imaginado, la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA) ha recogido una serie de recomendaciones que, aunque probablemente ya hayáis leído, no está de más recordar:

  • Limítate a conocer la situación local. El Covid19 ya ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) una pandemia global que afecta a un gran número de países. Cada uno de estos países están en una fase diferente. Buscar y leer información sobre lo que pasa en otros países puede perjudicarnos, puesto que ni sanidad, ni sociedad, ni personal sanitario, ni autoridades responsables de garantizar la seguridad y el control de este problema son iguales de unos países a otros.
  • Infórmate. Evadir las noticias o intentar no saber lo que pasa no es la forma más responsable de actuar. Es importante que sepamos cual es la realidad que hay fuera de nuestras casas, por eso acota unos minutos al día para informarte SIEMPRE a través de organismos oficiales, de cuál es la situación y qué medidas se están tomando. Unos minutos. No necesitas más. La saturación de información puede ser perjudicial y mucho más si atendemos y creemos todo lo que leemos u oímos.
  • Mantente cerca de tu círculo social habitual. Puesto que ahora mismo no existe la posibilidad de hacerlo físicamente, aprovecha las facilidades tecnológicas con las que contamos y no pierdas la rutina social a la que estás acostumbrado. Este círculo social suele actuar en nuestra vida diaria como nuestro cable a tierra, mantenerlo estos días es incluso más importante.
  • Cuídate. Ya sabemos que para poder ayudar a otros es primordial que nosotros estemos bien. Para ello, Atle Dyregrov (ex miembro del Comité Permanente de la EFPA sobre Psicología de crisis, traumas y desastres) ha desarrollado un texto en el que nos da algunas pautas sobre cómo podemos actuar para que nuestra Salud Mental no se resienta preocupantemente tras un periodo de cuarentena. Puedes encontrarlas a continuación recogidas de forma sintética:
    • Es importante tener presente que estamos haciendo esto por un bienestar social general.
    • Mantener unas rutinas de ejercicios, comida y sueño es primordial para que nuestro día a día siga cierto orden y podamos mantener un ritmo biológico óptimo.
    • Como decíamos anteriormente, cuida e incluso enriquece el contacto social.
    • Toma el control de los pensamientos negativos. Cuando estos aparezcan, podemos realizar un ejercicio de meditación y relajación con el que consigamos ver que nuestros pensamientos no son más que eso: ideas, que no tienen por qué hacerse realidad.
  • Si lo necesitas, busca ayuda profesional. Si después de estas recomendaciones, aun sientes nerviosismo, tristeza u otras sensaciones que te producen malestar e interfieren con tu desempeño diario, consulta con un profesional de la Salud Mental. En casos de hipocondría y otros trastornos relacionados con la ansiedad es importante que durante estos días se reciba el apoyo psicológico adecuado, puesto que una mala interpretación de síntomas característicos ansiosos (como puede ser la sensación de falta de aire), puede llevarnos a un auto-diagnóstico erróneo de Covid19 (cuyo síntoma más conocido es justamente ese) que no hará más que empeorar la situación.
  • Y por último, aunque no menos importante, si hay menores en nuestros hogares, establezcamos lazos de comunicación estables y seguros, adaptemos el lenguaje y la explicación de lo que ocurre a sus edades, y creemos con ellos una rutina que, como decíamos anteriormente, les permita tener un orden.

 

Silvia Muñoz Morales

Máster en Psicología General Sanitaria

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Psicóloga de We Doctor

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Prácticamente todo el mundo ha sufrido alguna dificultad para dormir en algún momento de su vida. Todas las personas en mayor o menor medida disponemos de cierta predisposición a desarrollar alguna alteración en nuestro sueño, ocasionado normalmente por algún suceso estresante. Afortunadamente la mayoría de la gente recuperará su sueño habitual con cierta facilidad una vez haya desaparecido dicho estresor o se hayan adaptado a este; sin embargo otra parte de la población seguirá sufriendo el problema mucho tiempo después, convirtiéndose en un problema serio de insomnio.

Entonces, ¿De qué depende?, ¿Qué factores influyen en este proceso? En este artículo explicaremos que componentes influyen en el desarrollo del insomnio crónico.

Según Spielman, son tres los factores que intervienen en la historia del insomnio crónico, refiriéndose a factores que predisponen, precipitan y por último aquellos que lo perpetúan.

