Es común que si hablamos de Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos, sean Anorexia y Bulimia los dos términos en los que pensamos en primer lugar. Desafortunadamente, todos hemos oído hablar en alguna ocasión de ellos y conocemos o intuimos, al menos de forma general, sus implicaciones.

Pero como podemos imaginar hay otras alteraciones menos frecuentes que de igual forma suponen un riesgo para la salud física de quien la padece.

Este es el caso de la Altrofagia o Pica que, además de poder ser una entidad patológica como tal, puede ser un signo o síntoma de otro trastorno psicológico. Esta alteración psicológica se caracteriza por la ingestión persistente de sustancias no nutritivas durante al menos un mes. Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a “sustancias no nutritivas”? Pues a todo aquello que nos podamos imaginar y que no entran dentro de una dieta común en la cultura imperante donde nos desarrollemos: cuerda, piedra, yeso, cristal, trozos de ropa… En la gran mayoría de ocasiones, cada sujeto es “selectivo” con su sustancia no nutritiva, es decir, que un individuo con pica ingiera de forma persistente trozos de su ropa (por ejemplo), no implica que vaya a ingerir cualquier otra sustancia de forma indiscriminada.

Un factor importante a tener en cuenta en la evaluación es la edad del sujeto. Es bastante común que los niños pequeños, sobre todo aquellos que empiezan a andar y experimentar con todo lo que encuentran, ingieran tierra o cualquier otra sustancia que tengan al alcance. En principio todo entra dentro de la normalidad en estos casos. Dichas conductas se llevan a cabo desde el desconocimiento y la motivación por experimentar con lo desconocido. No se trata de un deseo irrefrenable, a pesar de saber cuáles son las consecuencias físicas que pueden acarrear esta nociva ingesta.

El grupo de población en los que puede manifestarse esta problemática es muy variado y abarca desde los niños y niñas que persisten en esta conducta, a pesar de la intención de madres, padres y cuidadores de corregir este comportamiento, y con edades comprendidas entre 1 y 6 años; hasta mujeres embarazadas, personas con discapacidad y/o Trastornos del Neurodesarrollo, así como en algunas personas con Trastornos de Ansiedad, Anorexia o Bulimia. Se ha observado que es algo relativamente frecuente en los jóvenes con mayor discapacidad intelectual y que, a pesar de ir desapareciendo a medida que el individuo crece, vuelve a aparecer un pico de prevalencia a partir de los 65-70 años.

Como ocurre con muchas de las patologías desarrolladas a nivel psicológico, es difícil determinar una causa única que explique el por qué de este trastorno. Son muchos los factores y problemáticas que pueden derivar en una alteración como esta. Por ejemplo a nivel físico, se han descrito estudios en los que se han encontrado que alguna de las características en común de las mujeres embarazadas con Pica era la anemia ferropénica. Pero también es cierto que se han hallado componentes sociales con grandes implicaciones en el desarrollo de la Altrofagia como pueden ser el abandono y/o la negligencia materna/paterna y la pobreza.

En resumidas cuentas, y como pasa en todos y cada uno de los casos clínicos que podemos solucionar desde la consulta de Psicología, la clave de una óptima resolución pasará por realizar una evaluación, diagnóstico y tratamiento adecuados a las características personales del sujeto así como al contexto social y estado de salud en el que se encuentre.

 

 

Silvia Muñoz Morales

Máster en Psicología General Sanitaria

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Psicóloga de We Doctor

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En unos días llegan los Reyes Magos cargados de regalos que en la mayoría de las ocasiones son demasiados y incluso innecesarios.

Muchas veces los niños reciben tantos regalos que se ven desbordados terminando por hacer caso a muy pocos de ellos y no es nada raro ver a niños rodeados de juguetes diciendo que se aburren.

¿Por qué?

Sencillamente porque no valoran lo que tienen.

Cuando no nos tenemos que esforzar por conseguir la cosas que queremos, no las valoramos tanto como aquello que conseguimos porque hemos luchado por ello.

