Como ya hemos comentado, son los pensamientos distorsionados, y no los realistas, los que dan origen a la ansiedad.

¿Me estaré volviendo loca?

¿Y si tengo una enfermedad extraña?

¿Y si ocurre algo malo?

¿Qué hubiera pasado si…?

Tener pensamientos de este tipo le ocurre a más gente de la que te imaginas, lo que pasa que no es algo que se suela contar porque generalmente estos pensamientos recurrentes paralizan mucho a la persona que los sufre, le provocan vergüenza y le cuenta comprender porque los tiene.

Aunque hay muchos tipos de pensamientos distorsionados (no realistas), algunos de los pensamientos que más predominan entre las personas que tienen ansiedad son los siguientes:

– Enloquecer y perder el control.

– Tener una enfermedad mortal o rara.

– Hacer daño a alguien,
– Culpabilidad o vergüenza por algo que se ha hecho o se ha dejado de hacer.
– Anticipar situaciones futuras que resultan problemáticas o que pueden ir mal.
– No reconocerse y dudar de uno/a mismo/a.
– Miedo a que ocurra alguna desgracia, etc…

Muchas veces nos insistimos a nosotras mismas en que no debemos pensar acerca de estos pensamientos, que nos tenemos que esforzar porque estos pensamientos desaparezcan. ¡ESTO ES UNA TRAMPA!

Cuanto más nos esforzamos en que esos pensamientos desaparezcan, menos lo conseguiremos porque el cerebro humano es muy complejo y no podemos coger un recuerdo o un pensamiento y borrarlo sin más. Está demostrado que cualquier cosa a la que intentes resistirte mentalmente, se hará más persistente. Por tanto, cuanto más intentes hacer que desaparezca un pensamiento, más recurrente, más intenso y más frecuente se hará.

Cuando aparezcan esos pensamientos negativos y obsesivos, lo primero que hay que hacer es dejarlos estar, partir de la base de que esos pensamientos no te van a hacer ningún daño. Simplemente sabes que son desagradables pero también sabes que no te van a hacer ningún daño y que lo que estás pensando es de carácter irracional, que nada de lo que estás pensando tiene que ver con la realidad ni va a ocurrir. Todo se queda en el susto que te produce ese pensamiento así partiendo de la base de que ese pensamiento es totalmente inofensivo aunque desagradable tienes que tener la certeza de que puedes seguir haciendo tu vida con total normalidad.

En el momento en que rompas tu rutina porque han aparecido esos pensamientos te estarás sugestionando todavía más con ellos y serán más persistentes. Una de las cosas que podemos hacer es cambiar nuestro dialogo interno, esto es, el discurso que mantienes contigo misma cuando aparecen esos pensamientos desagradables. En vez de dejar que cada vez vayan ganando más terreno y alimentarlos pensando en todas las posibles desgracias que pueden ocurrir en un futuro, prueba a utilizar estas otras técnicas.

1. COMPROBAR LOS HECHOS

Cuando tengas un pensamiento negativo pregúntate si existe alguna manera de comprobar si es realmente verídico.
“¿Qué datos reales apoyan mi forma de pensar?”

En vez de asumir la veracidad de nuestros pensamientos negativos, hay que comprobar la exactitud de los hechos fijándonos en lo objetivo.

Ejemplo. Antes de ir al cine piensas “¿y si me da un ataque de ansiedad allí?”. En vez de alimentar ese pensamiento, diciéndote a ti misma “¿Cómo me verán los demás si me da un ataque allí?”, “¿y si llego a perder el control”?, etc.
Trata de modificar tu autodialogo y comprobar si tu pensamiento de “¿y si me da un ataque de ansiedad allí?” es real diciéndote a ti misma:
“Si en otros momentos no me ha ocurrido nada en esta situación, ¿por qué me iba a ocurrir hoy?”
“¿Es una situación en la que debo de tener miedo?”, “¿existe algún peligro real?”
“Aunque me produce cierta ansiedad hacer esto, soy capaz de hacerlo y no voy a dejar que mi ansiedad me paralice y me limite en mi día a día porque la ansiedad no son más que pensamientos desagradables y molestos pero realmente no va a ocurrir nada de lo que estoy pensando”.

