El 28 de Enero, es la fecha fijada para la celebración del Día Europeo de Protección de Datos. Se celebra en esa fecha desde el año 2006, al objeto de conmemorar la apertura del Convenio nº 108 del Consejo de Europa, adoptado el 28 de Enero de 1981.

Dicho Convenio es considerado el primer marco normativo adoptado en el ámbito de la protección de datos.

Con motivo de esta fecha, desde WE DOCTOR aprovechamos la ocasión para resaltar la importancia que tiene este derecho fundamental, especialmente en el ámbito de los datos médicos.

Debemos recordar los principios que se aplican a todos los tratamientos de datos personales:

  • Licitud, lealtad y transparencia: los datos personales serán tratados de manera lícita, leal y transparente en relación con el paciente.
  • Limitación de la finalidad: los datos personales del paciente, se recogerán con fines determinados, explícitos y legítimos, y no serán usados posteriormente para finalidades incompatibles con dichos fines.
  • Minimización de datos: sólo se van a utilizar los datos del paciente adecuados, pertinentes y limitados a lo necesario en relación con los fines para los que son tratados; es decir, que solo van a recoger, en general, los datos mínimos necesarios para prestar la mejor asistencia sanitaria.
  • Exactitud: los datos recogidos del paciente serán exactos y, si fuera necesario, serán actualizados.
  • Limitación del plazo de conservación: Los datos del paciente, serán mantenidos de forma que se permita la identificación de los mismos durante no más tiempo del necesario para los fines del tratamiento de los datos personales.
  • Integridad y confidencialidad: los datos personales de los pacientes serán tratados de tal manera que se garantice una seguridad adecuada de dichos datos, incluida la protección contra el tratamiento y acceso no autorizado o ilícito y contra su pérdida, destrucción o daño accidental, mediante la aplicación de medidas técnicas u organizativas apropiadas.

Asimismo, debemos mencionar los derechos que disponen los pacientes en materia de protección de datos:

Cuando un usuario acude al médico o al centro sanitario, público o privado, no tienen que pedir el consentimiento al paciente para el tratamiento de sus datos personales, puesto que casi siempre acude para que le presten asistencia sanitaria, pero sí es obligatorio que sea informado de  determinados aspectos como son:

  • La identidad y los datos de contacto del responsable y, en su caso, de su representante.
  • Los datos de contacto del delegado de protección de datos, en el caso de que sea obligatorio tener delegado
  • Los fines del tratamiento a que se destinan los datos personales y la base jurídica del tratamiento.
  • Los destinatarios o las categorías de destinatarios de los datos personales, en su caso.
  • La intención del responsable de transferir datos personales a un tercer país u organización internacional.
  • El plazo durante el cual se conservarán los datos personales o, cuando no sea posible, los criterios utilizados para determinar este plazo.
  • El derecho a solicitar al responsable del tratamiento el acceso a los datos personales relativos al interesado, y su rectificación o supresión, o la limitación de su tratamiento, o a oponerse al tratamiento, así como el derecho a la portabilidad de los datos.
  • El derecho a retirar el consentimiento en cualquier momento, sin que ello afecte a la licitud del tratamiento basado en el consentimiento previo a su retirada.
  • El derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control. Estas reclamaciones se presentarán en la Agencia Española de Protección de Datos.
  • Si la comunicación de datos personales es un requisito legal o contractual, o un requisito necesario para suscribir un contrato, y si el interesado está obligado a facilitar los datos personales y está informado de las posibles consecuencias de no facilitar tales datos.
  • La existencia de decisiones automatizadas, es decir, tomadas mediante procesos informáticos sin intervención humana, incluida la elaboración de perfiles, que produzcan efectos jurídicos en él o le afecten significativamente de modo similar.
  • Cuando el responsable del tratamiento proyecte el tratamiento ulterior de datos personales para un fin que no sea aquel para el que se recogieron, proporcionará al interesado, con anterioridad a dicho tratamiento ulterior, información sobre ese otro fin y cualquier otra información aclaratoria.