Así que vale más que apliquemos el sentido común y NO llenemos al niño de regalos innecesarios.

Los niños eligen sus regalos guiados por sus gustos, por la publicidad que ven en la televisión, por los juguetes que ven a otros amigos…

Debemos enseñarles a que valoren lo que tienen y debemos ser realistas: estamos viendo niñas de 13 años con el último Iphone y niños de 6 años con la PS4 Pro…

Con todos mis respetos y con todo el cariño del mundo: hay una edad para todo; los niños tienen que aprender que no se puede tener en la vida.

Hace poco me comentaba una madre: “es que sino le compramos el Iphone a nuestra hija se fustra, porque como sus amigas lo tienen…”

No voy a entrar aquí en un debate sobre a qué edad es recomendable tener el primer móvil, porque sí es cierto que cada vez empiezan a edades más tempranas (aunque no es nada recomendable desde mi punto de vista); pero hay muchos tipos de móviles… ¡no tiene que ser necesariamente un Iphone a esta edad!
Hay muchas marcas y modelos en el mercado más asequibles y con la misma funcionalidad.

Volviendo a la madre… le comenté que es bueno que su hija aprenda a frustrarse, y que le servirá para superar otras crisis que irá teniendo con el paso de los años.

Una reflexión que deberíamos hacer antes de regalar a un niño consiste en preguntarse si aquel juguete cumple con las características necesarias para dejarle rienda suelta a su imaginación y su capacidad creativa.

Y por último, muchos de vosotros os preguntáis cuántos regalos debería recibir vuestro hijo el día de Reyes.

Pues bien, cuando me hacen esta pregunta, me gusta sugerir 3 regalos como una cantidad adecuada (lo que sería equivalente a uno por Rey).

Estaría bien que un regalo fuera un libro de lectura o material escolar, otro podría incluir ropa o complementos y el tercero algo que realmente quieran: un juguete, un juego…

Quiero hacer hincapié en que lo más caro no es ni lo más bueno ni lo que más necesitan y que se tenga en cuenta la edad del niño.

El problema muchas veces está en que la familia es amplia: abuelos, tíos, vecinos… con quienes es bueno que hablemos y pactemos por el bien de nuestros hijos.

De lo contrario, si empiezan a abrir regalos y más regalos ocurre que:

– No los valoran lo suficiente.
– Se vuelven caprichosos y consumistas.

– Pierden la ilusión.

Espero que haya podido aclararte alguna duda si la tenías, y si consideras que este post puede ser de utilidad a alguien que conozcas, te invito a que lo compartas.

 

 

Aida Canals

Psicóloga General Sanitaria

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A punto de empezar las cenas de navidad, sus sucesivos DÍAS DE RESACA, de TERMINAR LAS SOBRAS y con una frase que te persigue a modo de madre con la alpargata en alto: “Venga comer, que esto hay que gastarlo en estos días” y todavía queda el DÍA DE LAS CABALGATAS que conlleva el consumo de ROSCÓNCARAMELOSGOMINOLAS, y otras CUCHES.

Entonces, te preguntarás: “¿Es POSIBLE terminar la NAVIDAD SIN ser un ROSCÓN con patas?” Pues, he de decir: SÍ, ES POSIBLE.

La NAVIDAD aunque nos la venden desde NOVIEMBRE, realmente son 3 semanas en la que 1 día de cada una es motivo de fiesta.

24 de Diciembre: Noche Buena

31 de Diciembre: Fin de año

6 de Enero: Día de Reyes

Las 2 primeras fechas (Noche Buena y Fin de año) pertenecen a las GRANDES CENAS y la tercera (Día de Reyes) a la GRAN MERIENDA. Y, no digo esto porque sea exagerada de forma natural como buena andaluza que soy ;b sino porque es la realidad. ¡La NAVIDAD se nos va de las manos y es POSIBLE modificar nuestra conducta!

Es maravilloso que tengamos 3 días para rodearnos de seres queridos y disfrutar de buenos momentos con ellos/as, pero NO ES NECESARIO desmadrase así cada año.