 

Factores que Predisponen:

Son diversos los factores que pueden aumentar nuestra vulnerabilidad a desarrollar este trastorno. Podemos encontrar en este grupo cierto nivel de hiperactivación fisiológica, la predisposición genética, la edad, etc.  Todas las personas con insomnio o no disponemos de cierto nivel de vulnerabilidad. Dependiendo nuestra predisposición tendremos más o menos facilidad para que en un momento determinado aparezcan dificultades con nuestro sueño.

Son diversos los factores que pueden aumentar nuestra vulnerabilidad a desarrollar Insomnio.

Factores que Precipitan:

Serían aquellos factores que en un momento determinado actúan como precipitantes del insomnio. Entre estos factores, el estrés es el más común. Casi el 75% de las personas con insomnio relacionan el inicio de sus dificultades con algún suceso específico importante en sus vidas. Estos estresores pueden ser de diferente índole, como por ejemplo, problemas con la salud, pérdidas personales o dificultades en el trabajo. Son los factores precipitantes los que dependiendo de nuestra vulnerabilidad provocarán que empecemos a desarrollar un episodio de insomnio. Así, una persona con mucha vulnerabilidad precisará un estresor de menor magnitud para empezar a padecer problemas con su sueño.

Casi el 75% de las personas con insomnio relacionan el inicio de sus dificultades con algún suceso específico importante en sus vidas.

Factores que Perpetúan:

Como comentábamos, lo más habitiual es que una vez terminen o nos adaptemos a nuestro estresor recobremos nuestra forma habitual de dormir. Pero, en algunas ocasiones las dificultades con el sueño continúan incluso habiendo desaparecido las circunstancias que lo provocaron. Es aquí donde entran en juego los factores perpetuantes, como pueden ser los hábitos incorrectos o las cogniciones disfuncionales sobre la falta de sueño.

Por poner un ejemplo, muchas personas, con el fin de sobrellevar sus dificultades para dormir, desarrollan ciertos hábitos desadaptativos (excesivo tiempo en la cama, dormir durante el día, consumo de estimulantes, etc.). Estas estrategias aunque pueden resultar beneficiosas en un primer momento aliviando sus síntomas de somnolencia, a medio y largo plazo, interfieren en la sincronización de un ritmo sueño-vigilia regular, y acaban cronificando el problema.

El reconocimiento de la importancia del papel mediador de los factores psicológicos y conductuales en el insomnio ha conducido al estudio de estas intervenciones, en especial de contenido cognitivo conductual.  Estos tratamientos, rigurosamente evaluados, pretenden modificar ciertos hábitos disfuncionales de sueño, reducir la activación fisiológica y cognitiva, corregir las creencias irracionales respecto al sueño y educar al paciente en prácticas saludables respecto al mismo.

El reconocimiento de la importancia del papel mediador de los factores psicológicos y conductuales en el insomnio ha conducido al estudio de estas intervenciones, en especial de contenido cognitivo conductual.

 

 

Juanjo Agustí. 

Licenciatura en Psicología. Master en Psicología General Sanitaria.
Psicosomni. Centro especializado en el tratamiento psicológico y la prevención de los trastornos  de sueño.
(http://www.psicosomni.es/)
Psicólogo de We Doctor.

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Este virus ha llegado de manera inesperada, cambiando nuestra vida al completo. Muchos dirán que es una gran crisis, que es un desastre para toda nuestra vida. Yo opino de manera diferente, yo creo que el coronavirus nos está dando la oportunidad de re-conectar con nuestra propia humanidad, nos permite vivir en el presente, tarea nada sencilla cuando la vorágine de la vida nos conduce por caminos que ya conocemos.

Siempre he pensado que los malos momentos y las crisis, tienen un poder enorme para transformar nuestras vidas, pues nos permiten tomar las riendas de nuestra vida en lugar de dejar que continúen su camino de manera automática. Esta crisis, como muchas otras que hemos vivido y viviremos, nos ayuda a evolucionar, a crecer, a ver la vida de una manera alternativa. Por eso creo que este virus es la semilla de un cambio que nace en tu interior, es la semilla que cambiará toda tu vida si te abres completamente a esta experiencia.