Jose Manuel Fernández Mirás

Licenciado en Derecho, es abogado especialista en Derecho de la Protección de Datos y del Derecho de las Nuevas Tecnologías de la Información.

 

Director Jurídico de la Plataforma We Doctor.

¿Qué es el Síndrome de Tourette?, ¿tiene tratamiento? Responde a estas y otras preguntas en el post que hoy dedicamos a este trastorno motor…

Debe su nombre al neuropsiquiatra que lo describió por primera vez en 1885: Georges Gilles de la Tourette. El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5; APA 2013) lo recoge como uno de los tres tipos de Trastornos de Tics existentes:

  1. Trastorno de tic persistente (o crónico), que pueden ser tanto motores como vocales.
  2. Trastorno de tic transitorio.
  3. Trastorno de Tourette (o Síndrome de Tourette), en el que se produce la presentación tanto de tics vocales como motores durante, al menos, 1 año.

Pero, ¿en qué consiste concretamente este síndrome? Antes de responder a esta pregunta, debemos tener en cuenta que toda la información aquí contenida persigue un objetivo meramente informativo y que, para confirmar este diagnóstico, es necesaria la evaluación y el criterio de un profesional.

Así pues, los criterios que han de cumplirse según el DSM-5 para el diagnóstico de este síndrome son:

  • Los tics (motores y vocales) han estado presentes en algún momento, aunque no necesariamente de forma recurrente.
  • Los tics pueden aparecer intermitentemente, pero persisten durante más de un año desde la aparición del primero.
  • Comienzan antes de los 18 años.
  • El trastorno NO se puede atribuir a los efectos de alguna sustancia (por ejemplo, cocaína) o a otra afección médica.

Como podréis encontrar en el portal de Tourette.org, “lo general es que los primeros síntomas sean tics de la cara, los brazos o del tronco… los tics vocales se producen junto con los movimientos. Estas vocalizaciones pueden incluir gruñidos, carraspeos, gritos y ladridos. También pueden expresarse como coprolalia (definida como el uso involuntario de palabras obscenas o de frases inapropiadas)”.

Se ha observado además, que existe un alto nivel de correlación entre la presentación de este síndrome y el diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o de Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), y que tiene un fuerte componente genético.

TRATAMIENTO

Generalmente, en los casos más graves se prescribe medicación neuroléptica para aliviar los síntomas motores, si bien es cierto que en los casos leves o moderados en los que no se ve impedido el desarrollo de la vida diaria de la persona, no se requiere este tipo de tratamiento. Pero es importante tener en cuenta que su empeoramiento está estrechamente relacionado con las situaciones de crisis en los que se aumenta la ansiedad y el estrés. Por tanto, la terapia psicológica es fundamental para tratar estos problemas asociados, así como aquellas potenciales repercusiones tanto en el aprendizaje como en la conducta de los menores que padecen este síndrome. Además, es frecuente que estos chicos y chicas vean afectadas las relaciones con sus iguales y necesiten del trabajo con el manejo de emociones para conseguir un desarrollo social adecuado.

Si quieres saber más, no dudes en echar un vistazo a este enlace -> Síndrome de Tourette: preguntas frecuentes o ver la película “Al frente de la clase”, basada en un caso real y de la que os dejo a continuación una escena:

 

Silvia Muñoz Morales

Máster en Psicología General Sanitaria

Twitter: @justpsyblog

Facebook: /justpsyblog

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Silvia: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3276802

“Atender las emociones del paciente debería ser una prioridad”

Las emociones vuelven a ser noticia desde la visión enfermera de Raquel Franco poniendo sobre ellas el valor que requieren durante el proceso quirúrgico de aquel paciente que necesita hacerlo frente para su tratamiento.

Raquel Franco es enfermera y creadora de Facilitación Sanitaria, un proyecto desde el que defiende la humanización en quirófano y el empoderamiento de los pacientes en el entorno hospitalario y, especialmente, en el quirófano, donde el miedo es la emoción dominante.

Facilitación Sanitaria, con el objetivo, además, de que el quirófano se convierta, con una información más transparente, de puertas abiertas, y con más responsabilidad por parte del paciente y con una buena gestión de las emociones, con un equipo de enfermeras preparado en este ámbito que lo facilite, en un proceso más participativo para él y sus familiares.