Y mientras lees estas lineas, pensarás: “Sí, si, muy bonito, pero ven tu a mi casa y lo cambias lista”.

Afortunadamente, ESTÁS A TIEMPO de no terminar estas fiestas como el primo de SANCHO PANZA, por ello te mostraré algunas pautas para ir modificando estos días:

  1. Guarda todo el excedente (ej: tuppers para toda esa comida que te ha sobrado de las CENAS NAVIDEÑAS y congélalo). Así evitarás el agobio de comer varios días lo mismo por miedo a que se estropee.
  2. Bombones, regálalos!! Seguro que conoces a alguien con el/la que quieras tener un detalle extraoficial.
  3. Roscón de Reyes. Si te apetece llevar a casa un roscón, que sea pequeño ya que aún tendrás turrones y polvorones en bandejas para tomar y ofrecer. De esta manera, habrás satisfecho tu deseos controlando la cantidad.
  4. Haz una lista con todo lo que te ha sobrado este año de dulces (turrones, polvorones, mantecados, empanadillas, bombones, etc), para que al año que viene hagas una compra mínima de productos navideños.
  5. Has otra lista con todos los platos que se quedaron sin tocar en las CENAS. Así podrás plantearte otro tipo de menús más ligeros.
  6. El día de las cabalgatas, guarda los caramelos que recojas, y dejalós para otro día, ya que ese mismo día habrás tomado otros dulces en la merienda.
  7. El resto de días que no celebramos nada, déjalo libre de azúcar y grasas (presente en embutido; quesos curados; postres lácteos como mousses, flanes, natillas,etc; productos navideños;…) y mantén una alimentación equilibrada.
  8. Con el excedente que no podamos regalar ni guardar, reduce al mínimo su consumo, es decir, no exceder las 2 raciones semanales y si no hay consumo, mejor.
  9. Retoma o inicia tu actividad física. No, tienes que ir al gimnasio si no te gusta, hay otras opciones para hacer ejercicio [ej: correr, nadar, andar a paso ligero, hacer bici, hacer cinta, deportes (ej: tenis, bádminton, pádel, fútbol, balonmano, etc), bailar, …].

 

Como has podido comprobar MEJORAR la ALIMENTACIÓN en NAVIDAD, es POSIBLE!! 😉

Y ahora que acabas de empaparte de toda esta información, y puedes ver la situación de cada año con otros ojos, te invito a que reflexiones sobre si crees que estas pautas podrían llevarse a cabo en tu casa y, aún más, si quieres cambiar actitudes como los hábitos de vida y cuál es tu nivel de compromiso para ponerlo en práctica.

Gloria Caballero

Graduada en Nutrición Humana y Dietética

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Nutricionista de We Doctor

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En mi anterior post, estuve hablando de la importancia de la comunicación no verbal, esos canales silenciosos que nos permiten conectar con los demás y que se convierten en recursos esenciales para humanizar toda nuestra vida. En este nuevo artículo quiero hablar de la comunicación verbal y de la importancia de informar al paciente sobre su estado de salud, pronóstico, tratamiento y efectos secundarios de éstos.

Para mí hay dos elementos esenciales para establecer una comunicación efectiva con las personas (ya sea en el ámbito profesional o en el personal). El primero de ellos es la escucha activa y consciente, tema del que ya hablé en esta serie de post sobre la humanización. La escucha activa requiere un gran esfuerzo por nuestra parte porque supone no emitir palabras al tiempo que escuchamos con nuestro cuerpo y mente a la otra persona, evadiéndonos de todo lo que no sea el otro, centrándonos en el presente, en este instante concreto de nuestra vida. Esta habilidad la podemos aprender y para ello puedes seguir algunos de los consejos que ya te aporté en ese post:

Respecto al segundo elemento que considero clave en la comunicación que se establece para comprender al otro, para aproximarnos a su mundo único, son las preguntas. En ocasiones tememos hacer preguntas por las posibles respuestas que podamos recibir o por temor a hacer un interrogatorio en lugar de una exploración compasiva, pero este temor, como todos, nacen de la falta de información. El uso de las preguntas en tu comunicación diaria es un arte que perfeccionarás cuanto más practiques.