2. EL MÉTODO DEL DOBLE NIVEL DE EXIGENCIA / CAMBIO DE PERSPECTIVA

Cuando se te pase un pensamiento negativo y critico por la cabeza, puedes preguntarte a ti misma: “¿Le diría esto mismo a una amiga íntima, parecida a mí, que tuviera un problema similar?”
Solemos ser mucho más exigentes con nosotras mismas que con los demás.

Cuando cometemos un error o no alcanzamos algún objetivo, “¿qué mensaje nos solemos transmitir?”

“¡Soy una idiota rematada! No sé lo que estoy haciendo. ¡Voy de fracaso en fracaso!”

¿Le diríamos lo mismo a una amiga que comete el mismo error?

¡NO! Seguramente intentaremos darle ánimos.

¿Por qué no nos apoyamos a nosotras mismas de la misma manera?
–Puede que digamos “porque me exijo más”
– ¿Por qué te exiges más?
– “Porque quiero hacer lo mejor posible”

Resumiendo, nos fustigamos a nosotras mismas para esforzarnos al máximo y rendir al tope de nuestras posibilidades.

Me imagino que también te gustaría que tu amiga hiciera las cosas lo mejor posible. ¿Cómo es que no le dices “¡Eres una estúpida, nunca harás nada bien!”?
La respuesta es porque estos mensajes tan descalificadores son completamente irrealistas y no ayudaran a nuestra amiga a prosperar.

Solo conseguirán q se sienta con ganas de renunciar a todo. ¡ESTE TIPO DE MENSAJES TAMPOCO TE AYUDAN A TI!

Ejemplo. Tengo miedo a subir en un ascensor con gente y me digo a mi misma “¡Seguro que me va a dar un ataque de ansiedad y voy a hacer el ridículo delante de los demás! La voy a liar”.
Posiblemente me vaya transmitiendo este mensaje cada vez que subo con alguna persona en ascensor. Estos pensamientos me pondrán mucho más nerviosa y aumentaran mi miedo.

Cuando detectes estos pensamientos, piensa que le dirías a una amiga que está preocupada por si le da un ataque de ansiedad en el ascensor cuando sube con más personas. Ej. “No va a pasar nada. Son miedos propios de tu ansiedad pero no se van a hacer reales. Es mejor que te enfrentes a ellos y compruebes por ti misma que no ocurre nada. Mucha gente sube a diario en ascensores y no pasa nada. Estate tranquila

Intenta transmitirte a ti misma los mismos mensajes de ánimo que le darías a un amigo. Este tipo de mensajes tranquilizan más.

3. IMAGINAR COSAS POSITIVAS

Sustituir las fantasías que te generan ansiedad (ej. Miedo a sufrir una crisis nerviosa, perder el control, etc.) por imágenes placidas y tranquilizadoras (ej. Puedes imaginarte bañándote en la playa, paseando por un sitio que te gusta, etc.), mientras te transmites mensajes tranquilizadores y de confianza.

 

Haizea Gómez Mugarza.

Psicóloga Sanitaria.

Instagram: haizea.gomez.psicologa

Facebook: Haizea Gómez / Psicóloga Sanitaria

Psicóloga de We Doctor.

Solicitud de Consulta Online con Haizea: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/5636099

¿Qué se puede hacer para evitar problemas de lactancia?

Nada más nacer, el bebé debe colocarse al pecho de la madre y continuar en él sin restricciones, esto es lactancia a demanda. Si en este momento, comienzan los problemas, es bueno pedir ayuda al personal del hospital, u otras matronas conocidas para solucionarlos éstos pueden ser ingurgitación, grietas, mastitis o que el bebé no coje bien el peso recomendado.