Nos cuenta Raquel Franco que, ante una operación, se da por hecho que el paciente está invadido por el miedo. Está tan asimilado que es así por parte de todos los actores que entran en la escena quirúrgica, que no se le está dando el valor y la atención desde las habilidades humanas que se requiere, dice. Es un proceso frío el de una intervención quirúrgica, de soledad ante la incertidumbre, y en este estado, que vuelve más vulnerable al paciente la mayoría de las veces, es cómo se enfrenta a toda la información proporcionada, a las pruebas preoperatorias, a las citas previas de diferentes profesionales sanitarios…

Puedes leer la entrevista completa haciendo click más a bajo. Descubrirás en ella:

  1. Cuál es la emoción dominante cuando un paciente tiene que enfrentarse a un quirófano.
  2. Casi nunca se habla de cómo se siente una persona durante un proceso quirúrgico.
  3. Cuánta importancia tiene el estado mental del paciente ante una intervención quirúrgica.
  4. Cómo podría ejercer este papel enfermera.
  5. Tras una operación el paciente vuelve a estar de nuevo solo.
  6. Cómo se puede ayudar al paciente a superar el miedo.

 

Raquel Franco Valenzuela

Enfermera por la Universidad Autónoma de Barcelona. Especialidad en Enfermería Quirúrgica. Experto en Coaching. Máster en Coaching Estructural en Centro Europeo de Formación Oficial en Coaching (CEFOC). 

Experiencia profesional en enfermería online método Psicoprofilaxis Quirúrgica RFV. Formación a profesionales. Conferenciante y autora, co-autora de varios libros.

Enfermera de We Doctor

Solicitud de consulta online con Raquel: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/7438374

En este camino de la humanización que estás recorriendo conmigo, estás aprendiendo que humanizar el trato con los pacientes te lleva a ser más humano en todas tus relaciones sociales. Cuando te das cuenta de que los demás sufren y sienten alegría como te ocurre a ti mismo, te haces consciente de la humanidad que a todos nos une y que el papel de profesional en el que ahora te encuentras, no es eterno, es algo temporal, pues tú también serás paciente algún día.

Creo que el proceso deshumanizador que se ha extendido en las profesiones de la salud como una epidemia, se debe a la hiper-especialización que actualmente tenemos los profesionales. Cuando eres especialista en algo, todo tu mundo y universo profesional gira en torno a ese tema (en el caso de los médicos, tu especialidad marca que tu universo profesional sea el corazón, el intestino, el cerebro, los pulmones, etc.), casi como si los pacientes que acuden a tu consulta a diario, solo fueran ese órgano en el que eres experto, olvidando por completo que el cuerpo humano es una compleja máquina compuesta por 50 billones de células que se comunican entre sí constantemente.

Este ser vivo complejo que somos los humanos, en realidad es un compendio de células que se comunican independientemente de dónde se encuentren y del órgano al que pertenezcan, así, hoy en día sabemos la conexión que se produce entre el intestino y el cerebro y cómo la microbiota intestinal cumple un papel muy importante en el estado anímico, también sabemos que el corazón tiene neuronas especializadas que se comunican con el cerebro y le da instrucciones esenciales a éste, influyendo en las emociones que sentimos y en las hormonas que segrega el resto de nuestro cuerpo.

Por todo ello, considero que es estupendo que seas especialista en aquello en lo que te has formado, pero nunca olvides que los pacientes son mucho más que su enfermedad y que el funcionamiento de un órgano impacta en el funcionamiento de todo el cuerpo y toda la mente. Nunca te olvides de tratar al paciente de manera holística, teniendo en cuenta todo su cuerpo, mente y emociones, pues éstas también cumplen un importante papel en la regulación de la salud o en el agravamiento de la enfermedad.

Considero que para humanizar realmente nuestro trabajo, debemos desarrollar dos emociones esenciales, la empatía y compasión. Sé que estas palabras probablemente no te digan demasiado, por eso a continuación explicaré algo más de ellas desde una perspectiva más espiritual, centrándome en la perspectiva del budismo. No te preocupes porque también te daré algunas pautas para poder desarrollarlas contigo mismo y los demás.