 

Solemos pensar que las preguntas impiden que el otro se pueda expresar libremente, pero en realidad la función de las preguntas es la de dar un espacio para reflexionar sobre temas que tal vez no se habían parado a pensar previamente. Por ello, es importante que sepas que existen preguntas abiertas y preguntas cerradas y que lo ideal es que equilibres el uso de ambas para lograr una comunicación desarrollada en torno a las necesidades del paciente.

Las preguntas abiertas son aquellas que nos permiten explorar algún tema de manera general, sin entrar en aspectos específicos. Nos ayudan a hacernos una idea general del momento vital que atraviesa la otra persona y nos permiten “romper el hielo”, es una manera ideal de comenzar nuestras conversaciones y envían la idea de que deseamos conocer más de él o ella, que tenemos genuino interés en conocerles más profundamente. Algunos ejemplos de preguntas abiertas que puedes usar en tu día a día son: “¿Cómo se encuentra anímicamente?” “¿Qué tal está descansando?” “¿Hay algún síntoma que le resulte especialmente molesto?

Las preguntas cerradas son aquellas que nos permiten acotar el tema que hemos comenzado a explorar con las preguntas abiertas, profundizando en la experiencia del paciente. Algunos ejemplos de este tipo de preguntas son: “Me ha comentado que en ocasiones siente ansiedad, ¿qué síntomas de ansiedad suele experimentar?“Al parecer tiene dificultades para conciliar el sueño, ¿está pidiendo la pastilla para dormir?” “Me comenta que uno de los síntomas que más le molestan es el dolor en su pierna, ¿es un dolor punzante, persistente, dura mucho tiempo, se reduce cuando toma la medicación para el dolor?” Considero que el uso de las preguntas abiertas y cerradas son herramientas esenciales que debemos aprender a usar porque el grado de conocimiento que poseamos de cada caso concreto que tratemos, dependerá de nuestra capacidad investigadora.

Más allá del uso de las preguntas, la información que aportan los profesionales de la salud en torno al estado de la enfermedad, el pronóstico, los tratamientos recomendados y los efectos secundarios de los mismos, tienen la capacidad de regular las emociones del paciente, lo que indirectamente es capaz de estabilizar algunos síntomas como el dolor.

Cada paciente tiene unas necesidades de información muy concretas y es labor del profesional averiguar los deseos y necesidades del paciente en torno a este tema. Para ello, una vez más, puedes acudir a las preguntas, esa poderosa herramienta indagatoria. Es muy importante que el profesional sepa si el paciente desea ser informado de su estado de salud, si desea ser parte activa en la toma de decisiones respecto a los tratamientos a aplicar, si desea conocer su pronóstico o si en su lugar desea que la información sea dada a sus familiares. Es importante conocer todas estas cosas porque determinará lo que hará el profesional en el proceso comunicativo constante que debe llevar a cabo con el enfermo y su familia. Algunas maneras en que puedes explorar las necesidades de información del paciente son: “¿Desea ser informado de su enfermedad?” “¿Desea ser parte activa de la toma de decisiones en torno a su tratamiento o prefiere que sea yo quien tome las decisiones?” “¿Desea que informemos a su familia de su estado en lugar de a usted?”

Otro elemento esencial a tener en cuenta, es que el paciente puede cambiar de opinión y aunque al inicio de la relación terapéutica indique que no desea ser informado, pasado un tiempo y tras adaptarse a su patología, puede necesitar ser informado, por lo que es interesante que pasado un tiempo, exploremos una vez más las necesidades de información del enfermo. Nunca debemos olvidar ser flexibles y adaptarnos a las necesidades del paciente.

La ley de autonomía del paciente, asegura el derecho de los pacientes a ser informados sobre su salud y de las decisiones a tomar en torno a ellas, pero también contempla en su interior las necesidades y deseos del paciente, de modo que si éste desea no ser informado, también está en su derecho. Solo podremos conocer lo que un paciente en concreto quiere, si se lo preguntamos y nos comunicamos abiertamente con él o ella.