Creo que esta situación que estamos viviendo ahora, es ideal para adentrarnos en la magia del presente, de la atención plena. Si lo piensas, los grandes monjes budistas viven aislados y es precisamente en esas situaciones donde podemos desarrollar nuestra más profunda espiritualidad, es cuando tenemos más tiempo para reflexionar, para estar con nosotros mismos y nuestros seres queridos… muchos dirán que es una situación insoportable… yo creo que es la situación ideal para hacer cambios profundos, para crear la vida interior que realmente deseas.

La práctica de la atención plena nos ayuda a vivir en el presente, en este momento exacto en que tomas aire y lo expulsas, en este instante de la vida donde puedes sentir tu cuerpo, donde sabes que en tu interior todo va bien, a pesar del caos del mundo que existe fuera de ti. Lo que propone mindfulness, es experimentar el presente, el único momento que realmente podemos vivir. Al hacer esto, comenzamos a aceptar las experiencias que vivimos como parte del aprendizaje vital.

Tenemos el poder de escribir nuestra vida cada día, en base a decisiones tan sencillas como dejarnos llevar por el miedo o refugiarnos en nuestro amor, podemos angustiarnos con las noticias o podemos observar nuestra respiración calmada, sintiendo que en este instante de nuestra vida todo va bien. Podemos elegir entre el pánico o la gratitud, podemos sentir que la vida ha perdido todo el sentido o podemos imaginar la nueva vida que surge de esta situación difícil, de este reto que estamos viviendo toda la humanidad unida.

En el artículo de hoy quiero darte algunas pautas muy sencillas para que el aislamiento que ahora estás experimentando, lo puedas vivir desde la calma y serenidad, desde el presente y tu propia respiración… Allá vamos…

  • Respira… Sé que te puede sonar raro que te diga que respires, pero has de saber que la respiración es el hilo que te une al presente y a tu cuerpo. Cuando observas tu respiración calmada, creas una burbuja de serenidad a tu alrededor, acallando las noticias que vienen de fuera, acallando el diálogo que tienes contigo mismo, reduciendo la intensidad de tus emociones. La clave es respirar conscientemente, en el presente. Tal vez te estés preguntando cómo puedes hacerlo…. Bien, a continuación te muestro un pequeño ejercicio de respiración consciente que puedes practicar desde ya mismo:

Muy amablemente, guía tu atención a la respiración… atiende a la expansión de tus pulmones y de la caja torácica y a la manera en que tu abdomen empuja hacia fuera… Respira a tu propio ritmo, no te fuerces en hacer inspiraciones más profundas de lo habitual en ti… Respira naturalmente… sintiendo los movimientos de la inhalación y exhalación… Siente el ligero ir y venir de tu respiración, introduciendo aire fresco en tus pulmones a través de la nariz… y expulsando el aire que ha usado tu cuerpo para mantenerte consciente en el aquí y ahora… Siente cómo el ritmo calmado de tu respiración te recuerda a una marea eterna, cada inspiración es una ola, cada espiración otra ola más que profundiza tu calma y bienestar…

Al centrarte solo en tu respiración, puedes sentir que tu atención se enreda en pensamientos o emociones que experimenta tu mente… no pasa nada… esa es la función de la mente… pero cada vez que sientas que los pensamientos o emociones te distraen, quiero que imagines que son nubes esponjosas que se van por sí solas cuando no te aferras a ellas… Cada vez que sientas que te has distraído, recuerda volver a tu respiración, de modo que el aire que inhalas y exhalas, te ayude a que esas nubes de tu mente fluyan… se alejen… los pensamientos vienen y van cuando no nos aferramos a ellos… desaparecen por sí solos… Siente esta profunda sensación de apertura y aceptación hacia ti mismo… Durante unos minutos, tan solo observa tu cuerpo y tu mente… fluye con el aire que introduces y expulsas de tu cuerpo…

 

  • La vida fluye… todo pasa, nada permanece… Una de las grandes enseñanzas del budismo, es que la vida es impermanente, nada dura para siempre. Sé que en la situación en que estamos inmersos ahora mismo, puede parecer que el tiempo se alarga eternamente, que hemos perdido el control total de nuestra vida. Lo cierto es que esto también pasará, también desaparecerá. La clave es aceptar la vida tal y como es y sacar provecho de esta experiencia, reflexiona sobre cómo deseas que sea tu vida a partir de ahora, piensa en esa afición que siempre te ha apasionado y busca información para saber si puedes vivir de ella, mira a tu alrededor, a tu familia, a tus seres queridos… Siente el amor que hay en ti, aprovecha el aislamiento para re-conectar contigo mismo y con tus seres queridos.