  • EMPATÍA: Esta emoción es la que nos permite conectar con las vivencias de otras personas, con su sufrimiento y también su alegría. La empatía es la que te ayuda a conocer cómo es la vida para esa persona y por tanto, cómo vive la enfermedad esta persona única que tienes frente a ti.

Un componente esencial de la empatía, es que comprendemos a la otra persona pero no la juzgamos.  Tal vez en tu trabajo diario, te des cuenta de que ciertas situaciones de enfermedad se producen por un estilo de vida poco saludable y tal vez en tu mente, surja esa vocecita que te dice “esta persona no se cuida, por eso está enferma, debería…”. Si en alguna ocasión has tenido ese tipo de pensamientos con algún paciente, has de saber que le estás juzgando y culpando por su problema de salud y desde la culpa no podrás ayudar genuinamente a que el otro aprenda a cuidarse, con la culpa le arrebatas su poder interno para regular su salud. Sé que todo esto lo haces de manera inconsciente, los juicios son algo tan habitual en el siglo XXI, que ni siquiera somos conscientes de cuándo los estamos poniendo en práctica, pero este artículo tiene la misión de hacerte consciente de estos pensamientos que puedes tener habitualmente y que limitan tu capacidad sanadora.

La empatía es una expresión del amor que llevas en tu interior. Ese amor es el que hace que te preocupes por lo que otra persona está viviendo, es el amor el que te ayuda a acompañar en los peores momentos, cuando más sufrimiento sienten los demás, es el amor el que te protege del agotamiento emocional. Es el amor el que te ayuda a conocerte mejor y a cuidar a los demás de manera genuina.

La empatía se experimenta como una gran apertura emocional y mental hacia lo que otra persona piensa y siente, sin juzgar, sin criticar, sin culpar, tan solo observando, aproximándonos al universo único en el que vive el otro, con amabilidad y cuidado, dejándonos sorprender por esa manera diferente de vivir y sentir, asombrándonos por la idea de que cada persona es única y cada cual interpretamos y sentimos la vida y las experiencias de manera única. Para mantener esta actitud curiosa y de gran apertura, has de estar presente en tu propia piel al tiempo que te dejas guiar por lo que te muestra la otra persona. La empatía es la puerta hacia la sabiduría, amplificando así tu capacidad de ayuda.

PAUTAS PARA DESARROLLAR TU EMPATÍA:

  1. Mantente en el presente. Cuando estamos en el presente, atendemos plenamente a lo que ocurre a nuestro alrededor, a lo que sentimos nosotros mismos y a lo que sienten los demás. En tu consulta o ronda diaria en el hospital, mantenerte en el aquí y ahora, te permitirá una mejor comprensión del problema de tus pacientes, rendirás mejor y sentirás el enorme potencial sanador que hay en ti. Seguramente te estés preguntando cómo puedes mantenerte en el presente, especialmente cuando tu mente parece ir a mil por hora. El gran recurso que te propongo, es la respiración. Tu respiración es el ancla al presente, de modo que cuando estés frente a un paciente, atendiendo a su experiencia y palabras, deja un pequeño hueco de consciencia para centrarla en tu respiración, en cómo el aire entra y sale de tu cuerpo. Puedes practicarlo con cualquier actividad: mientras conduces, mientas escribes en el historial del paciente, mientras lees tus emails, al cocinar, al lavarte los dientes, etc. La respiración consciente te ayuda a estar aquí y ahora, en tu propia piel, en tu propia vida.
  2. Actitud de apertura hacia la vivencia del otro y hacia la propia. Si practicas la respiración consciente de manera habitual, te darás cuenta de que comienzas a tener una visión amplia de las experiencias que vives, apegándote menos a la parte positiva o negativa que puedan tener. Aplicado a la relación profesional que estableces con tus pacientes, has de saber que esta apertura es la base de la empatía. De este modo acoges en tu mente y corazón lo que es importante para la otra persona, ya no le quitas importancia a su sufrimiento, tan solo observas y acompañas en plena tormenta emocional.
  3. Experimentar la serenidad: Cuando practicas la respiración consciente e incluso meditas, comienzas a sentir una gran serenidad y equilibrio emocional. Esta serenidad interna, te permite ser empático sin contagiarte de las emociones ajenas, aprendes a no dejarte arrastrar por tu subjetividad, no te apegas a tu manera de ver las cosas, perspectivas que tienden a deformar la realidad. Cuando quieres sentir serenidad en tu interior, observa tu respiración e imagina que es una manera eterna que te calma y te permite fluir con la vida.
  4. Comunicación verbal y no verbal humanizada. En esta serie de artículos sobre la humanización, ya has aprendido lo importante que es la manera en que te comunicas con tus pacientes, cómo las preguntas son una herramienta esencial que tienes a tu alcance para averiguar más del otro y cómo tus gestos tienen un enorme poder comunicativo. Repasa los post donde hablo de estos temas para refrescar tu memoria, porque todas esas pautas comunicativas que te he ido mostrando, son maneras de ser empático en tu trabajo diario.