Este tema de la comunicación e información es tan importante porque múltiples estudios han demostrado que una comunicación efectiva y adaptada a las necesidades del paciente, mejora los resultados médicos, la adherencia al tratamiento, la satisfacción del paciente, aumenta la eficiencia del profesional y permite establecer una mejor alianza terapéutica.

Un elemento que considero esencial que conozcáis, es que la información que aportáis, reduce la ansiedad, angustia e incertidumbre del paciente en torno a su estado de salud. Cuando hablo de este tema siempre me gusta hacer referencia al concepto que introdujo Cicely Saunders con el “dolor total”. Este concepto hace referencia a la gran permeabilidad emocional que posee el dolor físico, de tal modo que las emociones que experimenta el paciente, pueden variar el grado de dolor que experimentan. Emociones como ansiedad, tristeza o angustia, son capaces de reducir el umbral del dolor, lo que conlleva una mayor experiencia dolorosa que no siempre se logra aliviar con fármacos, siendo el acompañamiento humanizado y la información personalizada, el mejor antídoto contra este dolor que se convierte en sufrimiento.

Conocer un diagnóstico concreto puede no llegar a ser tan importante como saber cuáles son los tratamientos a seguir y los cambios vitales que van a suponer para él o ella, es importante informar de los cuidados diarios a realizar y asegurarnos de que saben cómo hacerlos, muchos pacientes necesitan saber el pronóstico a medio o largo plazo de su enfermedad, los síntomas habituales que van a experimentar y aquellos que son signos de alarma y que deben saber identificar para buscar ayuda médica urgente, muchos pacientes también se preocupan por cómo afectará todo ello a su familia y/o cuidadores principales, por lo que es importante informar ante este tipo de preocupaciones. Cada paciente es único y necesita información muy concreta, por lo que es importante que seas capaz de conocer a tus pacientes para organizar toda la comunicación e información en torno a esas necesidades personales.

Por último, aunque no menos importante, el profesional de la salud (especialmente en el ámbito hospitalario) tiene la responsabilidad añadida de relacionarse e informar a los familiares y cuidadores principales de los pacientes. Recientemente hospitalizaron a mi abuelo durante unos días y si bien los médicos informaron del diagnóstico y tratamiento, observé que faltaba información sobre el pronóstico (¿qué podemos esperar de aquí a unos meses?), información sobre los primeros signos de empeoramiento que requerirán acudir a urgencias, cómo hacer las curas de la mejor manera posible y el tiempo aproximado que serán requeridas, etc. Aunque estas preocupaciones puedan ser menores, no debemos olvidar que tras el alta hospitalaria, la responsabilidad y cuidados recaen sobre la familia y cuidadores, por lo que es muy importante incorporarles como parte activa del proceso comunicativo.

La comunicación es un proceso muy necesario en el ámbito de la salud y aunque ahora mismo te pueda parecer muy difícil, en realidad es una parte de tu trabajo muy importante y significativa. Estas habilidades se pueden aprender y te hacen un mejor profesional. Tan solo recuerda que cada persona es única y tiene unas necesidades muy concretas, pierde el miedo a explorarlas y contacta con tu esencia, con tu humanidad más pura.

 

 

Elena Alameda Jackson

Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Especialidad en Psicología Clínica y de la Salud. Máster en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid.

Psicóloga habilitada para ejercer actividades sanitarias en todo el país. Experiencia profesional en Psicología Online, Formación a Profesionales y Colaboradora de la editorial Formación Alcalá.

Psicóloga de We Doctor

Solicitud de consulta online con Elena: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192

La mayoría de las personas, no conocen bien lo que puede hacer una matrona, o a lo que se dedica, exceptuando la preparación al parto y la atención al parto normal. Vamos a ver lo que puede hacer para ayudar a mejorar la vida afectivo-sexual de las mujeres en todas las etapas.

A lo largo de toda la vida de la mujer, la matrona es la especialista que se encarga de todo en ámbito reproductivo, de la sexualidad y de la higiene para la salud.