¿Qué es una ingurgitación mamaria?

Es la inflamación del pecho en los primeros días posparto, es bilateral, con rojeces, tirantez y dolor.
Se puede producir por una falta de eliminación de los líquidos intravenosos del parto y/o  por un mal vaciamiento de la mama.
Conseguir un buen vaciamiento de la mama, con una buena postura, succión y transferencia de leche al bebé es fundamental para que disminuya. Se consigue mejorar con tomas frecuentes, y/o extracción de  leche de forma manual o con sacaleches hasta aliviar el dolor y la inflamación en los pechos, para volver a intentar colocar bien al bebé con el pecho más blando. También se puede hacer drenaje linfático del pecho para descongestionarlo. Y más tarde valorar los pezones y el movimiento de la lengua que puede estar alterado por un frenillo sublingual u otras causas.

¿Qué son las grietas?

Son heridas en los pezones. Habitualmente duelen y pueden sangrar. No le pasa nada al bebé si mama con sangre, solo la leche es un poco más indigesta.

Pueden ser causadas por: mala posición de la boca/lengua del bebé,  mastitis, dificultades en el movimiento de la lengua del bebé por un frenillo sublingual corto o anquiloglosia, pezoneras mal utilizadas, etc
Corregir la causa, es la mejor solución para su cicatrización. No se debe dar NADA, ni leche en los pezones. Se deben tener al aire limpias y secas.
Extraer leche de forma manual o con sacaleches para dársela al bebé.
No usar chupetes ni biberones, para no ocasionar confusión con el pezón. Dar la leche con vasito, dedo-jeringa, etc. Y pedir ayuda a una matrona experta en lactancia para encontrar el problema y proponer la solución mediante la mejora del  enganche y la transferencia de leche.

 

¿Qué es una mastitis?

Es la inflamación de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria, acompañada o no de infección. Suelen producirse en la 2-3ª semana posparto, aunque puede aparecer al inicio de la lactancia o con ella establecida.
Sus síntomas pueden ser: pinchazos como si te clavaran agujas, dolor punzante, inflamación, enrojecimiento del pezón o de la mama, induración, grietas, perlas de leche, obstrucción de conductos, fiebre, malestar general, etc . Con UNO de estos síntomas se debe acudir a la matrona para solucionar el problema.
Suele estar causado por una disbiosis de la flora habitual de la glándula mamaria, para corregirla es bueno dar probióticos específicos y aumentar las defensas de la madre para luchar contra la infección. Se debe hacer un vaciado frecuente del pecho y corregir los posibles problemas de enganche y succión que puedan estar causando un pobre vaciamiento mamario y por tanto una acumulación de leche en el pecho.

¿Porqué el bebé no coje peso adecuadamente?

La producción de la leche depende de la succión y vaciamiento de las mamas, que a su vez estimula la liberación de la prolactina. El calostro es la secreción de los 2-3 primeros días, rico en minerales, proteínas e inmunoglobulinas y pobre en lactosa y ácidos grasos. Contiene todo lo necesario para el bebé, por lo que no necesita nada más. No se deben dar ni chupetes ni biberones, porque éstos pueden interferir con la lactancia. Si se presentan problemas con el peso, se debe pedir ayuda para aumentar la producción y mejorar la transferencia de leche. Lo mismo ocurre si más adelante, ya con la leche madura, tu bebé no coje peso y te recomiendan suplementar con fórmula.

Los problemas de lactancia, se deben tratar al inicio, puesto que cuanto antes se ponga la solución, más fácil es el tratamiento del mismo y evitamos mucho dolor y sufrimiento a la madre.

 

Si necesitáis ayuda, no dudéis en contactar conmigo e intentaré poner solución al problema en 24-48 horas desde que me lo comentéis. Me podéis encontrar en  we-doctor, en mi página web marinamatrona.com, facebook e instagram, o en el teléfono 656 906 339.

 

 

Marina Fernández, Matrona.