 

  • Sé consciente de lo que haces en cada instante… De eso trata la atención plena, de vivir conscientemente, de observar nuestro cuerpo y mente, de saber lo que hacemos y cómo lo hacemos. Como dice Thich Nhat Hanh, cuando respiramos, somos conscientes de que respiramos, cuando nos aseamos, somos conscientes de que nos aseamos, cuando hablamos, somos conscientes de que hablamos. Trae tu atención de vuelta al ahora, al presente, a tu propio cuerpo. Hoy, cuando te laves los dientes, observa toda esta experiencia, observa la fuerza de tu mano al tomar el cepillo, el olor de la pasta de dientes, el movimiento de abrir la boca, los movimientos que realices para llegar a todos los dientes, siente también cómo te enjuagas la boca y la sensación de limpieza que sientes. Esto lo puedes hacer con cualquier otra actividad.

 

  • La humanidad compartida… Todos somos uno y lo mismo, cuando ayudamos a otra persona, en realidad estamos ayudando a toda la humanidad que habita este planeta. Un gesto tan sencillo como sonreír o salir a aplaudir el magnífico trabajo que realizan los profesionales de la sanidad, los reponedores, los cajeros, los transportistas, es capaz de transmitir amor y gratitud, modificando la vibración de un país entero, del mundo entero. Vibra alto, siente amor, compasión, gratitud, esperanza y serenidad, estas emociones viajan más allá de tu piel, se transmite silenciosamente a tu alrededor.

Estos pequeños consejos creo que te ayudarán a comenzar a vivir este aislamiento obligado como una oportunidad para evolucionar, crecer y convertirte en la persona que deseas ser.

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

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Un desayuno rico y nutritivo es primordial dentro de las comidas que hacemos diariamente.

¿La razón? Que al levantarnos nuestros niveles de azúcar en la sangre son bajos. Además, necesitamos proteínas para reconstituir tejidos, producir hormonas y hemoglobina que transporta el oxígeno en la sangre. También necesitamos las grasas que intervienen en el sistema inmunológico, formarán células y nos aportarán energía.

Por ello, nuestro desayuno rico y nutritivo debe incluir al menos un lácteo (leche, yogur o queso), cereales integrales (pan, galletas, copos) y fruta, siendo mejor aún si añadimos una proteína (huevo, jamón, cecina, pechuga de pavo) y alguna grasa (mantequilla, aceite).

Componentes de un desayuno rico y nutritivo.

1. Lácteos en el desayuno.

La leche, el yogur o queso que siempre ha de llevar nuestro desayuno nos aportará gran cantidad de calcio, proteínas de alta calidad y vitaminas A y D. La leche tiene una proteína, la caseina, y gracias a ella y a la vitamina D, el calcio es mucho más asimilable. Esto es de gran importancia en la prevención de la osteoporosis. Pero no debemos olvidar tampoco el papel del ejercicio, ya que tal vez es más importante en esta prevención al evitar la pérdida de calcio.

La caseina nos ayuda también a reducir nuestra tensión arterial.

Un inconveniente de los lácteos es su alto contenido en colesterol, pero fácilmente podemos solucionarlo escogiendo productos desnatados.

2. Fibra en el desayuno.

Gran parte del aporte de fibra que precisamos diariamente puede ir incluida en el desayuno tomando fruta, mejor entera que en zumo, y pan, cereales o galletas integrales.

La fibra es de gran importancia en nuestra alimentación, ya que evitará el estreñimiento (más aún si va precedido de un buen vaso de agua). Asimismo, la fibra nos ayuda a regular los niveles de azúcar y de colesterol en sangre.

El consumo de suficiente cantidad de fibra es un gran aliado para combatir la obesidad.

Un desayuno con cereales integrales y frutas nos ayudará a prevenir procesos crónicos, como algunos cánceres o también las enfermedades cardiovasculares.

Si incluyes cereales integrales en tu desayuno, tienes menos riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca. Esto parece deberse a los efectos beneficiosos de los cereales sobre factores de riesgo como la hipertensión arterial, el infarto de miocardio, la diabetes y la obesidad.

Lo último que se sabe de la fibra es que reduce la fatiga y el estrés y promueve el buen humor.