  1. Asesoramiento preconcepcional, te ayuda a conseguir el embarazo sabiendo tus días fértiles, cómo diferenciarlos, yo creo que antes hay que hacer una limpieza y desintoxicación de todo el cuerpo, para estar en buenas condiciones para el embarazo. Así como hacer un diagnóstico del problema que causa la dificultad para el embarazo y ponerle una solución. Pueden ser irregularidades menstruales, SOP, miomas, baja Vit D, alteraciones del tiroides, estrés, u otras patologías.
  2. Apoyo durante tu embarazo en las diferentes situaciones que vas pasando, información de las pruebas médicas, cuidados y consejos sobre cómo superar los pequeños malestares de la gestación, como naúseas y vómitos, ardores de estómago, cansancio, picores, infecciones de orina, dolores pélvicos, etc. también se hace un seguimiento del embarazo normal, escuchando al bebé, midiendo la altura uterina, y las pruebas necesarias para comprobar que todo está dentro de la normalidad. Si hay algún problema, entonces se derivará al ginecólogo.
  3. Se hace una preparación para la nueva etapa que os espera, la maternidad/paternidad. No sólo se habla del embarazo y del parto, sino también de lactancia, crianza, y todas las dudas que puedan surgir en estos momentos. Normalmente se hacen sesiones individuales muy personalizadas, también se pueden hacer grupales.
  4.  Acompañamiento tanto en la dilatación para ir al hospital como en el parto en casa. Si tu bebé está de nalgas, se puede girar con métodos no intervencionistas, también se puede ayudar a que tu cuerpo se ponga de parto si ya estás en la semana 41 o surge otra situación que lo indique como rotura prematura de membranas.
  5. Tras el parto, se ofrece ayuda con la lactancia (dolor, grietas, mastitis, falta de leche….) cuidado del periné y/o de los puntos, y posteriormente del suelo pélvico, observación de la posible diástasis de rectos abdominales y en el caso de que exista se pone un tratamiento para su cierre, asesoramiento con los cambios emocionales y las decisiones a tomar en este periodo. Y el cuidado del bebé hasta los 28 días, observando que todo es normal, y si hay alguna alteración, se debe derivar al pediatra. Te puedo ayudar con otros temas como el baño, el cuidado del cordón umbilical, sobre el sueño, el llanto, las uñas, apoyándote en vuestras decisiones.
  6. Más tarde son interesantes otros temas como la vuelta a las relaciones sexuales, los métodos anticonceptivos, y demás temas que una mamá reciente necesita hablar y expresar, con esta nueva situación emocional que puede llegar a ser tan compleja.
  7. También te puedo orientar sobre la crianza, el desarrollo del bebé, son muchos temas que puede ser que al médico no te atrevas a comentar, pero con la matrona tienes más confianza y sabes que al contar con su apoyo y escucha puedes resolver esas dudas que te inquietan y preocupan, ya sean importantes o más triviales.
  8.  La información sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual, problemas menstruales como dolor, irregularidades;valoración y recuperación del suelo pélvico, incontinencia urinaria, también te puedo aconsejar sobre dificultades en la sexualidad como eyaculación precoz, anorgasmia, vaginismo, etc. problemas relacionados con la salud afectivo reproductiva de esta etapa de la vida, información sobre métodos anticonceptivos más adecuados a cada situación personal, prevención y asesoramiento sobre violencia de género, asesoramiento sobre la legislación vigente encaminada a proteger los derechos de la mujer y su familia.
  9. Según avanzamos de edad, en la etapa de la menopausia, se informa sobre cómo llevar los cambios de otra manera, sofocos, el peso, la autoestima, enfocar la vida afectivo sexual desde otro punto de vista, valoración del suelo pélvico y consejos para minimizar la incontinencia urinaria.

 

 

Marina Fernández, Matrona.

Me dedico a la lactancia desde hace 18 años como asesora de lactancia y consultora internacional de lactancia.

Matrona de We Doctor

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