Me dedico a la lactancia desde hace 18 años como asesora de lactancia y consultora internacional de lactancia.

Matrona de We Doctor

Solicitud de consulta online con Marina: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/5013510

 

 

Se me ocurrió exponer en “criollo” que es un psicoanalista desde mi experiencia como analizante y analista.

Básicamente el que escucha aquello bizarro, raro, elocuente, fantasmatico, doloroso, fallido, intimo, etc.; aquello que cotidianamente es desoído por el entorno en general, despreciando su originalidad, soslayando el sufrimiento, aconsejando lo imposible, ocultado en secreto inconfesable, etc.

A eso le da lugar un analista, para que el sujeto hablante diga de su subjetividad sin ser criticado, juzgado o dirigido.

Para que en su decir se desplieguen las notas en donde se apoya su insatisfacción, miedos, dificultades, adicciones, angustias, etc. La intención de esa escucha, excluida de impresiones personales del analista, apunta a ir destejiendo el sentido que sostiene xej. un síntoma, una perdida, un sueño, un conflicto amoroso, etc. “Entre con una historia a mi análisis y salí con otra”, un buen ejemplo de una labor realizada. Un paciente me manifestó “Con vos aprendí a dudar”, y con ello a descreer de afirmaciones propias y ajenas que lo alienaban por su imposibilidad de ejecución. Un niño aterrado por los mounstros nocturnos, dejo de verse atemorizado por ellos cuando los dibujamos y encerramos en la historia clínica. Otra paciente y sin medicación psiquiátrica, de alucinar la presencia abrumadora del más allá que venía a buscarla, paso a soñar con su padre fallecido antes de nacer, se pudo pasar a otra cosa, más liviana para la vida por vivir. Una derivación por cierta fobia se resolvió al encontrar las coordenadas en un medio familiar asfixiante. Viñetas tendría muchas luego de más de 30 años de ejercicio de la profesión, pero mi intención es hacer saber cuál es la utilidad de un análisis, ya que el mismo es una técnica que ayuda a desmantelar el padecimiento psíquico.

Voy a continuar publicando en esta dirección, para romper el mito de la ortodoxia a ultranza del silencio del analista y el diván. La escucha analítica emerge, en un mundo donde la mayoría no puede escuchar la diferencia, lo extimio, el sinrazón…

Derribando Mito

En el discurso popular se suele decir que escuchamos problemas. Que hay que estar “loco” para ir al psicólogo, que me las arreglo con un amigo, etc.

Resulta que hay algo de ello pero nuestra escucha va más allá de un “problema”, que si estarías “loco” seria más inaccesible la intervención y ocupamos muchos personajes adjudicados por transferencia más allá de un amigo, etc. Intentamos en nuestra escucha liberar al sujeto del deseo cercenado por mandatos ancestrales, necesidad de reconocimiento del otro, entre otras instancias inhibitorias. El sujeto del deseo es un sujeto de derecho, contrariamente a un sujeto tomado por la necesidad ajena. Consulta, tanto es así que los honorarios deberían ser lo que el analizarte puede, más allá de la valoración personal del analista en cuanto a su ofrecimiento. Ya que si apostamos a su liberación, al activar al sujeto deseante el dinero viene por añadidura.

Desmitificando la temática de los honorarios

Los honorarios analíticos creo deberían ser honorarios a pactar. Es uno de los elementos del encuadre. El analizante concurre a sesión días, horas y al espacio en que pacta con el analista. Entonces, los honorarios ¿por qué no? El que consulta lo hace en la medida de sus posibilidades temporoespaciales y económicas respecto de su subjetividad.

Algunos analistas sostienen un encuadre fijo, mientras que otros no, pudiendo flexibilizar las coordenadas de dicha escucha en diferentes sitios como asistencia domiciliaria, vía internet, etc. Entonces, ¿cual es la razón por la cual el honorario debería excluirse de dicha mediación con el analizante? O acaso prestando servicios profesionales en obras sociales, instituciones privadas, etc. un tercero ajeno a las incumbencias profesionales dictaminan el costo de cada sesión sin el debido respeto por cada quien. El caso por caso en su singularidad opino es aplicable respecto a esta cuestión, el costo del analizante que consulta es acorde a sus posibilidades. O el deseo ¿no es una pura apuesta, sin garantías de éxito en su jugada? Les dejo esta reflexión.