3. Grasas y proteínas en el desayuno.

Las proteínas tienen una función plástica, de formación y reparación de nuestros tejidos. De ahí la importancia de incluir jamón o huevo en nuestro desayuno y más aún en el de nuestros niños y ancianos.

Toma de forma moderada algo de mantequilla o de aceite de oliva en una tostada del desayuno y estarás dando un aporte de grasa a tu organismo. De esta forma, aumenta la eficiencia del metabolismo durante el resto del día.

Así, un desayuno con aceite o mantequilla y una cena ligera favorece la estabilidad del perfil metabólico y evita ganar peso.

Un desayuno rico y nutritivo es la mejor manera de empezar el día.

Tomar un café o un es muy recomendable debido a sus propiedades antioxidantes. Eso es verdad, pero ¡cuidado! No lo usemos para enmascarar un déficit de horas de sueño.

La falta del desayuno lleva a un desequilibro alimentario. En muchos casos acompañado de déficits de los nutrientes básicos que aportan la leche, la fruta y los cereales y esto se agrava aún más si a lo largo de la mañana se toman otros productos ricos en grasas saturadas, azúcares e incluso sal.

No deberíamos olvidar una campaña que promovió el Ministerio de Sanidad para la prevención de la obesidad infantil: Despierta, desayuna, come sano y muévete.

Si quieres estar delgado y más sano, debes comenzar con un buen desayuno.

¿Es tu desayuno rico y nutritivo a diario? ¿Qué tomas habitualmente?

 

Dra. Paloma Briansó

Consulta de Nutrición Saludable

Dra. Paloma Briansó

González Besada, 17-19, Oviedo

985110277

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Médico de We Doctor

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Los profesionales de la salud tenemos el honor de aproximarnos a la vulnerabilidad de otras personas. Puede ser el paciente que llega a consulta por unos síntomas poco habituales en él o ella, quien llega a la revisión anual, o aquella persona que nota cambios en su estado anímico y necesita una guía para recorrer el camino del auto-descubrimiento y el cambio. Todas estas personas confían en nosotros aun sin conocernos, nos muestran una faceta vulnerable que no suelen mostrar con otras personas por temor a ser rechazadas o a que sean juzgados como “débiles”.

Considero que depositar en un profesional esa confianza tan personal y única, es un regalo que nos hacen los pacientes cada día y precisamente por ello, debemos cuidar al otro, debemos atender al otro desde la calma, la empatía y compasión. El eje central de respetar y cuidar la vulnerabilidad ajena, es la aceptación incondicional del otro, de quién es, de su biografía, de sus fortalezas, de sus circunstancias vitales.

Humanizar el trato al paciente desde la aceptación incondicional, requiere de nosotros un esfuerzo consciente, sabiendo que la otra persona es alguien único, donde su biografía, experiencias y emociones, tienen una influencia directa en su salud, atendiendo de manera personalizada a cada paciente. Considero que para alcanzar esta aceptación incondicional, podemos hacer varias cosas, entre ellas:

  • Confiar plenamente en la capacidad de la otra persona para gestionar su salud: La confianza ha de ser bidireccional, de modo que el paciente confíe en nosotros pero nosotros también confiemos en él o ella, en su capacidad para cuidarse y sentirse mejor. Confía también en la capacidad que tenemos los humanos de cambiar, de hecho una de las verdades más importantes de la vida, es que todo cambia y es la naturaleza impermanente de nuestra existencia la que asegura que podemos cambiar hábitos, que podemos cuidarnos más y mejor. Transmitir la idea de que el paciente puede hacer muchas cosas para mejorar su salud (cambios en la dieta, introducción de ejercicio físico, cuidarse emocionalmente, realizar actividades de ocio, etc.) es tan importante como el diagnóstico y la adherencia al tratamiento farmacológico.
  • No hay “casos perdidos”: Puede ser tentador que con algunas personas pienses: “este es un caso perdido, lo hemos intentado todo y nada funciona”. Cuando tengas este tipo de pensamientos has de reflexionar en la energía negativa que guardan en su interior estas palabras y en las emociones de impotencia, frustración y abandono que te provocan, lo que sin duda te llevará a juzgar al paciente, a no aceptarle tal y como es en cada momento. Las personas cambiamos constantemente y si el paciente ve en ti una figura que le acoge y acepta, es probable que halle en ti y en vuestra relación de ayuda, la fuerza necesaria para responsabilizarse de su salud.
  • Ser empático y compasivo: En el anterior artículo que compartí contigo sobre la humanización, te hablé de la importancia de la empatía y compasión, dos emociones complejas que son los pilares sobre los que se asienta la humanización del entorno sanitario. Tu capacidad empática te permite conectar con el paciente, comprender lo que siente y lo que piensa, tu capacidad compasiva es la que te permite movilizar tu ayuda para reducir el sufrimiento del paciente. Si deseas ser un profesional más humano, la empatía y compasión son tus dos grandes herramientas.
  • El amor es el que guía esta aceptación incondicional: Es probable que te suene extraño que hable de amor en el entorno profesional, pues nos han hecho creer que el amor solo lo puedes sentir por tus seres queridos o con personas con quienes tengas un trato más personal y profundo. Lo cierto es que el amor es el que te ha guiado en tu profesión, es el que te hace acudir cada día a la consulta, es el amor por la humanidad y tu deseo de ayudar el que te ha dado la fuerza necesaria para estudiar una profesión tan importante y que ha requerido de ti tanto esfuerzo. El amor es la energía más poderosa del universo y cuando somos capaces de compartirla con los demás, los cambios parecen más sencillos.
  • Vincularnos emocionalmente para aceptar de manera incondicional: La empatía te ayuda a conectarte emocionalmente con los demás, pero para alcanzar la aceptación incondicional, además debemos vincularnos al otro y esta vinculación requiere de nosotros interés en saber quién es la otra persona, sintiendo genuina curiosidad por conocerle mejor. Hay algunas maneras muy sencillas para vincularte emocionalmente con los demás: sé amable, muestra interés, sonríe, mantente en sintonía con las emociones del paciente -mostrándote preocupado cuando él o ella expresan preocupación, manteniéndote esperanzado, etc.- sé respetuoso y honesto, mantente atento y flexible.
  • Acéptate incondicionalmente a ti mismo: Solo de la aceptación incondicional de nosotros mismos, puede nacer ese espacio de aceptación absoluta de la realidad, de los demás, de la impermanencia y amor. Aceptarnos a nosotros mismos puede ser la mayor tarea que realicemos en nuestra vida, ya que en ocasiones somos nuestros peores jueces y críticos, nos hemos convertido en esa figura atemorizante que solo sabe reprocharnos cosas. Aceptarnos incondicionalmente requiere que te tomes tiempo para ti mismo, para entrar en contacto con tu esencia. Son muchas las actividades que te ayudan a alcanzar este nivel de serenidad: meditar, hacer ejercicio, practicar yoga, escuchar música, caminar, acudir a la naturaleza, la jardinería, cocinar, etc. Solo si te sientes a gusto en tu propia piel, podrás ayudar a otros a que se sientan satisfechos de su vida y afronten los retos con esperanza y confianza en sí mismos.
  • Sé auto-compasivo: Durante mucho tiempo hemos malinterpretado la auto-compasión, comparándola a la lástima por uno mismo. En realidad la auto-compasión es el camino que te ayuda a aceptarte plenamente, no se basa en acentuar tus debilidades sino en saber que en realidad no posees debilidades y que en erealidad todo son fortalezas, son cualidades que te ayudan a avanzar en esta vida y crecer. A continuación comparto contigo unos párrafos de una meditación de auto-compasión que puedes leer e interiorizar cuando necesites reducir la auto-critica y aumentar la auto-aceptación.

Cada vez que te sientas estresado, cansado, culpable, avergonzado o incluso comiences a sentir desprecio por ti mismo… recuerda que el sufrimiento es pasajero y que es algo que compartes con todos los seres humanos… Repite para ti mismo: que pueda encontrar la paz… que mi felicidad siga creciendo… que pueda liberarme de la tristeza… que pueda estar libre del sufrimiento físico…. que me pueda cuidar, amar y ser amado… que sea feliz”… Siente la fuerza de estas palabras…

Recuerda que el trasfondo que existe en esta aceptación, es el amor por el ser humano único que ha llegado hasta nuestra consulta, aceptando que el otro es como es, sin intentar cambiarlo, visualizando lo que podría alcanzar y trabajando junto a él o ella para alcanzar esos objetivos. Iluminas con tu presencia el a veces oscuro camino de la enfermedad, así de poderoso eres.

 

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

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