 

  • COMPASIÓN: Otra emoción que considero clave en las profesiones de la salud (y en la vida en general) es la compasión. Creo que durante mucho tiempo se ha malinterpretado el enorme poder de la compasión y lo hemos sustituido por el de lástima, cuando en realidad la compasión nos ayuda a crecer y a comprendernos mejor a nosotros mismos y a los demás.

La compasión es esa emoción que nace en tu interior cuando observas el sufrimiento de otra persona y sientes la necesidad de aliviar su sufrimiento, de reducir ese profundo malestar y angustia que el otro siente. La compasión nace de la empatía, de modo que si no conectas a nivel emocional con la otra persona, no podrás sentir compasión en tu corazón. La compasión es la máxima expresión del amor incondicional, donde tú mismo te expones al dolor emocional con tal de ayudar a otra persona, con tal de aliviar su carga. Sé que temes a la compasión porque deja al descubierto tu vulnerabilidad, tu humanidad más profunda, pero has de saber que cuando no temes lo que tú mismo sientes, te das cuenta de que en realidad esa vulnerabilidad, tu capacidad de sentir el dolor propio y ajeno, es una gran fuerza que habita en tu interior.

En el budismo, la compasión es entendida como el deseo de que el sufrimiento cese (en uno mismo y en los demás). Considero que para que la compasión sea efectiva, debe ir unida a la bondad amorosa, ese profundo deseo de que todos los seres vivientes sean felices. Creo que la compasión requiere desear que el sufrimiento acabe y por ello mismo, deseamos la felicidad y alegría en otros y en nosotros mismos. ¿Alguna vez habías pensado en la compasión de esta manera?

Saber que tus pacientes experimentan sufrimiento pero que también pueden alcanzar la felicidad y alegría, es una de las razones más importantes para mostrarte compasivo, pues tu bondad y amabilidad innatas guían tus palabras, gestos y conductas hacia quien está enfermo. La compasión no te debilita, te hace más fuerte. Nunca olvides que el sufrimiento es lo que nos permite avanzar y seguir creciendo, las dificultades de la vida son catalizadores de nuestra evolución. Visto de esta manera, incluso las malas experiencias esconden en su interior un enorme potencial sanador.

 

PAUTAS PARA DESARROLLAR TU COMPASIÓN:

  1. Practica la escucha consciente. Ya te hablé en otro post sobre la escucha activa y consciente, ya sabes que la escucha es la base del aprendizaje y la sabiduría. Tu disposición para escuchar, es algo que sienten las personas que te rodean, ya que creas un espacio libre de juicios donde los demás pueden decir cualquier cosa, sintiéndose apoyados. Cuando te sincronizas con tu interlocutor, la comprensión es instantánea y tu mera presencia es sanadora.
  2. Practica la comunicación consciente. Tanto las palabras que usas como lo que comunicas no verbalmente, expresan tu compasión. Hacer preguntas que se adaptan al discurso de la otra persona, a lo que siente y piensa, saber cuándo es necesario hablar y cuándo callar, cuándo tomar la mano de la otra persona porque es un gesto de genuino apoyo emocional, cuándo usar la sonrisa y cuándo dar un pañuelo para secarse las lágrimas… todo esto es compasión, no lo dudes.
  3. Desarrollar la comprensión compasiva. Una vez que has comenzado a escuchar de manera atenta y consciente, has establecido un diálogo sincero, respetando al otro tal y como es, tienes una comprensión compasiva de la manera en que otras personas ven el mundo, sus biografías únicas, las experiencias que les han hecho ser como son. Conocer la perspectiva de otra persona y saber cómo vive sus problemas, te ayuda a comprenderle mejor.
  4. Desarrolla tu gratitud. La compasión hacia otras personas ha de nacer antes en nosotros mismos. Cuando sientes gratitud en tu interior, puedes transmitir más calma, comprensión y humanidad. Ser agradecido tiene múltiples beneficios en nuestra vida -reduce el insomnio y la depresión, aumenta la felicidad y el bienestar- 1. Una buena manera de desarrollar la gratitud, es dar las gracias por todo lo que hay en tu vida -lo bueno y lo menos bueno-, por cosas tan simples como tener agua corriente o poder respirar conscientemente. Yo suelo hacer un breve ejercicio de gratitud cada mañana, lo que me ayuda a fluir con la vida y con cualquier experiencia que venga a mí.

 

La empatía y compasión son tus aliados, desarrollarlos y aplicarlos en tu vida diaria, cambiará por completo la manera en que entiendes tu profesión y la manera en que te relacionas con todas las personas que hay en tu vida.

 

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192

Al finalizar un año y comenzar otro, es inevitable que surjan algunas cuestiones relacionadas a los propósitos y metas.

Al despedir un año aparece una cierta nostalgia por aquellos objetivos no logrados, acompañada de la ilusión puesta en aquellos que aún quedan por alcanzar; planteamos nuevas aspiraciones, y muchas veces son las mismas del año anterior que se repiten, una y otra vez, ansiosas de aprovechar cada oportunidad de concretarse…o de llenarse de un halo de realidad. En este lugar de repetición pareciera que no hay avance, que el tiempo se detiene.  Nos dejamos envolver por el clima de fiesta de las dos últimas semanas de diciembre, “como si” fuese un puente entre el pasado y el futuro, anhelando cambios o situaciones diferentes mientras lo cruzamos.

Esperamos el año nuevo como si los trescientos sesenta y cinco días que llegan tuviesen una suerte de magia y encantamiento que hará realidad cualquier tipo de sueño, y depositamos imaginariamente en el tiempo y en el calendario la realización de nuestros planes.

No obstante, la vida es un proceso, y como tal, nada se consigue de un día para otro, y mucho menos sin renuncias mediante. La vida no es sólo el tiempo que pasa, implica también oportunidades de poner en juego lo que somos, lo que queremos y lo que hacemos, y, por supuesto, la posibilidad de aparecer en cada hecho con cada elección.

Con el año que comienza se nos presenta una nueva escena, donde la realización de los proyectos implica construcciones. No se trata de que lo mismo no se repita, sino más bien, de un hacer distinto con eso que es lo mismo; con objetivos a corto plazo y posibles de realizar, con nuevas intenciones y nuevos caminos por andar, que impliquen el descubrimiento de sí mismo, el crecimiento, la aceptación de lo que uno es, y la apropiación del vivir.

El año nuevo no siempre alude a una vida nueva, la mayoría de las veces se trata de la misma historia, del mismo deseo, pero puesto en escena desde una perspectiva singular y renovada. Este es el espacio donde debemos encontrar la ilusión de este nuevo comienzo en busca de la felicidad.

 

Claudia Carina Oviedo

Lic. en Psicología egresada de la Universidad Nacional de Córdoba.

Formación en Psicoanalisis, Posgrado en clínica Psicoanalítica. Maestría en Psicoanálisis.

Directora en Latinoamerica en We Doctor

Solicitud de consulta online con Claudia Carina: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3440660