 

Lic. Cristina Rodríguez

Lic. en Psicologia Psicoanalista de Orientación Lacaniana y perspectiva de género Atención de pacientes adolescentes, adultos y tercera edad Escucha de problemáticas y/o dificultades sintomáticas  amorosas y/o sexuales, laborales, en el lazo social, en otras cuestiones.

 Solicitud de Consulta Online con Cristina: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/7733282

Psicóloga de We Doctor.

Una de las situaciones que es probable que vivamos en el siglo XXI, es la de ser hospitalizados o acudir a urgencias ante la necesidad de una atención sanitaria urgente. La hospitalización es un acontecimiento estresante para el paciente y la familia/cuidadores porque supone adentrarse en un universo desconocido, donde las normas, horarios y rutinas diarias son muy diferentes a las que están acostumbrados en sus hogares.

Creo que humanizar el trato que los profesionales de la salud tenemos con los pacientes es muy necesario en cualquier contexto en el que ejerzamos, pero aún lo es más en el entorno hospitalario. Ser humanos ante la hospitalización, reduce el estrés de los pacientes, su ansiedad e incertidumbre, emociones todas ellas que son capaces de alterar aún más el cuerpo y la mente del enfermo, lo que no solo afecta al malestar experimentado por él o ella, sino que además también pueden reducir la eficacia de los tratamientos administrados.

El título de este post indica que nos convirtamos en exploradores de la humanidad de los pacientes y no solo de las enfermedades y patologías que experimentan. Para alcanzar este objetivo, siempre debes recordar que cada persona es única, que ha vivido una serie de experiencias muy concretas que le han llevado a ser como es, a vivir la enfermedad con temor o calma, a afrontar la hospitalización como una parte más de la vida o como algo muy amenazante. Si no sabes lo que significa la hospitalización para cada paciente, te centrarás en la enfermedad física y lograrás solucionarlo, pero la adherencia al tratamiento y efectividad del mismo, puede estar en peligro por el abandono del mundo emocional del enfermo.

Cuando te aproximas a la cama del paciente ingresado en el hospital, sé consciente de la pérdida de control total que tiene sobre la situación que está viviendo, del miedo que puede tener a la información que le proporcionas -o a la ausencia de ella- y a los procedimientos a los que será sometido. Toda esta experiencia provoca un gran malestar que tú puedes reducir con tu presencia calmada y tranquila, tomándote un tiempo para sentarte junto al enfermo, haciéndole saber que no tienes prisa, preguntando cómo se encuentra y cómo se siente anímicamente, usando el tacto para tomar su mano cuando percibes su angustia, tristeza y lágrimas, dando un pañuelo para que se limpie la nariz.

En ocasiones, cuando la angustia del paciente es muy intensa, tu mera presencia silenciosa es capaz de calmar más que miles de palabras, por lo que no temas a los silencios, éstos te ayudan a hacerte más presente, haciéndole saber al enfermo que no está solo, que puede hablarte de sus emociones, que no saldrás huyendo ante su sufrimiento. También es importante que sepas que tu sonrisa es capaz de reconfortar mucho al otro, es un refugio para la mente inquieta del paciente. Tu sonrisa es capaz de transformar un día oscuro en uno luminoso y lleno de esperanza. Entra a las habitaciones con tu sonrisa puesta, como llevas tu bata y recuerda también sonreír cuando finalizas la visita. Cada uno de estos gestos sutiles, son muy importantes para el paciente ingresado.

He vivido varias hospitalizaciones de mis abuelos y de mi padre, lo que me ha ayudado a comprender lo estresante que es el contexto hospitalario tanto para el paciente como para los familiares y cuidadores. Éstos últimos suelen caer en el olvido de las rondas diarias, dirigiéndose a ellos solo para informar muy cautamente del estado del paciente, los posibles diagnósticos y tratamientos. La incertidumbre de no saber lo que le ocurre a un ser amado, es una experiencia profundamente desoladora, pues la mente tiende a imaginarse los peores escenarios ante la falta de información, preparándose para el posible golpe que pueda llegar. Por eso es tan importante que también tengas en cuenta a los familiares y cuidadores principales, especialmente de aquellos que suelen acompañar más tiempo a los pacientes, pues son quienes afrontan la parte más difícil de la hospitalización: escaso descanso, fatiga, falta de apetito, abandono de otras responsabilidades, en ocasiones convirtiéndose en equilibristas de tareas, compaginando su actividad habitual con la hospitalización -trabajo, familia, cuidar de otros miembros de la familia, atender a los hijos, realizar las tareas del hogar, etc.-

Otro hito muy importante en este universo extraño para el paciente y sus familiares/cuidadores, es el del alta hospitalaria. El alta siempre ha de ser planificada adecuadamente, informando al enfermo y acompañantes del itinerario a seguir a partir de ahora -derivación al centro de salud de atención primaria, derivación a especialistas, curas a realizar en casa, etc.- Una parte muy importante hace referencia a las pautas y consejos post-hospital, pues éstos han de ser personalizados en base a la capacidad funcional del paciente previa a ser hospitalizado y la que podrá mantener tras el alta teniendo en cuenta su edad y las secuelas del ingreso hospitalario. Por otro lado, es importante que desde enfermería, se dedique al menos un día a enseñar al familiar o cuidador principal que va a realizar las curas en el hogar, ya que debemos pensar que éstos no son profesionales y por tanto deben aprender cómo curar de manera óptima para evitar re-ingresos hospitalarios o recaídas indeseadas.

El hospital es un lugar donde podemos ser testigos de la enfermedad y la muerte, pero también de la recuperación de la salud y la vida. Es un lugar lleno de ambivalencias que podemos equilibrar con nuestro trato humano al enfermo y a sus acompañantes, atendiendo a la salud física y también a la emocional, siendo conscientes de que cada ser humano es único y llevando con nosotros nuestra sonrisa y calma.

Soy consciente de que la formación de los profesionales de la salud, pocas veces se detiene en el mundo emocional del paciente, familiares-cuidadores y del propio profesional, por lo que esta ausencia de formación, me ha llevado a escribir mi sexto libro “Habilidades Emocionales en la Hospitalización”. En este manual hago un repaso sobre la importancia de establecer una buena relación de ayuda, describo pautas de comunicación esenciales tanto con los pacientes como con los familiares y cuidadores. Como no puede faltar, también incorporo varios capítulo donde aprenderás a identificar el trayecto que vive el paciente a nivel emocional, cómo las enfermedades agudas y crónicas se asocian a problemas emocionales y cómo éstos pueden retrasar la recuperación o minimizar el efecto de los tratamientos. Además, incluyo dos capítulos para el auto-cuidado de los profesionales de la salud, pues es bastante común sentirse exhausto emocionalmente. Saber escucharnos a nosotros mismos y poner en práctica pautas básicas de auto-cuidado, nos puede proteger del síndrome de burnout y nos ayudan a disfrutar plenamente de nuestro trabajo.

 

Si deseas informarte un poco más sobre este manual, puedes acudir a la página web de la editorial:

https://www.faeditorial.es/editorial/psicologia-psiquiatria/habilidades-emocionales-en-la-hospitalizacion-libro

 

Nunca olvides que eres un sanador no solo por tus conocimientos técnicos, eres capaz de sanar al paciente cuando te tomas un tiempo junto a él o ella, cuando escuchas, acoges y exploras su mundo emocional. Eres capaz de hacer que este mundo sea un poco más humano.

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192